Después de largo tiempo, y algún viaje

Por José H. Garrido Pérez

 
 
Carta-poema-disquisición, después de largo tiempo, y algún viaje
A Hilda Mateu, con motivo de su exitosa graduación docente
Por olvidadizo, y a causa tuya,
voy a tener que echar mano a las palabras desusadas,
tristes y polillosas
en los lomos dorados de dorados libros.

 


 

 
Por José H. Garrido Pérez
 
Maiko. Obra de Lucía Blanco Pérez.
 
Carta-poema-disquisición, después de largo tiempo, y algún viaje
 
A Hilda Mateu, con motivo de su exitosa graduación docente
 
Por olvidadizo, y a causa tuya,
voy a tener que echar mano a las palabras desusadas,
tristes y polillosas
en los lomos dorados de dorados libros.
Así, podré recrear laberintos de versos
sobre estelas y nocturnos,
rocíos y deslumbres,
glorias, penumbras y eternidades;
pero de pronto, (y sin quererlo yo),
veo que en el cielo, (¡caramba, aún y qué raro!),
brillan las estrellas de que hablé en mis versos,
y sé, o sabré, que ya seré un poco más pasado,
pero terco e imprudente como siempre,
y con algún que otro valor dialécticamente enmarañado
alrededor, encima y abajo, sobre todo abajo,
de la gente buena, y buenos y malos,
que a pesar mío, a pesar tuyo, a pesar de todos,
¿Y quién no?
hacemos por querer vivir sin quitar dificultades.
y me olvido de todo, de las palabras antiguas,
y acaso hasta de que un día… saber hacer este poema.
y solo me resta felicitarte,
y aquí mismo, justo al comienzo, se me acaba el aro poético,
y así, y así…
 
15 de febrero de 1975
 
Poema para cuatro días, largos para mí sin ti,
contigo, a pesar mío, en Isabela de Sagua
 
Porque te vas, y porque estás presente
en la ternura de todas las cosas,
porque bella, iluminada,
venzas el desvelo de mis noches de prisa,
porque tu lejanía es imposible y breve,
y porque creo en el milagro del amor,
me pregunto y consuelo:
cuando vuelvas,
¿no podremos arder?
 
30 de enero de 1975
 
Que soy presente
¡¿y qué?!
No voy a entristecerme por los años de ayer mismo.
Pero; que deje de pensar.
¡Ah!, eso no
Qué dirán los que vengan después,
Con idéntico sueño candente entre las manos.
 
14 de enero de 1975
 
De las crónicas apócrifas…
 
Por aquellos tiempos llamó Jesús a sus discípulos y les instruía diciendo: -sean cautos como la serpiente… Entonces su rostro ensombreció, y bajando los ojos al suelo hizo largo silencio. Los discípulos parecían no entender porque otras veces les había hablado de una paloma. Simón Pedro, el que había dejado su barca y sus redes, se adelantó y le preguntó: -Maestro, ¿y la paloma? Entonces Jesús se levantó, y les dijo: -¡Ah!, ¿la palomita?, esa vamos a dejarla en la jaula por ahora.
 
17-19 de agosto de 1975
 
Tras dos años de techos resecados
La Habana se derrumba en un aguacero negro,
(siempre útil cuando descansa de ser inoportuno,
claro está);
 
ahora esperaré con paciencia, sin mi capa,
con los pies mojados acabado de comer,
(¡capaz que me pasme!, como diría algún viejo,
claro está);
 
y luego me iré despacio bajo el agua,
(total, ya que más da),
con el relente de la luna encima,
y el dinero y los carnés bien guardados,
(son muy importantes,
claro está);
mañana serán
las dos vueltas de más al levantarme;
fue el primer aguacero de mayo o de junio,
(muy bueno, por cierto,
claro está).
 
23 de junio de 1975
21 de febrero de 1976
 
Anotaciones encontradas en la contraportada de una revista del siglo XX
 
Paciencia
 
paciencia
si siempre esta pluma
escribiera así y no tuviera
que apretar () tanto el punto
contra el papel, y claro
que nadie, ni yo, piense
que (estoy haciendo un epigrama,
sino probando
la pluma.
 
23 de mayo de 1975
          
José H. Garrido Pérez (Pinar del Río, 1952-1979).
Arquiterto. Laico católico.
Poeta y ensayista.
Scroll al inicio