Por Juan Carlos Fernández
Romper un nido en un árbol puede resultar relativamente fácil, pero si se toma a la persona como árbol, entonces las cosas se complican. Lo que anida en el ser humano, en lo profundo de su corazón, bueno o malo, es harto difícil poderlo desterrar.
Es lo que ocurre con el espíritu de Andy Warhol, hizo su nido en muchísimos corazones cubanos y no piensa dejarlos. Dulce locura, dicen unos, cefalea constante, con ictus neurocardiovasculares, se quejan otros. Es bueno decir que Andy forma parte de las medicinas para el alma y eso constituye una grave falta.
Preferiría comprarme un vestido y colgarlo de la pared antes que poner un cuadro, ¿tú no?
Andy Warhol (Agosto1928-Febrero1987)
Por Juan Carlos Fernández
Romper un nido en un árbol puede resultar relativamente fácil, pero si se toma a la persona como árbol, entonces las cosas se complican. Lo que anida en el ser humano, en lo profundo de su corazón, bueno o malo, es harto difícil poderlo desterrar. Es lo que ocurre con el espíritu de Andy Warhol, hizo su nido en muchísimos corazones cubanos y no piensa dejarlos. Dulce locura, dicen unos, cefalea constante, con ictus neurocardiovasculares, se quejan otros. Es bueno decir que Andy forma parte de las medicinas para el alma y eso constituye una grave falta.
Las autoridades isleñas ya no saben qué hacer para detener el espíritu, no pueden por su ateísmo, piensan que es parte de un plan macabro, del gran Andy. No deja el pícaro de molestar al dogma, por doquier asoma levantando el polvo de ángeles que tanto bien le hace a la salud de un país que padeció durante mucho tiempo una sequía manifestada y ordenada desde la mediocridad del lente de concreto. Eso es pasado, en vida, y es lo que inquieta y desvela a las almas que continúan ciegas al presente.
Pero a Andy no parece interesarle esto, al contrario, disfruta del insomnio que padece la elite de cualquier tinte cuando este duendecillo de lo incorrecto toma por asalto cada pedacito de lo que esta consideraba su patio.
Las almas gemelas de Andy en Cuba muchas veces ni se enteran de su presencia en ellos, la suavidad del rito católico bizantino, del que era practicante puede ser la explicación de tanta discreción, actúan con la suavidad Velvet en los hechos y con el cascabel en la palabra.
A Cuba se ha trasladado la Factory de Andy, imprimiéndole los cubanos lo que tal vez le faltó en Nueva York, amén del calor y el surrealismo insular que ni el propio ángel pensó que llegaría a tener, la creación no se detiene ni por instante, todo es sudor, risas y llantos en maquinaria de movimiento perpetuo. Creo que esto es lo que tiene desquiciados a los etiquetadores, no dan abasto. De Oriente a Occidente, el halo del hombre de las sopas trabaja incansablemente en cada uno de los proyectos y sueños de todo un pueblo. El pop art ha saltado de las salas de exposición al medio de la sociedad cubana. Tomando las cosas muy en serio pero con espíritu de broma, al fin y al cabo nos han hecho la más pesada de ellas: 53 años de totalitarismo, y sin embargo, permanentemente le estamos arrancando bromas a lo que es, sin dudas, el proyecto más patético y aburrido que hemos vivido en nuestra historia. Una manera muy warholniana de enfrentar los desafíos diarios de la existencia.
El aparente caos y desorden que algunos dicen que existe en medio de la sociedad civil cubana hay que leerlo como el respeto y la madurez alcanzada de una mezcla de generaciones que le ha llegado la excitación cuando muchos pensaban ya en el climaterio y la impotencia, cuando algunos pensaron que era tarde, el clímax llegó a su preciso punto sin apurarlo, sin quitarle la magia del erotismo criollo lleno de gestualidades e insinuaciones. De este punto se pasó hace tiempo a la acción. El status quo ya se rompió, la sociedad cubana parió otro discurso y tiene otros lentes para mirar a su alrededor, son las gafas de Andy Warhol, que ven un poema allí donde otros ven solo mierda y ven a Cristo en un bohemio. Esto es lo que no acaban de entender los que se aferran a las sillas, sean estas gestatorias o giratorias tejiendo el mismo y monótono círculo, repitiéndose el paisaje, sin darse cuenta que es madera y que ya está carcomida y lo único que le queda es la cáscara, por dentro… vacía y cuando menos piensen van a la nada por permanecer en la inopia perennemente, ajenos a la realidad que todos ven… menos ellos.
