Cuba se encuentra por estos meses en medio de un proceso de cambio de Constitución. La causa presentada es que la Carta Magna de 1976, varias veces modificada, se ha vuelto obsoleta. La realidad la ha superado. La necesidad de adaptarse a las encrucijadas internas y externas ha provocado que se violara en la práctica o se hiciera caso omiso por pura lógica del devenir histórico. El mundo ha cambiado y Cuba se encuentra embarrancada en un pasado que no funciona. Los cambios que la Nación necesita no se reducen a la redacción de una Constitución.
Tan detrás del mundo hemos quedado que, luego de 60 años de totalitarismo, de voluntarismos y experimentos sociales, de paternalismo de Estado y falta de libertades, se ha producido un daño antropológico, que es la mayor y peor secuela de este tipo de sistema. Se ha lesionado el interior de la persona humana. Se ha educado diciendo que se formaba al “hombre nuevo” y se ha producido un “hombre empobrecido” que no sabe qué hace con su libertad interior, que le falta fuerza de voluntad, que no tiene educación emocional, que no piensa con su cabeza o disimula lo que piensa, que no cree en sus capacidades y en el mejoramiento humano, que vive en el pesimismo y la inercia existencial, que sufre un analfabetismo cívico y político y vive en medio de una crisis de valores. Es por ello que los cambios que necesita Cuba trascienden a un texto constitucional, pero incluyen a ese marco jurídico. Sin embargo, la propuesta de Ley de Leyes que ha redactado un pequeño grupo perteneciente a una sola corriente política, intenta maquillar a una estructura vieja, caduca y no funcional con elementos cosméticos que no logran ocultar las arrugas de la obsolescencia. Es necesario, por tanto, profundizar en el estudio y el debate del Proyecto propuesto por el gobierno y no quedarnos en algunos artículos sobre temas sexistas, por ejemplo, y que se han convertido en el centro de lo que debiera ser una propuesta medular, estructural.
Pongamos algunos ejemplos que pudieran servir para hacer el discernimiento sobre la globalidad de la propuesta:
Lo viejo
Consideramos como “lo viejo” aquellas propuestas que conservan la esencia de la superada Constitución de 1976 después de 42 años y de un cambio de época en el mundo:
1. La imposición de un llamado “Estado socialista de derecho” en la definición de la República (Artículo 1).
2. La irrevocabilidad de ese modelo “socialista”. Este calificativo, para que no hubiera duda se repite 22 veces en todo el texto (Artículos 3 y 224).
3. Legalización de la “lucha armada” contra “cualquiera” que “intente” cambiar el sistema político, económico y social. Atención: no dice contra un invasor extranjero, “cualquiera” puede ser un vecino cubano (Artículo 3).
4. Entronización del Partido Comunista de Cuba como “fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado” (Artículo 5).
5. Se conservan los cuatro pilares esenciales del antiguo sistema económico estatista y planificado: “La propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción” (Artículo 20), “la dirección planificada de la economía” (Artículo 20), la “empresa estatal socialista es el sujeto principal de la economía” (Artículo 26) y “el Estado dirige, regula y controla la actividad económica nacional” (Artículo 27).
6. No se incluye “la diversidad política” entre las razones de discriminación que se prohíben explícitamente (Artículo 40).
7. El control del Estado sobre la cultura y las expresiones artísticas “de conformidad con la política cultural y la ley” (Artículo 90).
8. El control del Estado sobre la educación: “El Estado orienta, fomenta y promueve la educación, las ciencias y la cultura en todas sus manifestaciones” (Artículo 95). La “enseñanza es función del Estado, es laica…” (Artículo 95h).
9. No hay separación de los poderes del Estado, ni elecciones presidenciales directas, “el Presidente de la República es elegido por la Asamblea Nacional del Poder Popular de entre sus diputados” (Artículo 121).
