CUBA: CRISIS, SALIDA Y PROPUESTA

Foto tomada de Internet

Cuba está en una coyuntura sin precedentes. Se han encadenado situaciones internas y externas que han provocado un escenario inédito y crítico. Cuba debe buscar una salida.

La crisis

Internamente entramos en una nueva profundización de la crisis sistémica inherente al modelo económico y político que no funciona y que ha demostrado su ineficiencia e inviabilidad. A pesar de los intentos de “actualizarlo” con medidas cosméticas, ha demostrado su agotamiento sencillamente porque va contra la naturaleza humana. No solamente es un problema económico o político, es un problema antropológico.

El Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, ha reconocido esta situación de la siguiente forma:

“El 26 de julio de 2018, al conmemorar el aniversario 65 del Moncada, y el primero de enero del presente año al celebrar el aniversario 60 del triunfo de la Revolución, advertí sobre el escenario adverso que se había conformado y el resurgir de la euforia y el apuro de nuestros enemigos por destruir el ejemplo de Cuba. En ambas ocasiones señalé la convicción de que se estrechaba el cerco del imperio en torno a Venezuela, Nicaragua y Cuba. Los hechos han confirmado aquella apreciación.” 1

La situación internacional es descrita como la más grande amenaza desde hace 50 años:

“El actual Gobierno de los Estados Unidos y su ambición hegemónica hacia la región, plantean la amenaza más perentoria de las últimas cinco décadas a la paz, la seguridad y el bienestar de Latinoamérica y el Caribe.” 2

La peor noticia que ha causado una gran incertidumbre y angustia en el pueblo está formulada en las siguientes predicciones:

“…es necesario que estemos alertas y conscientes de que enfrentamos dificultades adicionales y que la situación pudiera agravarse en los próximos meses. No se trata de regresar a la fase aguda del Período Especial de la década de los años 90 del siglo pasado; hoy es otro el panorama en cuanto a la diversificación de la economía, pero tenemos que prepararnos siempre para la peor variante.” 3

Otra vez, volvemos a “lo peor”. Hay otra vez una invitación para prepararnos teniendo en cuenta que no nos pudimos “preparar” desde que cayó la Unión Soviética hace 28 años. El mensaje termina en un callejón sin salida: “No existe otra alternativa.”

La reiteración de las crisis de las que no se sale nunca completamente en un continuo experimento social con seres humanos, demuestra por un lado que se prioriza sobre todo el mantenimiento del poder. Por otro lado, demuestra el irrespeto a la diferencia y a la condición humana.

La escasez y el cansancio de tantas promesas incumplidas son una tozuda realidad que convierte a cada ciudadano perjudicado por la falta de alimentos y medicinas en un duro crítico del modelo. Hace unos años la gente de a pie decía ante una necesidad apremiante: “es que los de arriba no lo saben, en este municipio, en esta provincia hay mucha ineficiencia y negligencia”. Este tipo de recriminación no la escuchamos hace ya bastante tiempo. El pueblo sabe, y ahora dice en alta voz que el responsable es el gobierno, y en ocasiones lo expresa con nombres y apellidos. Esto es una realidad comprobable en todas las provincias, en cada esquina, en las tiendas vacías, en las colas interminables y muchas veces violentas que tienen ya, con frecuencia, que ser “organizadas” por la policía. La crispación aumenta y como dice la gente: “la cosa no se arregla”.

En el ámbito internacional, Cuba está perdiendo aliados en América Latina y otros lugares del mundo. Cuba está aislada. Los cambios políticos en Brasil, Ecuador, Argentina, Colombia, El Salvador, entre otros, han invertido la correlación de fuerzas en el continente. La Unasur se ha desintegrado prácticamente y ha perdido su sede y su liderazgo. El Alba se queda sin algunos de sus miembros y la Celac no se ha podido reunir hasta hoy ni siquiera con motivo de la grave crisis venezolana. Cuba perdió la oportunidad que le brindó Obama y ahora el gobierno de Estados Unidos declara abiertamente que terminará con el “socialismo en este hemisferio”.

La salida: no hay continuidad posible sin renovación de lo fracasado

La alineación en el tiempo de estas condiciones internas y externas, ha construido un escenario inédito y verdaderamente grave. La prensa oficial intenta dar buenas noticias y es cada vez más propaganda y menos noticias, más largos los artículos de opinión y más ausente la verdadera situación de los demás países. Con frecuencia muchos cubanos no han establecido la conexión entre la crisis económica y la crisis política, entre las noticias de Venezuela y la situación de Cuba, entre los cambios hacia la derecha en el mundo y el atrincheramiento llamado “continuidad”. Continuidad en política no es hacer más de lo mismo con otros métodos de dirección o con el uso de las nuevas tecnologías. Para lograr una continuidad posibilista y viable es necesario hacerlo todo diferente a lo mismo que no ha funcionado por seis décadas, “cambiar todo lo que deba ser cambiado” porque ha demostrado que no funciona.