Los “rompedores” de la “tranquilidad aparente” no desean que la realidad se siga mirando a través de los afectos y desafectos, sino con el prisma que separa la luz en pluralidad de colores, de todas formas todos provienen de un mismo cristal que se me antoja Cuba, como vidrio cóncavo, por el que todos nos asomamos y decimos o no, pero nadie tiene la última palabra, solo Dios la tiene. Ellos, vosotros y nosotros, al igual que Andy, solo podemos trabajar “parael avance de las artes visuales de la vida” , educar(nos), potenciar(nos) y acompañar(nos) para que se mire mejor y más lejos y poder aportar nuestra visión, conceptual o vulgar, poco importa, lo importante es sacarse la máscara de la resignación y pasar a la inconformidad como método de experimentación y búsqueda de una verdad que es de todos por pedacitos: la del bloguero(a), la del periodista, los artistas, políticos, clérigos y oficialistas. Para Andy, el intelectual, el drogadicto, la prostituta, la estrella de cine, el homosexual o el bohemio eran válidos por sí mismos, personas, muchas veces lo olvidamos, y cada uno tenía una verdad que exponer. Pero eran los marginados, la basura de la sociedad y ello era imperdonable, por esto la elite lo marginó a él también.
Aquí es igual, los marginados y hasta los marginadores, a estos últimos les doy el beneficio de la conversión, no los margino, todos tenemos algo que aportar a este performance que deseamos mejorar. Andy se valía de la iconografía de la cultura norteamericana, objetos inanimados a los que el genio les daba significado, tal vez por eso era parco de palabras, nosotros, en cambio, tenemos en la palabra uno de nuestros iconos más queridos y a su vez vapuleado y reprimido por sectores que devienen mordazas del alma, pero, a los cubanos, ¿quién nos calla?
Por eso me extasía la presencia en nuestra propia Factory de los entes y gentes que son representativos del fenómeno socio cultural que está viviendo Cuba, gozo como nadie cuando veo nuestro propio Velvet Underground, escuchando o asistiendo a una, rara avis por ahora, presentación de Porno para Ricardo, cuando veo en un pequeño video a nuestro Jean Michel Basquiat haciendo grafitis en plena Habana. Allí también están los Clemente, Cucchi, tomando forma y espíritu en Pardo, Claudio, David, Eligio, Yoani, Dago, Nelo, Oliva, Calule, Omni, Escuadrón Patriota, Convivencia, Voces, liberales, demócratas cristianos, socialistas, hippies, punkies, abogados, Sin Evasión, Razones Ciudadanas, 1Cubano+, Havana Times, X Alfonso, Pablo Milanés, Van Van, Alexis Valdés, Carlos Alberto Montaner, Willi Chirino, Cándido Fabre, góticos y anarquistas, Mentepollo, Pánfilo y Osvaldo Doimeadiós, Festival Clic, Wendy, la LGBT y todo ese ajiaco caótico de ambas orillas, ¿no se habrá inspirado el neoyorkino en Vitier?, que ha corrido sus cortinas sin avergonzarse para salir desnudos ante la opinión pública nacional e internacional, con la tecnología como talismán, para decir que estamos aquí para celebrar el próximo 6 de Agosto los 84 años del niño travieso, bromista y a la vez tan serio que nos conmina a seguir proponiendo sin cansarnos que la libertad personal es premisa fundamental para el progreso, que ver la vida desde un caldito de gallina, una botella de cola o un plástico semiderruido, un cuc, un viejo ventilador, una bandera, o que una, nada más que una persona, puede y debe ser tan o más eficaz que todo un ejército de armas. Si no, que le pregunten al mundo quién era Andy Warhol, ese mismo que no deja de volar por Cuba desde hace un tiempo ya y parece no querer dejar de hacerlo… para bien de todos los cubanos. Feliz cumpleaños, Andy, y feliz estancia, demora en irte. Una última cosa, cuidado con el agua que bebas… no vayas a intoxicarte como en el 87. Aquí hay poco cloro. Este es mi homenaje: “Nada de descansar, sigue jodiendo”.