Por Miriam Leiva
El 10 de diciembre la Declaración Universal de Derechos Humanos cumplió su 60 aniversario. Mediante la Resolución 217A (III) la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó en 1948 este importante documento, que culminó los trabajos de una comisión presidida por Eleonor Roosevelt e integrada por representantes de países miembros de la organización internacional surgida en 1945 al finalizar la II Guerra Mundial, entre los que estaba Cuba.
La Declaración ha sido un hito para el desarrollo y codificación de los derechos humanos para conformar la Carta Internacional de Derechos Humanos con el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y el Pacto de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo de 1966. No fue hasta el 10 de diciembre de 2007 que el gobierno de Cuba suscribió esos dos documentos, pero transcurrió todo 2008 sin que se ratificaran, por lo que no entraron en vigor. Entre sus disposiciones está la adecuación de la legislación nacional a su contenido.
Las condiciones políticas internas han condicionado la incorporación cubana al proceso de redacción de la Declaración y haber estado entre las primeras naciones que la firmaran y ratificaran, así como el posterior distanciamiento de los compromisos establecidos en los Pactos y la adhesión selectiva a otros documentos en materia de derechos humanos.
Un estudio de la Constitución de 1940 de la República de Cuba sorprende por haber incluido los principios básicos contenidos en la Declaración Universal, cinco años antes de su adopción. Mucho se ha hablado del carácter muy progresista de la constitución cubana para su época y provoca interés hacia la consideración del proceso histórico vivido por la muy joven república inaugurada en el 20 de mayo de 1902.
Tan sólo el 12 de agosto de 1933 el tirano Gerardo Machado había huido con sus partidarios como consecuencia del gran movimiento popular. Su gobierno iniciado en 1925 con grandes esperanzas se colmó de crímenes, al tiempo que los cubanos se sumían en la miseria como resultado de la corrupción y la crisis económica agudizada entre los años 1929 y 1933. Lo sustituyó una etapa de inestabilidad gubernamental que culminó con el golpe de estado de un grupo de sargentos del ejército el 4 de septiembre, entre los que se encontraba Fulgencio Batista, quien paulatinamente fue alcanzando dominio total. Fue un proceso que adoptó medidas progre-sistas impulsadas por personalidades como Antonio Guiteras en su calidad de Ministro del gobierno provisional y que fuera asesinado en mayo de 1935.
No obstante el convulso período, la Asamblea Constituyente comenzó sus reuniones el 9 de febrero de 1940, con la participación de los delegados elegidos, entre ellos 3 mujeres y eminentes intelectuales, representativos de las fuerzas políticas existentes, incluidos los comunistas. Su texto fue firmado el 1 de julio en el poblado de Guáimaro al igual que la constitución de la república en armas, y se promulgó en el Capitolio de La Habana el 5 de julio de 1940. Esa etapa republicana se institucionalizó con las elecciones generales del 14 de julio que elevó a Fulgencio Batista como presidente.
Desafortunadamente las pugnas políticas posteriores llevaron al golpe de estado de Batista el 10 de marzo de 1953, que desembocara en una sangrienta tiranía sacada del poder el 1 de enero de 1959 por las luchas populares y las fuerzas rebeldes al mando de Fidel Castro. Próximo a cumplirse 50 años de un único gobierno, Cuba está inmersa en una aguda crisis política, económica y social. Desde el 31 de julio de 2006, como se conoce, el Presidente pasó sus funciones provisionalmente por su grave enfermedad al General Raúl Castro, quien fue confirmado el 24 de febrero de 2008.
No obstante, las promesas del nuevo Presidente de implantar cambios estructurales y de conceptos en su discurso del 26 de julio de 2007, indispensables para comenzar a revertir los serios problemas y las necesidades que afrontan los cubanos, no se han ejecutado. El país sufre la situación más difícil de su historia por la complicación por los efectos devastadores de tres huracanes y la crisis económica mundial.
Los casi coincidentes aniversarios de estos tiempos podrían realmente celebrarse en Cuba, si se liberaran los presos de conciencia y políticos pacíficos, y se confiriera a todos los cubanos el libre ejercicio de sus derechos en un ambiente de reconciliación para beneficio de la Patria.
La Habana, 26 de noviembre de 2008
Miriam Leiva (Encrucijada, 1947)
Periodista Independiente cubana. Fue diplomática en varios países de Europa.
Miembro fundadora de las Damas de Blanco.
Reside en La Habana.