Inocuidad: no solo de los alimentos

Miércoles de Livia

La alimentación en Cuba hace rato dejó de ser un placer. Sí, un placer. Porque alimentarse, además de ser una necesidad básica, debe producir deleite, gozo. Fijémonos en una de las frases que decimos cuando queremos criticar la actitud de alguien, sobre todo de los niños: “es que solo quiere comer lo que le gusta”. ¡Pues, claro! Es una actitud humana, solo que a la mayoría de nosotros, el agobio diario que significa procurarnos alimentos, nos ha hecho perder la perspectiva.

Pero mi reflexión va a un asunto que se está manejando últimamente en los medios de comunicación: la inocuidad de los alimentos. ¡Qué asunto complicado en nuestro país! Como las condiciones de insalubridad cada vez son más alarmantes, y las enfermedades asociadas a esto van en aumento, me parece estupendo, y más que eso, me parece urgente, que resolvamos la situación. Pero el resultado del análisis no puede limitarse solo a que esto sucede por falta de exigencia de los directivos o de conciencia de los trabajadores de los distintos establecimientos. Hay que garantizar recursos y condiciones para lograr el fin esperado. Desgraciadamente la falta de agua en muchos lugares, el deterioro constructivo de fábricas e industrias, la escasez de enseres imprescindibles, entre otras cosas, conspiran también en contra de esta inocuidad de la que tanto se habla ahora.

Por otra parte es triste ver cómo se toman drásticas medida, contra los trabajadores por cuenta propia que, en lo que podemos llamar “lucha por supervivencia”, tratan de acondicionar sus negocios, como mejor pueden, y de cierta forma, se justifica que las dependencias estatales no poseen todas las condiciones necesarias porque el Estado, que es el dueño de todos los recursos del país, no tiene los suficientes. ¿Cómo se entiende esto?

Pero hay muchas cosas que arreglar en Cuba además de la inocuidad de los alimentos, esto es solo una parte de lo que le hace daño al pueblo cubano y que atenta contra su salud si entendemos esta en su significado más exacto. El Estado cubano se enfrenta hoy a condiciones calamitosas en casi todas sus instituciones.

Inocuidad de los alimentos, perfecto. Pero Cuba necesita inocuidad también en sus leyes, en las decisiones gubernamentales en sus relaciones del gobierno con los ciudadanos y viceversa, en sus relaciones internacionales y en tantas cosas más que podríamos agregar a la lista y en las que debíamos estar trabajando ya.

 


Livia Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1971).
Licenciada en Contabilidad y Finanzas.
Miembro del Consejo de Redacción de Convivencia.
Reside en Pinar del Río.

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