Por Wilfredo Denie Valdés
El Coronel José Ramón Villalón y Sánchez, nació en Santiago de Cuba el día 25 de Marzo de 1864, sirvió a la causa de su país natal, en los Estados Unidos, fundando, con Emilio Agramonte, distinguido maestro, y un grupo de cubanos patriotas y norteamericanos, que simpatizaban con la causa de los mambises…
Por Wilfredo Denie Valdés
El Coronel José Ramón Villalón y Sánchez, nació en Santiago de Cuba el día 25 de Marzo de 1864, sirvió a la causa de su país natal, en los Estados Unidos, fundando, con Emilio Agramonte, distinguido maestro, y un grupo de cubanos patriotas y norteamericanos, que simpatizaban con la causa de los mambises, la Sociedad de Beneficencia denominada “Martí CharityAssociation”. La sociedad tenía el noble propósito de socorrer a los familiares de los cubanos que habían salido de los Estados Unidos para alistarse en las filas de la Revolución o como expedicionarios.
El ingeniero Villalón organizó además, con la cooperación del norteamericano Sr. Fred Feigl, un número especial del periódico “Tammany Times” dedicado a Cuba en el mes de febrero de 1896 en New York.
En todo este transcurso el ingeniero Villalón se dedicó a fabricar un cañón que se le llamaba neumático, que funcionaba por medio de aire comprimido.
Fue el primer cañón de campaña de esa clase que se fabricó en el mundo. El Coronel Villalón lo construyó personalmente en New York, modificando la patente Sims- Dudley, y lo trajo en el barco ThreeFriends en que vino la famosa expedición del General Rius Rivera. Además de Villalón, también vino Panchito Gómez Toro, hijo del Generalísimo Máximo Gómez. La expedición desembarcó el 8 de septiembre de 1896 por la playa de María la Gorda por Cabo Corriente.
El cañón no tenía calderas ni compresor de aire. Desempeñaba el papel de compresora, la pólvora sin humo, en el momento de la explosión.
El cartucho, al efectuarse la detonación, producía una corriente de aire que, recorriendo con fuerza la cámara en una vuelta completa alrededor del tubo central, llegaba por fin a ejercer una presión decidida sobre la carga de dinamita del cañón.
Por primera vez el cañón de aire comprimido funcionó en la acción de Montezuelo a las diez de la mañana del 23 de septiembre de 1896, arrojando bombas cada 10 y 15 minutos sobre el campamento español de Loma China. Otra vez fue utilizado en la acción de Tumbas de Estorino el 27; 1 y 2 de octubre en el reconocimiento de la línea de Viñales y el 4, en Ceja del Negro barrió el parapeto del Guao.
El combate de Ceja del Negro fue de una violencia fenomenal. Los mulos y los siete peones a las órdenes del Coronel Villalón, fueron muertos en la refriega, y el cañón fue sacado a mano hasta la Loma del Corcho, para salvarlo.
El Coronel Villalón mandaba, a las órdenes del General Antonio Maceo, la artillería mambisa.
Es muy significativo que al entrar las tres fuerzas, (la artillería, la caballería y la infantería) esta se convirtiera en una batalla y no un combate, tal como sucedió en Ceja del Negro, donde se produjo la cantidad de 800 muertos, y que fue considerada la batalla más grande de la Guerra del 95.
El cañón de Villalón volvió a funcionar en Galalón del 8 al 9 de octubre de 1896. En el bombardeo de Artemisa, el 22 de octubre, y en el combate de Soroa, del 24 al 25, lugar donde fue disparado el cañón, quedando inutilizado por falta de pólvora sin humo y de cartuchos de dinamita. El Coronel lo descompuso ocultando las varias piezas del arma para evitar que algún día nefasto hubiera podido caer en manos del enemigo. Weyler acierta que el cañón aludido sirvió una sola vez, en el ataque a Guanajay, siendo después remitido al Parque de Artillería en Madrid como trofeo de guerra.
Inútil es decir que la versión del Capitán General es de todo punto inexacta. El cañón está expuesto en el Museo de la Habana.
José Ramón Villalón y Sánchez sobrevivió a la guerra del 95. El Gobierno del Presidente de la República, General Mario García Menocal, designó al ingeniero Coronel José Ramón Villalón y Sánchez, Secretario de Obras Públicas.
Villalón, conociendo el atraso secular de la ciudad capital de Pinar del Río, al ser elegido el Dr. Juan María Cabada, alcalde municipal, el 10 de diciembre, asignó un presupuesto de 500.000 pesos en 1916, equivalente a 15 millones de pesos cubanos en la actualidad. El referido presupuesto de Villalón contribuyó extraordinariamente al desarrollo de Pinar del Río. Se vio la ciudad y su periferia casi transformada y en vísperas de progreso paulatino. Se terminó la reconstrucción del Parque de la Independencia y del Paseo Tomas Estrada Palma, dotándolo de sendas glorietas, bancos fijos y profusión de artísticas farolas, el asfaltado de las calles principales de la ciudad, un vasto plan de paseos públicos, tales como: El Parque Villalón, el puente sobre el río Guamá, profusión de arboles y farolas. Se levantó la antigua Alameda del Hospital, el alumbrado público con potentes lámparas eléctricas en la calle Martí y otras calles, Oficina de Policía, Casa de Socorro y el Hospital de Emergencias, el vivac y el cuartel de bomberos y la construcción de puentes de utilidad pública.
Creó la Escuela Normal para Maestros en el edificio de su propiedad. Se construyó completamente el Hospital de San Isidro, el mercado modelo, el matadero. Además, se fomentó de la industria y se llevó a cabo el saneamiento de la ciudad, con desagüe y alcantarillado, el perfeccionamiento del acueducto, entre otras obras.
El pueblo, siempre agradecido, concedió al Coronel José Ramón Villalón y Sánchez el título de Hijo Adoptivo de Pinar del Río.