Saber leer es saber andar, saber escribir es saber ascender.
José Martí
La primera impresión que me dio al visitar la Feria del Libro fue de tristeza, por ver y sentir la pobreza editorial, estructural, de diseño y creatividad que prima en ella. La XXVII Feria Internacional del Libro comenzó el miércoles 14 de marzo en mi provincia Pinar del Río. Está dedicada, como en el resto del territorio nacional al historiador de La Habana Eusebio Leal Spengler y tiene como país invitado de honor a China.
Cada año es más notable la estrechez que sufre este encuentro de letras y público en la Isla y el desgano y mal gusto con que se confeccionan los pabellones y kioskos donde se exponen los libros que están a la venta. Como siempre la ausencia de excelentes obras censuradas y prohibidas para los apasionados lectores cubanos.
Los libros para los más pequeños de la casa son sin duda los más demandados y más escasos, son los que se venden en los pequeños kioskos a través de una dependienta que hace magia en muchos momentos para atender una larga cola poco organizada. Los sentidos del tacto, la vista de cerca y el olfato son secundarios en este caso, manosear, hojear y comprender la historia que nos cuentan estos libros tienen varios impedimentos.
Sobre el país invitado, no aprecié ni literatura, ni muestras de su cultura, la cual es muy amplia, colorida y conocida por muchos cubanos. Sobre el historiador de La Habana vi algún libro y poco más. Lo que no faltó fue la cerveza, pero eso nunca falta en las actividades que el Estado prepara, hay que contentar al pueblo de alguna manera, al menos eso piensan ellos.
Los libros son esos amigos que nunca nos abandonan y nos hacen soñar a lo grande. Guardan historias y cuentan memorias. Nos hacen crecer y aprender lo inesperado. Esta feria debería ser un encuentro acogedor y placentero para el público, incluyente y participativo, donde la imaginación tenga riendas sueltas y no se encuentre definida por moldes cuadrados y cerrados.
Como dijo nuestro apóstol José Martí, saber leer es saber andar, saber escribir es saber ascender, sabias palabras nos dejó el maestro, conocerlas, entenderlas en profundidad nos harán crecer libres.
Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
Miembro del Consejo de Dirección del CEC.