Ante la actual situación que vive el país debido a la pandemia del Covid-19, la mejor opción es estar en casa el mayor tiempo posible. Hago referencia a mayor tiempo y no a tiempo completo porque comprendo y entiendo la necesidad que tienen la mayoría de los ciudadanos de salir a comprar alimentos y artículos de aseo que son los productos más necesarios por estos días.
Esta epidemia llegó al país en un momento de mucha inestabilidad económica, incrementando la incertidumbre y las fuertes carencias entre los ciudadanos. Pasados 34 días desde que se diagnosticara en Cuba el primer caso de Covid-19 hasta la fecha, donde el número de casos va en aumento y la situación empeora, es preocupante como continúan las aglomeraciones de personas en tiendas recaudadoras de divisas y otros sitios estatales donde ofertan productos de aseo o alimentos.
Se han tomado algunas medidas para contrarrestar esta situación, pero la raíz del problema es otra. En cada centro de venta hay personas que se encargan de mantener el orden en la cola y prohíben la entrada a los establecimientos a embarazadas y personas mayores de 60 años. En pequeñas colas es fácil mantener el orden y la distancia mínima de un metro, pero en grandes colas es prácticamente imposible. Hay dos problemas puntuales aquí, primero, la oferta es menor que la demanda, y segundo, la indisciplina ciudadana.
En la provincia de Pinar del Río, que es donde resido, hay tres tiendas que prácticamente todos los días presentan la triste situación de la multitud de personas, la “Guamá”, más conocida por lo pinareños como “la Panamericana”, “El Faro” y “El Fuego”. Productos como detergente, jabón, aceite, pollo y pasta dental, son los que acarrean a estas afluencias de personas.
La ministra de comercio Betsy Díaz Velázquez dijo en La Mesa Redonda del 9 de abril que se iba a distribuir la mercancía en cada punto de venta existente en las diferentes localidades a lo largo del país, para favorecer a la población ante las últimas medidas tomadas. Esto podría ayudar a aminorar las extensas colas, pero debe cumplirse realmente y los productos deben estar disponibles.
Por otro lado, está la responsabilidad ciudadana, donde cada individuo debe entender lo seria que es la situación que se está viviendo y ser responsable, tomar las medidas de seguridad con rigor.
Debemos cuidarnos y estar en casa el mayor tiempo posible, si está obligado a hacer una cola cumpla con las medidas de seguridad, mantenga una distancia, no se retire su nasobuco, no coma nada en la calle preferiblemente hasta que no llegue a su casa y lave bien sus manos. Limpie los productos que compro antes de guardarlos, cámbiese de ropa y lave bien sus manos y cara, de ser posible, dúchese y no tenga ningún tipo de contacto con su familia al llegar a casa hasta tomar todas las medidas de higiene posible.
Hay muchas necesidades y carencias reales en Cuba, pero vivir y disfrutar de la vida y de la familia también es una necesidad y un regalo.
- Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
- Miembro del Consejo de Dirección del CEC.