Por Margot Arencibia
Donde los ángeles no se aventuran, se atreven a llegar los pintores “naif” que, ingenuos por placer, primitivos por convicción, anecdóticos, coloristas, niños grandes o grandes niños, te sumergen junto a ellos en un mundo habitado por la imaginación y las utopías al que solo puedes acceder de su mano.
El artista “naif” puede beber en los orígenes bíblicos, mitológicos, oníricos y a veces surrealistas y su misticismo lo lleva a buscar, en ocasiones, a artistas que le anteceden como Chagal, Modigliani, Rosseau y hasta Rafael, y llegan a ellos con asombrada mirada y la inquietud interior que les impulsa a pintar con colores que no responden a patrón alguno pero, eso sí, muy vitales, conquistadores, que te inundan y te hacen ver un mundo paralelo a lo real.
El arte “naif” es universal, y a esa gran familia pertenecen nuestros ingenuos artistas que, desde la más occidental de las provincias de la Isla, juegan con texturas, matices y anécdotas, envolviéndonos en su imaginería popular y tentando nuestra sensibilidad.
Son poetas que te invitan a descubrir ese mundo mágico donde se salvan los sueños.
Allí podremos encontrarnos.
Margarita Rodríguez Arencibia (Margot)
(Pinar del Río,1954)
Pintora y dibujante. Graduada en Artes Plásticas 1972. Licenciada en Artes Plásticas 1992.
Miembro de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba). Vicepresidenta de la Asociación de Artistas Plásticas de la UNEAC.
Trabaja como Metodóloga provincial de Artes Plásticas en el Centro Provincial de Casas de Cultura.