Realizado Primer Taller para la Sociedad Civil del Proyecto Libertad.
Por Fernando Martínez Calzadilla
Caminaba por la ciudad en días anteriores y de pronto siento la voz de alguien que me llama. Al voltear, cuál no sería mi sorpresa al ver a un antiguo amigo acompañado de una joven de unos 14 años. Mi amigo, en una sola oración, me dijo que hacía mucho no me veía, que las vueltas que da la vida y qué grande estaba su hija que lo acompañaba. Me sorprendió ver en aquella jovencita espigada a su hija, la que solo unos años atrás era una bebita menuda. Y así es la sociedad civil cubana, para quien abre los ojos ahora de pronto, se ha transformado de una simple cría en toda una joven que ya decide por sí lo que le es conveniente.
Como todo joven, la sociedad civil cubana necesita educarse y afianzarse, y un papel preponderante en este tema lo han jugado desde su creación las Bibliotecas Independientes. Esta iniciativa cívica y popular que trajo a las comunidades los conceptos de democracia y lucha que ya se habían dejado a un lado por la falta de práctica. Y es precisamente la práctica la que modifica los caracteres y lo que se necesita para perfeccionar cada obra. Son muchas las experiencias adquiridas durante todos estos años de arduo trabajo de cientos y miles de bibliotecarios. Estos se deben enfrentar primeramente a la opinión contradictoria de la propaganda estatal y ganarse “a fuego” su lugar en las comunidades.
Para ayudar un poco a los que comienzan, recopilando las experiencias anteriores de los que comenzaron estos trabajos en las comunidades, el Programa Cultural Libertad organizó un taller dirigido al tema de las Bibliotecas y el papel transformador que estas han tenido en la creación de la nueva sociedad civil. Para este evento fueron convocados diferentes miembros de la sociedad civil en Pinar del Río, los cuales respondieron de manera efectiva, presentando ponencias y otros trabajos referentes a este tema. Participaron 33 miembros de la sociedad civil, algo que no se lograba desde hacía tiempo.
El día fijado fue el 26 de enero de 2010, justo antes del aniversario del natalicio del maestro José Martí, un homenaje más al Apóstol de la Independencia de Cuba. Los invitados comenzaron a llegar y cada vez venían más. Es algo extraño, porque en estos casos uno invita de más para lograr la participación de un porciento, pero a este evento vinieron los invitados con otros invitados y lo verdaderamente notorio es que muchos de ellos eran solo personas interesadas en conocer del tema y no miembros o militantes de movimientos políticos. Casi a la par de la llegada del primer participante, se desató un intenso operativo conjunto de los Órganos de la Seguridad del Estado y la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), eso impidió sin dudas que llegaran muchos más participantes de los que asistieron. Hubo casos como el de Yohani Wilson Ordóñez, a quien obligaron a regresar, otros que caminaron 5 kilómetros hasta el lugar del evento ya que un retén policial detenía los autos que trataban de acercarse. El Partido Comunista (PCC), orientó a los delegados de la circunscripción del poblado de Briones Montoto y La Campana presentarse allí y tratar de intimidar al dueño de la casa, Sr. Héctor J. Barrios Planas para que no se diera la actividad. Después llegó un auto con oficiales haciéndose pasar por miembros del Ministerio de la Agricultura, a registrar todos los documentos referentes a propiedad de tierras y animales, con el claro propósito de interrumpir, pero a pesar de las presiones y la inmensa presión ejercida, se hicieron las presentaciones, los debates y el intercambio de ideas que se pretendía.
Fue algo único ver el interés que ponían los Órganos del Estado para que la actividad cultural no se diera, llegaron a decir que había una salida ilegal, que por eso era el revuelo. Pero les dolió, les dolió que un grupo de guajiros de Pinar del Río hablara de cultura, de sociedad civil y de libertad, pero más que dolerle, sabemos que les preocupó y bastante.
Una vez que se dieron las conclusiones, un poco apresuradas por cierto, dado el cerco que se tendió y la represión que vivimos, salimos de la casa y realizamos una marcha simbólica hasta el pueblo cautivo de Briones Montoto, distante a 4 kilómetros del lugar, no faltó una consigna jubilosa de ¡Viva la democracia! Caminamos unidos esperando la intervención de la policía, pero no sucedió. Creo que entendieron que esa sería una afrenta mayor a la memoria del Maestro, porque durante muchos años se han callado los principios de libertad e igualdad que él profesaba, que sería un pecado callar esta voz que nació de la sociedad civil en un apartado pueblito del interior de Pinar del Río; quizás entendieron de una vez que hay marcas tan dolorosas que la patria y la historia no olvidarían nunca.
Fernando Martínez Calzadilla (1978) Pinar del Río.
Director del Programa Cultural Libertad y la
revista Renacer.