Renovación de la economía

La auténtica continuidad y renovación en economía es aquella que mantiene los objetivos y cambia modelos, métodos, estilos y sobre todo cambia la mentalidad. La continuidad de todo modelo económico no son sus estructuras y mecanismos, lo único que debe continuar y no debería cambiar en economía es su fin y su destinatario: mejorar la calidad de vida del pueblo. Pareciera como si enCuba el fin de la economía fuera solo las 30 libras de alimentos para la canasta básica, o el suministro del agua y la luz. Todo eso y todo los espacios y proyectos que proveen de lo espiritual, cultural, educacional, vivencial, no es el fin, son solo medios para que la gente sea un poco más feliz. Todo lo demás, modelos y sistemas, relación mercado y Estado, propiedad y riqueza, impuestos e inversión, solo se justifican si logran este insoslayable objetivo: el bien común, es decir mejorar el nivel de vida y su calidad. Y que la gente pueda vivir en paz, sin el desasosiego cotidiano, sin la incertidumbre del futuro, sin el ruido que enloquece, sin la propaganda que distrae y aburre. No hay modelo económico perfecto pero hay que buscar el que mejor funcione, o por lo menos el que funcione, para lograr el fin último de toda economía. Continuidad en economía es crear un marco de bienestar para que la vida sea buena, plena y feliz. Todo lo demás debe ser cambiado si no ha dado resultado en 60 años.

Renovación de la política

La continuidad y la renovación en política son las que mantienen el gran fin de la buena política: la búsqueda de la libertad, la justicia, la paz y el desarrollo en su mayor grado. Todo lo demás son medios para lograr este alto y noble fin. Todo lo demás que no logre alcanzar mayores grados de esos cuatro pilares de la democracia debe ser cambiado para alcanzar el fin de la política, que es buscar una convivencia entre ciudadanos y países sin violencias, ni guerras, ni represiones. Todo lo que no conduzca a esa meta debe ser cambiado. No hay sistema político perfecto, pero hay que buscar el que mejor funcione, el que no excluya a nadie, el que reconozca y respete todos los derechos para todos, el sistema que más espacios de libertad y corresponsabilidad cree, el que más participación ciudadana alcance, el que no tenga que prometer para ganar tiempo, el que no tenga que reprimir a una parte de su pueblo, aunque sea minoritaria, para mantener el poder a toda costa, el modelo que no se imponga sino que se acuerde entre todos, o mejor, los modelos que puedan trabajar juntos para alcanzar consensos que reciban la aprobación de la mayoría y respeten e incluyan los derechos de las minorías y no las satanicen o descalifiquen.

No es posible que no haya que cambiar un modelo político que imponga una sola ideología, que proclame que “solo” esa ideología puede alcanzar el pleno desarrollo humano, que ese modelo es irrevocable y que debe ser defendido hasta con la lucha armada si fuera necesario. Imponer y excluir no es continuidad, es perder a los dos millones y medio que no apoyaron con su Sí la nueva Constitución cubana. ¿Qué hacer con esos que no asintieron y los otros que por estar fuera no tuvieron derecho al voto? Pues incluirlos, legalizando la discrepancia, abriendo espacios políticos diversos, creando un clima respirable para el pluralismo, confiando en que es mejor para los cubanos unirnos en la diversidad, que excluirnos en la discrepancia. Continuidad y renovación en política es alcanzar un pacto social incluyente y participativo que se llama democracia. Todo lo demás debe ser cambiado porque ha demostrado que divide, segrega, discrimina y reprime, no solo la participación política, sino hasta la expansión del alma.

Renovación de las personas

No basta la renovación del modelo económico y del sistema político, primero que todo y siempre, en el fondo de todo, es necesario que nos renovemos por dentro, que cada ciudadano despierte y tome conciencia de que necesita y es mejor para él como persona, renovar su mentalidad, renovar su alma, su vida espiritual, rediseñar sus propios proyectos de vida con un nuevo aliento de libertad, con una nueva asunción de su responsabilidad, con nuevas opciones tomadas en conciencia. La educación ética y cívica inspirada en los valores de matriz cristiana que conforman nuestra cultura, y la reconstrucción de la familia y de la sociedad civil constituyen la “trinidad” de la renovación personal.

