Cuba y África del Norte

Foto tomada de Internet.

Siempre que hablamos de las penurias y carencias económicas que viven y han vivido los cubanos durante los 63 años de comunismo en la isla, sale a relucir el mal llamado “bloqueo”. El embargo económico impuesto por Estados Unidos ha sido el eje central de las justificaciones del gobierno en cuanto a temas como producción, economía y desarrollo del país. Pongamos en contexto la situación actual. En Cuba no se produce nada, escasea todo y viven una hiperinflación ya insostenible para la inmensa mayoría de los cubanos. Nuestros ancianos muriendo de hambre, gente matándose en colas interminables para conseguir un pedazo de pollo, en fin, un escenario digno de la era medieval. Como consecuencia el éxodo es masivo y la represión cada vez más fuerte.

Pero… ¿Que tan cierto es esto del bloqueo como el eje de todos los males? ¿Acaso no existen más países en el mundo con quien comerciar? ¿Por qué no tenemos un comercio interno más potente? ¿Por qué no somos líderes en innovación en la región si somos un país supuestamente altamente creativo? Me nacen todas estas interrogantes, pero quiero que nos introduzcamos más profundo aún en este problema.

Acompáñenme por favor.

Cuando pensamos en regiones pobres del planeta saltará a la vista África como emblema de la pobreza en el mundo. Las imágenes de niños muriendo de sed y hambre han recorrido el ciberespacio impactando a millones y atrayendo trillones de dólares de ayuda interminable que no parece resolver nada y por el contrario cada vez la situación se vuelve peor y más violenta. En éxodo, así como en Cuba también es masivo, emigran a toda Europa y cada año mueren miles de familias en estas travesías. Agregar que no tienen un embargo por parte de Estados Unidos y por el contrario son ayudados por miles de ONGs cada año sin resultado aparente al tema de fondo.

Si le preguntas a un militante o simpatizante de cualquier movimiento de izquierdas del mundo el porqué de esta situación, te dirá que es por culpa de la colonización, el racismo, la esclavitud y explotación por parte de occidente en la historia de los últimos siglos. El capitalismo es el culpable, dirían muchísimos de los “buenólogos” de izquierda en el mundo. Nada, absolutamente nada, más lejos de la realidad que esto.

George Ayittey, economista ghanés, presidente de Free Africa Foundation, fallecido el pasado enero del 2022, hizo un estudio muy revelador sobre la historia de este continente. Resulta que la historia de África no comenzó con la colonización de sus pueblos a manos de Occidente. No señores, tienen una historia milenaria, donde sus tribus y pueblos practicaban el libre mercado y tenían las rutas de intercambio comercial más largas y complejas del mundo. Antes de la intervención de Occidente el ecosistema económico de la región funcionaba libremente, sin intervenciones estatales. Se comerciaba entre aldeas y regiones dentro de África. Llegaron incluso a desarrollar arquitectura majestuosa para la época. El libre mercado era el modelo económico en aquella África virgen. Después vino la colonización, la esclavitud y toda la barbarie que ya conocemos y que no tendrá justificación alguna jamás.

Tan cerca como a mediados del siglo pasado, comenzó la liberación de estos pueblos, en medio de la guerra fría, en un mundo dividido entre Estados Unidos o la Unión Soviética, capitalismo o comunismo, libertad de mercado o estatismo. Para desgracia de estos pueblos escogieron la segunda opción. Fue fácil para el comunismo inyectar sus ideas en estos pueblos apoyándose en el resentimiento y el odio hacia el hombre de occidente. Fomentando y financiando guerrillas, partidos políticos, dirigentes, adoctrinando, etc…

¿Resultado? Tras lograr cada independencia se impusieron economías centralizadas, mercados completamente sobre regulados, incluso dictaduras y gobiernos totalitarios y sanguinarios en muchos casos. La corrupción rampante y el burocratismo desmedido.

Escogieron mal y hemos sido testigos de sus consecuencias durante décadas.

Si pudiéramos resumir en una sola frase la causa de esta interminable pobreza de la región sería “falta de libertad económica”.

Para que tengan una idea, crear una empresa en Senegal puede tardar legalmente casi dos años el proceso. Cosa que en un país con libertad económica tardaría media hora, unos pocos dólares y una computadora con internet para realizar el trámite.

No es coincidencia que los países con mayor libertad económica del mundo sean los más exitosos, los que más crecen y donde todos quieren inmigrar. Como tampoco es coincidencia que, así como en Cuba, en Senegal te encuentras a un ingeniero o un licenciado de taxista o mesero.

Todos los países del mundo, sin excepción, que han optado por el camino de economía centralizada y sobre regulada han tenido el mismo resultado, miseria, desempleo, pobreza y corrupción a todo nivel. Desde la Unión Soviética de Stalin, la China de Mao, Corea del Norte, etc.…

Cuba, créanme, no es la excepción.

No requerimos de Bloqueo de ningún tipo para estar como estamos. Así como en muchos países de África, basta con controlar todo, matando el comercio, satanizando al emprendedor y con ellos la innovación y la inversión en nuevos negocios, matando el tejido el productivo del país, politizando la producción al antojo del partido, controlando precios, sobre regulando al mercado y reprimiendo.

Con todos estos elementos es suficiente para que un país se marchite, empobrezca, se desabastezca, la economía se paralice, la moneda sufra una hiperinflación, todos se marchen en busca de un futuro mejor y perdamos nuestra mejor gente con la cual reconstruir nuestra nación.

Para que Cuba florezca, solo necesita una cosa, y se llama “Libertad”.

¿A que me refiero con Libertad? A esto:

Libertad para emprender nuevos negocios y nuevas ideas. Libertad de exportar e importar como individuo, garantías constitucionales para la propiedad privada, no más controles de precio, no más monopolio del Estado sobre los medios de producción, privatización de todas las industrias para que de una vez funcionen y sean eficientes. Que nuestros campesinos sean dueños de sus cosechas y de sus tierras, que el libre mercado haga su trabajo con su mano invisible. Veremos salarios dignos, gente motivada, todos los negocios abastecidos y una fuerte inversión extranjera para impulsar la reconstrucción del país. Minimizar el burocratismo empresarial a la mínima expresión posible, bajos impuestos y reglas de juego claras e iguales para todos.

¿Será mucho pedir?

Nótese que del bloqueo ni hablamos, dando estos pasos, que depende netamente de la voluntad política de nuestra nación, se resuelven gran parte de nuestros problemas. El embargo no afecta, ni jamás ha afectado, nuestra economía al nivel que nos han pintado. Si estamos como estamos es por escoger el sistema económico y político más fracasado de la historia de la humanidad.


Damián Pérez González (La Habana, 1983).
Graduado en Lengua Inglesa en el Instituto de Comercio
Exterior de La Habana.
Emprendedor y Empresario.
Especializado en ventas, Marketing, Liderazgo y Sistemas de
mejora continua en Santiago de Chile.
Reside en Miami.

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