10. No aparece ni la abolición de la pena de muerte, ni del servicio militar obligatorio, ni la ratificación de los Pactos de Derechos Civiles y Políticos, Económicos, Sociales y Culturales, acordados por las Naciones Unidas y que Cuba firmó, ni los incorpora a este texto constitucional como los otros que ha ratificado (Artículo 17).
Lo nuevo
1. Recuperación de los cargos de Presidente de la República y de Primer Ministro, Gobernador y Vicegobernador provincial e Intendente municipal (Artículos 120, 121, 135, 136, 165, 198).
2. Los municipios son “la organización política primaria y fundamental de la organización nacional” y tienen una mayor autonomía administrativa. Se aprueba el Consejo de la Administración Municipal con funciones ejecutivo-administrativas que dirige la administración del municipio (Artículos 163, 196).
3. El Presidente de la Asamblea Nacional, su vicepresidente y secretario, son también y al mismo tiempo, Presidente, Vice y Secretario del Consejo de Estado, como órgano permanente de la Asamblea Nacional (Artículo 116).
4. Se limita a dos períodos de cinco años el cargo de Presidente de la República (Artículo 121).
5. Se reconoce constitucionalmente la propiedad privada, personal, mixta y cooperativa (Artículo 21).
6. Se instituye que “los derechos y deberes reconocidos por esta Constitución se interpretan de conformidad con los Tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Cuba” (Artículo 39).
7. “El Estado reconoce, respeta y garantiza la libertad de pensamiento, conciencia y expresión.” Sin condicionarla en dicho artículo (Artículo 59).
8. Se eleva al rango constitucional, reiterándolo tres veces en el texto, el deber de la educación moral, ética y cívica, por la que el Centro de Formación Cívica y Religiosa (1993-2007) y el Centro de Estudios Convivencia (20082018) hemos estado trabajando, durante más de 25 años, con no pocas incomprensiones. El texto dice: “la educación debe promover el conocimiento de la historia de la nación y desarrollar en los educandos una alta formación de valores éticos, morales, cívicos y patrióticos” (Artículo 95c) y los padres tienen la obligación de… “contribuir activamente a su educación y formarlos como ciudadanos con valores morales, éticos y cívicos”, aunque los condiciona a estar “en correspondencia con la vida en nuestra sociedad socialista” (Artículo 70). Además asigna al Partido Comunista de Cuba trabajar “por preservar y fortalecer la unidad patriótica de los cubanos y por desarrollar valores éticos, morales y cívicos” (Artículo 5).
9. Se redefine el concepto de matrimonio en lugar de conservar su definición de siempre y, además, no se agrega el concepto de “unión civil igualitaria” para que el Estado, que es laico, pueda crear el marco legal para poder garantizar todos los derechos de convivencia entre personas de igual sexo. Hasta aquí estos ejemplos de lo viejo y lo nuevo de este proyecto de Constitución de la República.
Lo necesario
Lo que necesita Cuba y es verdaderamente lo nuevo desde el punto de vista estructural, en nuestra opinión es:
1. La reconstrucción de la persona humana, para sanar el daño antropológico provocado por seis décadas de totalitarismo y falta de libertades. Que la Constitución reconozca y fomente la reconstrucción de la familia cubana, un proyecto educativo totalmente renovado en que la formación ética, cívica y política,sustituya al indoctrinamiento ideológico sectario y excluyente; la contribución moral, espiritual y educativa de las Iglesias y otras expresiones de espiritualidad.
2. Rehacer el tejido de la sociedad civil, para evitar que todo el poder del Estado, sea cual fuere su opción política, pueda caer directamente sobre el ciudadano aislado e indefenso. Que la Constitución reconozca y fomente que la sociedad civil sea escuela de participación y democracia, experiencia de vida en comunidad, cantera de liderazgos culturales, sociales, económicos y políticos, mecanismo de defensa de los derechos de la ciudadanía y fuente de creatividad, propuestas y proyectos ciudadanos.
