Martes de Dimas
Diego Vicente Tejera y Calzado (1848-1903), poeta, periodista, ensayista, político y fundador del socialismo democrático en Cuba.
Tejera cursó sus primeros estudios en Santiago de Cuba, su ciudad natal. Terminó el bachillerato en Caracas, Venezuela, donde matriculó la carrera de Medicina. Luego matriculó Derecho en Barcelona, sin concluir ninguna de las dos por su inquieta participación en diversos acontecimientos históricos. En 1868 durante el derrocamiento de Isabel II en España; en el Giro de Lares en Puerto Rico; contra el Golpe de Estado del caudillo Guzmán Blanco que derribó al presidente Juan C. Falcón en Venezuela; entre otros y en 1876 fue director de La Verdad, órgano de la Junta Revolucionaria Cubana en Nueva York.
Tejera traducía al inglés, francés y alemán. Como poeta debutó con los versos dedicados a Amelia, su primer amor, seguido del poema “En la hamaca”. Publicó varias poesías y libros de poemas: “Consonancia” (1874); “La muerte de Plácido” (1875); “Un ramo de violetas” (1877); “Poesías completas” (1869-1879); “Poesías” (1893). También está entre sus obras “Un poco de prosa” (1895) e “Italia por Cuba” (1899), entre otras muchas producciones. Su labor periodística comenzó en Barcelona (1871-1874) donde fundó el semanario La Abeja Recreativa y colaboró con la revista El Ramillete.
En 1882 fue vocal de la Sección de Literatura del Liceo Artístico y Literario de Guanabacoa, donde conoció a José Martí, con quien sostuvo relaciones permanentes. Fundó las revistas El Almendares, El Diario de las Damas y colaboró con otras publicaciones.
A partir de 1891, desde Francia, editó la revista América en París, uno de cuyos colaboradores era José Martí, quien en una nota publicada en el periódico Patria, calificó a Tejera de “nuestro indómito poeta.”[1]
El conocimiento adquirido en Europa acerca de los conflictos obrero-patronales, de su relación con los torcedores en las tabaquerías de Cayo Hueso, unido a su apego a la justicia, lo inclinaron a buscar la armonía social. Para lo cual consideraba como factores esenciales: el derecho a la propiedad, la participación en la economía, las libertades y los derechos. Su idea de que la independencia política tenía que acompañarse con la justicia social, lo condujo a la conclusión de que el socialismo no podía ser sino democrático.
En 1869, en Barcelona leyó sus “Reflexiones sobre los medios de destruir el antagonismo de las clases sociales”. Y en 1872 escribió: “Soy socialista porque así trabajo por el bien de un mayor número de hombres”. En esos escritos comenzó a esbozar las ideas socialistas que plasmó en 1891 en el folleto: “Un sistema social práctico; sus grandes líneas”, integrado por cinco estados sociales: miseria, pobreza, comodidad, riqueza y opulencia.
En la miseria ubicó a los que carecen de lo más elemental para satisfacer sus necesidades naturales. En la pobreza a los que disponen de lo estrictamente necesario para cubrir dichas necesidades. En los acomodados, a los que disponen del doble de los recursos para ese fin. En los ricos a los que disponen del triple de recursos para una vida sin preocupaciones. Y en los opulentos a los que cuadruplican sus bienes.
Según Tejera, su Sistema Social permitiría la armonía entre los estados de comodidad, riqueza y opulencia. A la política con ese fin le llamó “Bien común”, encaminado a asegurar un apoyo real a los más desfavorecidos y permitir la movilidad entre los diferentes estados y facilitar que los sumidos en la miseria pudieran transitar al de pobreza.
Para Tejera las necesidades naturales eran los costos de habitación, vestuario higiénico y decente, alimentación sana y suficiente, más un tercio para gastos de enfermedad e imprevistos. Una vez eliminada la miseria, el “Bien Común” deberá dirigir sus esfuerzos y recursos a impulsar todas aquellas obras de utilidad para la sociedad.
En su concepción la propiedad tenía un papel determinante para estimular el interés por el desarrollo. Consideraba que la misma tenía que ser respetada sin vulnerar los límites fijados por las leyes para evitar el lujo insensato y la ostentación desmedida. El objetivo del Sistema era evitar que, en una sociedad dividida en clases, la opulencia deviniera provocación a los más desposeídos.
“El problema social y el problema político se encuentran en la misma ruta y hay que hacerlos andar de frente sin que recíprocamente se entorpezcan. Porque el socialista cubano -decía- debe ser patriota y mostrarse en lo político resueltamente liberal”[2].
Al arribar a La Habana en 1898, fundó el Semanario clandestino La Victoria, en el que participaba Carlos Baliño[3]. En mayo de 1899 fundó el Partido Socialista Cubano, primer partido socialista de Cuba, que propugnaba el entendimiento y la conciliación entre las clases sociales. A los seis meses de fundado se disolvió para fusionarse con el Partido Nacional Cubano, que dirigió Alfredo Zayas. Posteriormente, en 1901, fundó el Partido Popular con el mismo fundamento programático del primero. Ambos antecedieron a la fundación en Cuba de los partidos socialistas y comunistas de corte leninista.
Tejera establecía una diferencia fundamental entre el comunista y el socialista. Para el primero, el Estado lo promueve todo, al precio de perder las libertades, es la estación de ferrocarril, entre dos puntos distantes, para llegar al comunismo. Para el segundo la sociedad es el asiento para construir la justicia social posible con apego a todas las libertades.
Como José Martí, Tejera tenía su pensamiento en el ordenamiento político-social que debería tener la República que emergería de la guerra contra España. Esas ideas las explicó en un ciclo de conferencias impartidas en 1897 en Cayo Hueso y en La Habana: sobre los futuros partido políticos que existirían en la República cubana, la educación en las sociedades democráticas, la mujer y la sociedad cubanas, y la indolencia, entre otras, que constituyeron lecciones de sociología cubana.
La relación establecida entre independencia política y justicia social lo identificaban con José Martí. Ambos establecieron un estrecho vínculo entre insurrección y patria futura. Por eso, antes de la república que emergería de la guerra y del ordenamiento político-social, deberían estar las bases de la justicia social, o como expresaba el Apóstol, la República tiene que estar contenida en la guerra.
La Habana, 28 de marzo de 2020
- [1] Martí, José. OC. T. 5, p.383
- [2] D V. TEJERA. Textos escogidos, p.LI.
- [3] Carlos Baliño López (1948-1926) fundador del Partido Revolucionario Cubano (1892) y del Partido Comunista de Cuba (1925).
- Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).
- Reside en La Habana desde 1967.
- Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos en el (2006).
- Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Científica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
- Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003.
- Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida.
- Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia (CEC).