Duc in Altum (Rema mar adentro)

Foto tomada de internet.
  • Recordando las incomparables “Cartas a Elpidio” del Padre Félix Varela” y con el deseo de rendirle un homenaje y, de alguna forma, actualizarlas, un joven cubano escribe a un nuevo “Elpidio” que representa, como aquel, a la juventud cubana. Esta “carta”, que forma parte de una serie, versa sobre la esperanza.
  • “Porque nuestra salvación es en esperanza”
  • Rm 8,24

Amadísimo Elpidio:

Como bien ya te he dicho anteriormente, quiero continuar hablándote de otra gran virtud que te ayudará a triunfar en tu lucha por elevar la dignidad humana y, esta vez quiero hablarte de la esperanza. De esa que nos mantiene siempre alegres, de la cual hemos de ser hijos fidelísimos para poder dar buen testimonio del amor de nuestro Padre Dios y de su muy amado hijo Jesucristo; para alimentar esta virtud mi caro amigo has de ser obediente, es justo de la obediencia de donde se nutre esta hermosa virtud dada como un regalo por Dios a los hombres.

Recuerda que nuestra esperanza no es como la esperanza del mundo, la cual es inmediata, que espera que todo se “solucione” de inmediato, no, la nuestra es la de participar junto al Hijo del hombre en su reinado de amor y para eso debemos colaborar viviendo desde ya en esta vida de lo que se nos ha prometido en la siguiente. Para esto mi querido Elpidio debemos ir contracorriente, ir Duc in altum, ya que los hombres de hoy han perdido todo horizonte de trascendencia, ya no esperan que realmente exista una vida en la felicidad eterna, a ti, mi muy párvulo amigo, es a quien toca ser lo que sería un mártir de la esperanza y te digo esto porque bien sabes que desde hace siglos han habido mártires de la fe, mártires de la caridad, pero es justo en este momento donde toca ser mártires de la esperanza, en medio de una sociedad tan caótica que llega a cumplirse lo que ya el Buen Dios nos dijo: “A lo bueno le llamarán malo, y a lo malo le llamarán bueno”. Ciertamente, ¿No hace esto el comunismo? ¿No pretende burlarse de la bienaventuranza de los misericordiosos al hacer creer que todo se hace con el fin de darles un mejor futuro a los más pobres mientras que en realidad es solo para hacerse con el poder y controlar y manipular a los demás para que todo sea según la voluntad de quien pretende que esta sea la única manera de que el hombre “sea feliz”? Te pregunto una vez más para que ya no tengas ningún vestigio de una falsa esperanza al creer que se puede colaborar con el enemigo que se esconde tras esta ideología, que bien sabes ya es el demonio ¿Acaso quiso nuestro Padre Dios que el hombre le quitara la libertad al hombre al cual él mismo lo hizo libre a su imagen y semejanza?

Pues bien, lo dicho, dicho está. Es necesario permanecer en la obediencia a Dios, en esa obediencia que nos hace cada vez más libres y más felices, la obediencia a Dios y el amor al prójimo nos liberan de toda atadura y nos cura de toda herida que nos pueda haber hecho el pecado.

Amigo mío, ¡Ya has despertado! Y no cabe en mi pecho mayor alegría que verte dispuesto y en camino hacia la construcción del reino de Dios. Solo recuerda, cultiva esta virtud, pídele al Señor que te permita ser fiel a la alegría de esperar su venida ¡Pídele que sea pronto, cuanto más pronto mejor! Porque no hay mayor angustia que la de esperar en vano el regreso del ser amado. Por eso te digo una vez más Duc in altum, espera en y al Señor, “estate siempre alegre” y confía en que el Padre amoroso te dará las gracias necesarias para que la dignidad que tanto ansías defender se vea plenificada en la espera del amor.

 

 


  • Yosnel Álvarez Targarona (Sancti Spíritus, 1997).
  • Cursó un año de Filosofía en el Centro de Formación Fray Bartolomé de las Casas, en La Habana.
  • Buscador de la Verdad.
  • Reside actualmente en New Jersey.

 

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