3. Un debate sobre la república que queremos y necesitamos. Que la Constitución sea fiel a las raíces de nuestros padres fundadores, Varela y Martí, en lo mejor de la tradición republicana y constituyentista, en los valores y virtudes de la identidad y cultura cubanas.
4. Que la Parte Dogmática de la Constitución esté primero que la Parte Orgánica para destacar la primacía, dignidad plena y protagonismo de la persona humana de todos los cubanos. Que este capítulo reconozca todos los Derechos y Deberes de los Pactos Internacionales de la ONU y que los preceptos constitucionales sean interpretados según el espíritu y la letra de esos tratados.
5. Un modelo orgánico de Estado de Derecho. Que la Parte Orgánica de la nueva Constitución consagre la separación y mutuo control de los tres poderes del Estado: legislativo, ejecutivo y judicial, cuyas estructuras reconozcan y garanticen los cuatro pilares de toda democracia: libertad, inclusión, pluralismo y consenso.
La creación de mecanismos independientes de derechos humanos como el Defensor del Pueblo y otros. Crear un Tribunal de Cuentas y un Tribunal Constitucional.
6. El marco constitucional para adoptar un Sistema Electoral que sea plural, incluyente y transparente que organice elecciones libres, directas y monitoreadas internacionalmente.
7. Que la pena de muerte, la violencia, la descalificación y todo tipo de agresividad, física, sicológica, verbal, mediática, moral o espiritual, sea abolida para siempre, y que los principios de la no-violencia, la paz, la convivencia fraterna y el carácter sagrado de la vida sean consagrados por la Carta Magna como las formas de relaciones sociales más coherentes con nuestras raíces históricas, culturales, religiosas.
8. Abolir todo lo que atente contra el pluralismo, la inclusión y la democracia. Que nunca más vuelva a Cuba y que sea punible, cualquier tipo de totalitarismo, autoritarismo, caudillismo, populismo, perpetuación en el poder, hegemonía excluyente de una ideología o un partido, sea cual fuere.
9. Que la nueva constitución adopte una escala de valores en que la persona humana sea el sujeto, la cumbre y el fin, nunca más un medio. Que se les reconozca a la familia, a la escuela y a las iglesias y demás organizaciones de la sociedad civil, según este orden, su rol en la convivencia, la educación y el desarrollo humano integral, de todos los cubanos, los de la Isla y los de la Diáspora. Otras muchas necesidades específicas pudieran enumerarse, pero aquí se trata de contribuir al debate público con nuestras consideraciones acerca de lo viejo, lo nuevo y lo necesario para Cuba en esta coyuntura del tránsito constitucional. Para ello volvemos a recomendar el II Informe del Centro de Estudios Convivencia: “Tránsito Constitucional y Marco Jurídico: de la ley a la ley” (http://centroconvivencia. org/category/propuestas/propuestas-marco-juridico). En este Informe del CEC, confeccionado por cubanos de la Isla y de la Diáspora, se pueden encontrar, no solo las propuestas a una nueva redacción de la Carta Magna sino, y además, un paquete de 45 leyes complementarias que ayudarían a la implementación de una nueva Ley de Leyes en Cuba. Esperamos y deseamos que todos los sectores de la Nación cubana: los de la Isla y los de la Diáspora, los oficialistas y los opositores, los educadores y artistas, los religiosos, agnósticos y ateos, los trabajadores estatales y los del sector privado o por cuenta propia, los centros de estudio del gobierno y los independientes, todos los cubanos y cubanas, no nos entretengamos en los detalles o en algunos artículos solamente, sino que pensemos Cuba con amplitud de miras, inteligencia despierta, corazón sereno y firme voluntad de inclusión y construcción de consensos. Así, nosotros, el pueblo de Cuba todo, invocando el favor de Dios, podremos darnos como soberanos una Carta Magna nueva de verdad.
Pinar del Río, 8 de septiembre de 2018 Fiesta de la Virgen de la Caridad del Cobre, Madre, Reina y Patrona de la República de Cuba