Por Rosalia Viñas Lazo
Durante el año 2003 se realizó en Cuba un “Estudio Psicosocial a Discapacitados”, que consistía en censar a estas personas y registrar en bases de datos las discapacidades, para mantener un control sobre su estado de salud y poderlos asistir de una manera rápida y efectiva.
El termino discapacidad, si lo analizamos desde el punto de vista semántico está formado por el prefijo –dis que significa separación y la palabra capacidad que significa talento, inteligencia y estado óptimo, por tanto son personas que presentan algún tipo de anomalía física que no les permite en su gran mayoría realizar tareas comunes, en muchos casos ni valerse por sí mismos.
Las discapacidades se clasifican en:
-
Sensoriales:
-
Visuales: Débiles Visuales y Ciegos.
-
Auditivas: Hipoacúsicos y sordos.
-
Mentales:
-
Psicosis Crónicas: Esquizofrenias y otras.
-
Trastornos Defectuales: Retraso Mental y Demencias.
-
Físico – Motoras:
-
Impedidos Físico Motores.
-
Viscerales o Trastornos en el Funcionamiento de los Sistemas:
-
Insuficiencia Renal Crónica.
-
Insuficiencia Cardíaca.
-
Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica y otras.
Al culminar el estudio efectuado se pudo comprobar que el número de discapacitados es sumamente elevado y resultó como incidencia muy grave la falta de diferentes servicios de salud hacia estas personas que lo necesitan de forma priorizada por las afectaciones mayores que presentan. Es imposible comprender cómo no se ha brindado la atención necesaria, cuando contamos con uno de los más elevados números de médicos, tal es así que se les brinda ayuda a países necesitados, y no somos capaces de priorizar el nuestro.
Se destacó por sobre todas las cosas la carencia de colchones, camas, vestuario y la pésima situación económica que presentan estos pacientes, el estado crítico de sus viviendas, la falta de artículos de higiene, elementos fundamentales para su estabilidad y mejoramiento.
Ahora, no todos los discapacitados reciben ayuda directa del gobierno, nuestro país le brinda una pequeña asistencia a los discapacitados de mayor riesgo, los llamados postrados, anteriormente se consideraba postrada a aquella persona que se encuentra encamada la mayor parte del tiempo, que depende mayormente de otra, aun así pudiendo comer por ella misma, o aquellos que permanentemente necesitan cuidadores. La ayuda consta de tela antiséptica y jabones, se le proporciona después de dos años de haber sido valorado por el genetista.
Siendo esto un gasto tan insignificante, casi ridículo, el gobierno reestructuró el concepto de postrado. Ahora solo se consideran como tales los conocidos como “vegetales”. Son los únicos que reciben esa casi testimonial ayuda, después de padecer dos largos años. Muchos no llegan ni a recibirla. Los familiares de estos pacientes no tienen descanso, para que se les vaya a “validar” a su familiar (discapacitado) pasan muchísimo trabajo, los “pelotean” de un lado para otro sin ningún tipo de consideración; utilizando como excusa que, generalmente, a los genetistas no se les asigna un transporte para esta tarea.
Como dije al principio, son varias las discapacidades y solo se intenta apoyar a un grupo reducido de estos, olvidando que todos necesitan apoyo, ya que la mayoría no trabaja, y dependen de sus familiares. Es deprimente y bochornoso ver lo que se les da, las personas con discapacidad son más vulnerables y necesitan no solo apoyo económico sino también apoyo moral y afectivo, que muchas veces tampoco lo tienen, necesitan una atención médica adecuada y un mínimo de condiciones para poder vivir dignamente.
Actualmente en Venezuela se está llevando a cabo un “Estudio Psicosocial a Discapacitados”. Al parecer somos un buen ejemplo en cuanto a estudios que permiten un mejoramiento en el país. Solo espero que todos los venezolanos que presenten alguna de estas discapacidades obtengan una atención mucho más satisfactoria que la nuestra y una atención que alcance a todos.
Termino con una frase de José Martí, que incita a que todos, no solo el gobierno sino todos los que rodeamos a esas personas, ayudemos y le hagamos más placentera su existencia:
“…Benditas sean las manos que rectifican estas equivocaciones y endulzan estos errores sombríos de la ciega madre creación…”
Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989)
Graduada de Técnico medio en Informática.