Cuba, tras el financiamiento de la Unión Europea

Martes de Dimas

El 12 de julio de 2023, el Parlamento Europeo aprobó una resolución que condena la violación sistemática de los derechos humanos en Cuba y solicitó acciones contra los responsables de dichas violaciones, entre ellos al presidente Miguel Díaz-Canel. Seis días después, el 18 de julio, la tercera Cumbre Unión Europea-Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (UE-CELAC), se reunió para, entre otros temas, tratar la asignación de recursos financieros dirigidos a promover la estabilidad económica y reducir el endeudamiento exterior de los países de América Latina y el Caribe.

Cuba, además de la sistematicidad en las violaciones de los derechos humanos se encuentra sumida en la crisis más profunda de su historia a causa del modelo totalitario impuesto. Una de las múltiples manifestaciones de ese estado es la insolvencia financiera. Mientras el interés de la UE en promover ayuda financiera para por mejorar las relaciones con América Latina y el Caribe, debido a la creciente presencia de China, podrían servirle al gobierno cubano para aliviar una crisis irresoluble sin desandar el camino transitado hasta hoy.

La revolución de 1959 concentró el poder en manos del líder, la propiedad en manos del Estado, y desmontó la sociedad civil. Hoy, los cubanos, al carecer de los derechos y libertades, para remontar esa situación, requieren del acompañamiento externo. La UE, la mayor organización supranacional del mundo, por ser el primer socio comercial de Cuba y por la historia de relaciones con la Isla, es una de las fuerzas externas con más condiciones y capacidad para acompañarnos en el tránsito hacia la democracia.

Como las autoridades cubanas carecen de voluntad política para emprender la reforma estructural que el país requiere, utiliza su influencia externa para consensuar posiciones que le permitan recibir beneficios sin alterar la esencia del sistema implantado, lo cual explica el discurso de Miguel Díaz-Canel en la Cumbre:

Somos países independientes y soberanos, con una visión de futuro en común […]. La expoliación colonial y el saqueo capitalista convirtieron a Europa en acreedora y a América Latina y el Caribe en deudores. Las políticas financieras de la Unión Europea siguen imponiendo barreras al desarrollo de nuestra región. Se requiere -como se ha planteado aquí por varios- una reforma integral de la arquitectura financiera heredada de la Guerra Fría y de Brettton Woods, y buscar soluciones al grave problema de la deuda externa, que hemos pagado varias veces […]. El respeto inalienable de cada país de decidir su propio sistema político, económico y social, sin imposiciones de pretendidos paradigmas culturales, democráticos y de derechos humanos, debe primar en nuestras relaciones.

Aunque la resolución condenatoria del Parlamento Europeo no es de obligatorio cumplimiento, al representar la opinión de los ciudadanos de los países miembros, pudieran convertirse en obstáculo para que Cuba sea incluida en el financiamiento para los países de América Latina y el Caribe.

Todo depende de la relación entre las tres instituciones determinantes de la UE: la Comisión Europea (principal órgano ejecutivo), el Parlamento Europeo (órgano legislativo) y el Consejo de la Unión Europea (principal instancia decisoria de la UE, que representa a los Estados Miembros). Es decir, la condena del Parlamento al gobierno de Cuba podría obstáculizar la intención del Gobierno cubano para recibir financiamiento sin antes implementar cambios estructurales, debido a sus controvertidas relaciones. Veamos:

Los países miembros de la UE sostuvieron relaciones de forma bilateral hasta 1996, cuando la fuerza aérea de Cuba derribó dos avionetas de Hermanos al Rescate y el Gobierno desató la represión contra la concertación opositora Concilio Cubano. En respuesta, la UE asumió la Posición Común para alentar una transición a la democracia pluralista, el respeto a los derechos humanos y mejorar las condiciones de vida del pueblo cubano.

En el 2002, en un momento de distención, la UE instaló una delegación en La Habana y el gobierno de Cuba inició las gestiones para incorporarse al Acuerdo de Cotonú[1] (de carácter vinculante respecto a las libertades fundamentales, los derechos humanos y la democracia); pero en 2003, el encarcelamiento de 75 opositores pacíficos y el fusilamiento de tres jóvenes que intentaron capturar una lancha para huir del país, condujeron al Consejo de la UE[2] a reafirmar la Posición Común. Luego, en el 2008 Cuba decidida a reiniciar el diálogo político liberó algunos de los prisioneros, pero en 2010 prohibió la entrada al eurodiputado español Luis Yáñez, mientras el prisionero político, Orlando Zapata Tamayo, murió, en una prolongada huelga de hambre. El tímido inicio de la liberación de los presos políticos, fue considerado por la UE como paso  insuficiente, por lo cual mantuvo la Posición Común y otorgó un mandato de negociación a la Comisión Europea para estimular a la contraparte cubana a profundizar el camino iniciado.

En 2014, en respuesta a la liberación de los presos políticos, el Consejo de la UE autorizó a la Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, a reiniciar las negociaciones que condujeron al Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación, firmado en 2016, cuya aplicación provisional comenzó en 2017. Ain embargo, en su “Informe Anual sobre Derechos Humanos y Democracia en el Mundo”, del año 2021, la UE señaló que en Cuba la libertad de expresión, de asociación y de reunión seguía siendo objeto de importantes restricciones; lamentó que el Gobierno cubano no apoyaba las recomendaciones procedentes de los Estados Miembros de la UE; ubicó la libertad de prensa de la Isla entre los diez países en el mundo; y planteó que el desacato y la propagación de las epidemias se utilizaron para restringir la información ciudadana en las redes sociales. De esa fecha acá el retroceso en materia de derechos humanos ha sido permanente. Su máxima expresión fueron las detenciones arbitrarias y las elevadas condenas a los manifestantes del 11 y 12 de julio de 2021.

Ese historial confirma que el diálogo político carece de sentido si el Gobierno cubano no da verdaderas señales de respeto al pueblo que supuestamente representa. Para ello, además de liberar a los prisioneros políticos, debe ratificar el Pacto de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto de Derechos Económicos Sociales y Culturales, firmados en febrero de 2008, y adecuar la legislación interna a esos documentos, que constituyen el fundamento de la participación ciudadana; exigencias implícitas en la condena del Paramento Europeo al Gobierno de Cuba.

Como Cuba no da la más mínima señal de respeto a los derechos humanos, todo depende del consenso a que lleguen la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea.

La Habana, 7 de agosto de 2023

[1] Relaciones de cooperación entre la UE y los países de África, Caribe y Pacífico.

[2] El Consejo de la Unión Europea, conjuntamente con el Parlamento Europeo, ejerce el poder legislativo de la UE.

 


  • Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).
  • Reside en La Habana desde 1967.
  • Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos en el (2006).
  • Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Científica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
  • Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003.
  • Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida.
  • Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia (CEC).
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