EL FUTURO NO SE CONSTRUYE SOLO

Que el futuro no nos sorprenda es garantía del cambio verdadero. La improvisación es uno de los mayores enemigos de Cuba. No se trata de adivinar el futuro, se trata de prever los peligros y prepararse para los desafíos.

Con las ansias del cambio se nos olvida pensar primero “hacia dónde” queremos cambiar. Cuba necesita proyectos para su futuro con estas características, como mínimo:

1. Que no regresen al pasado.
2. Que tengan en cuenta los peligros que acosan a las democracias en el presente.
3. Que tengan en cuenta la asesoría de expertos probados en los diferentes sectores de la sociedad para poner a Cuba a las puertas del futuro.

El proyecto Convivencia nació un día como mañana 15 de octubre de 2007. Su visión de Cuba ha tenido en cuenta estas tres características y otras complementarias.

Han sido 17 años de formación cívica, de publicación de una revista y, sobre todo, de creación de pensamiento y propuestas para Cuba.

No se trata de que esas propuestas sean ni las únicas, ni las mejores. Se trata de no esperar al momento del cambio para la improvisación. Se trata de ejercitar, ya desde hace años, los métodos democráticos parlamentarios, entrenarnos en debates respetuosos, plurales y constructivos. Se trata de aprender que la democracia es incluyente de las más diversas opiniones, que nadie tiene la verdad absoluta.

Hemos aprendido que las ideologías que son excluyentes empobrecen y discriminan. Hemos aprendido que solo el trabajo en equipo sana del caudillismo, del mesianismo, de la idolatría de líderes populistas.

En estos 17 años del proyecto Convivencia hemos aprendido que hay una cantidad suficiente de cubanos buenos, inteligentes, sacrificados y creativos que están dispuestos a entregar sus vidas al servicio de Cuba y de su futuro libre y próspero.

Propuestas

1. Hay que aprovechar el poco tiempo que nos queda para preparar ese futuro que deseamos.

2. Debemos proponernos que, cada vez que alguien desee el cambio o hable de cambios en Cuba, nosotros debemos preguntar: ¿Hacia dónde quieres que vaya ese cambio?

3. También debemos preguntarnos todos: ¿qué debemos evitar en el futuro que deseamos para Cuba? ¿Cómo luchar contra los principales enemigos de la democracia como la corrupción, el narcotráfico, la inseguridad ciudadana, las mafias de los poderes autoritarios y totalitarios?

4. Debemos estar alertas para que la ley pare en seco a cualquiera que quiera debilitar o destruir a la democracia verdadera, intentando penetrar a las instituciones democráticas del futuro. Ese es el método más peligroso, más encubierto y criminal de copar poco a poco los poderes del Estado y los Medios de Comunicación, el sistema de educación y de la cultura, usando subrepticiamente los mismos métodos democráticos para, una vez que las han penetrado y dominado con fanáticos de su ideología, atornillarse al poder, desmantelar todo el sistema político y destruir minuciosamente a la nación cubana.

Estemos despiertos y dispuestos a aportar lo que podamos. El futuro de Cuba no lo traerán de fuera, no nos lo regalarán. Hay que trabajarlo todos los días, paso a paso, desde lo pequeño y con la vista en lo grande.

El futuro no se hará solo. Empecemos ya.

Hasta el próximo lunes si Dios quiere.

 

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