La llegada de internet a Cuba ha supuesto para los cubanos de a pie una de las principales herramientas de empoderamiento ciudadano en los últimos años. Internet era impensable. Y como todo lo impensable, los beneficios son innumerables una vez que hemos podido tener acceso. A pesar de la lentitud en la conexión, el precio del servicio y las recurrentes interrupciones que responden a la existencia de una sola compañía telefónica en Cuba, sin competencia; me gustaría reflejar tres hitos que marcó el acceso de los cubanos a la red de redes:
- Internet como puente entre los miembros de la familia cubana esparcida por todo el mundo.
El corazón de Cuba, dividido entre la Isla y su extensa Diáspora, ha podido latir -al menos en sintonía- cuando surgió Internet como medio de comunicación para sustituir los tradicionales y lentos servicios de mensajería a través de correo postal, o correo electrónico. Este último accesible durante mucho tiempo para quienes tenían el privilegio de poseer una cuenta de internet asociada al trabajo en determinado sector. Ahora ya nos parece que siempre estuvimos conectados a una red social, viviendo junto a nuestros familiares y amigos momentos positivos y negativos. Eso era impensable en un país con familias divididas por diversas causas y excluidas del derecho natural que es la comunicación.
- Internet como herramienta de trabajo y estudio civilizado.
Con la llegada de Internet, Cuba caminó hacia un estado de “normalización” que le acercaba, aunque tardíamente, al ritmo en que se vive en la mayoría de los países: la inserción en las redes sociales, el uso de servicios de mensajería instantánea, las reuniones en grupo con personas de diferentes latitudes, el estudio no presencial, la existencia de comunidades digitales con intereses comunes. Eso era inconcebible en un país donde la era digital, incluso las tecnologías asociadas a la computación y a la telefonía, eran consideradas muy lejanas.
- Internet como reflejo de la realidad social de la Isla.
Este tercer punto es, quizá, uno de los de mayor repercusión dentro de la Isla, porque con el acceso a la red de redes, cada ciudadano se ha podido convertir en un reportero de la situación que se vive en el país. El trabajo que antes solamente podía ser referenciado por las agencias de prensa internacional acreditadas en Cuba, desde que se abrió una ventana a Internet en la Isla, ha sido retomado por cada ciudadano comprometido con narrar las vivencias de su pueblo, sus inquietudes y propuestas. Surgieron así en Cuba todos los medios independientes que hoy conocemos. Mejoró la imagen corporativa de instituciones de todo tipo, pues se han hecho presentes en las redes, y se han generado interesantes fenómenos a través de las multitudes conectadas que contribuyen al logro de demandas ciudadanas de mucha data, sin liderazgos visibles ni protagonismos de ningún tipo, solo poniendo intereses comunes en el espacio virtual.
Los cubanos todos debemos hacer un ejercicio retrospectivo para comparar, sinceramente, la Cuba de hoy con la de hace una década. Pienso que podemos llegar juntos a la conclusión de que Internet nos ha unido más, nos ha visibilizado más y nos ha hecho más competentes. Internet, en el siglo que vivimos, es sinónimo de libertad. Y la libertad requiere de ciudadanos comprometidos con la verdad, con principios éticos y con responsabilidad cívica. Por ello Internet no es solo libertad, sino también responsabilidad.
- Yoandy Izquierdo Toledo (Pinar del Río, 1987).
- Licenciado en Microbiología.
- Máster en Bioética por la Universidad Católica de Valencia y el Centro de Bioética Juan Pablo II.
- Máster en Ciencias Sociales por la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España.
- Miembro del Consejo de Redacción de la revista Convivencia.
- Responsable de Ediciones Convivencia.
- Reside en Pinar del Río.
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