Renovarse por dentro es más difícil y mucho más importante y esencial que los cambios por fuera. Cuba sufre un daño antropológico, vale decir, en la estructura interior de las personas, en su falta de voluntad, en su incapacidad para pensar con cabeza propia, en su falta de inteligencia emocional para encauzar sus sentimientos, en las incoherencias cotidianas entre lo que pensamos, decimos y hacemos. Renovarse por dentro es parar, reflexionar, tomar las riendas de nuestra vida, ejercer la soberanía personal, y escoger de forma autónoma y trascendente nuestro propio proyecto de vida, y una vez que lo hayamos diseñado, defenderlo de toda manipulación, sea del Estado o del mercado, sea de los medios de comunicación o de otras personas. La autonomía de nuestro proyecto personal solo puede ser iluminada por una ética libremente asumida como camino y aliento de vida. Cada cubano debe buscar su propia salida, no huyendo de su país, sino disponiendo su alma para recorrer lo que Nelson Mandela llamó “el largo camino hacia la libertad” y nosotros agregamos: “hacia su responsabilidad”. Libertad y responsabilidad son vela y ancla del navío de nuestra vida.

Las propuestas

La salida de esto que la prensa llama “situación compleja” y que la gente percibe como crisis persistente, “nuevo período especial”, “la cosa está mala”, no se logrará buscando nuevos patrocinadores para el petróleo y la financiación de nuestra economía desde fuera, ni buscando que vengan los inversionistas extranjeros, ni con más planes y lineamientos, que intentan lograr resultados diferentes con los mismos modelos y estructuras.

La salida, la renovación, está en buscar la capacidad y el talento de los cubanos de dentro y de fuera, y liberar las fuerzas productivas, su iniciativa emprendedora, su libertad de empresa y de propiedad, su enorme deseo de progreso y felicidad, y liberarlo del pensamiento decadente, de los modelos fallidos, de las mentalidades conservadoras, de las trabas burocráticas, de las “medidas” a medias y cosméticas, de las reformas para afuera y la cerrazón continua para los de adentro. Debemos escuchar la voz de nuestro pueblo, pero para ponerla en práctica no para atrincherarnos en más de lo mismo. Debemos estar atentos a las propuestas de la gente porque la sordera y la ceguera no sirven para la continuidad de la vida ni para la renovación de todo lo que debe ser cambiado. La salida se encontrará cuando descubramos hacia dónde queremos que Cuba salga. No vaya a ser que en el laberinto de la búsqueda choquemos con la puerta falsa que no funciona. Si sabemos a dónde queremos que Cuba vaya, valga decir, hacia su libertad plena, su prosperidad laboriosa y su felicidad alcanzable, entonces hay que proponer, y encontraremos la salida.

El Centro de Estudios Convivencia ha publicado en un reciente libro que hemos llamado “Cuba busca una salida” una compilación de seis Informes de Propuestas de soluciones para no quedarnos en la queja inútil, en la crítica destructiva o en la indiferencia cívica. Estos han sido publicados en nuestra página web (www. centroconvivencia.org). Esa visión de futuro, es solo una propuesta cívica proactiva que pudiera servir para animar el debate público en la más amplia pluralidad de opciones, para que el futuro lo podamos edificar entre todos. Pero el tiempo pasa y se nos acaba. Es necesario mirar alto, lejos y pronto. Una vez más es urgente recordar y cumplir lo que José Martí nos dejó como encomienda: “Pensar es prever”. “En prever está el arte de salvar”. “Guiar es prever.” “Prever es la cualidad esencial en la constitución y gobierno de los pueblos”.4

La salida de Cuba está en los cubanos, los de dentro y los de fuera. La salida de Cuba debe ser responsabilidad de todos los cubanos y está en el ejercicio pleno de su libertad y responsabilidad, en sus ansias de progreso y felicidad y eso, eso es imparable. Es reprimible por un tiempo. Es dilatable por otro tiempo, es disfrazable para ganar tiempo. Pero, aprendámoslo de una vez, a partir de la experiencia de nuestra historia y la de pueblos hermanos de todo el mundo: la libertad y las ansias de felicidad son irrefrenables e irreducibles por todo el tiempo. Un día salen y amanece. Todo lo que se oponga a ellas dos va contra la naturaleza humana y causa un grave daño antropológico. Todo lo que vaya contra la naturaleza humana, su dignidad plena y su felicidad, sea modelo político o económico, debe ser cambiado.

Aceptémoslo: la libertad y la felicidad, junto con el amor, son la esencia de la condición humana.

Pinar del Río, 25 de marzo de 2019
124 Aniversario del Manifiesto de Montecristi

Referencia

  • 1Periódico Granma, 11 de abril de 2019. p. 6 Disponible en http://www.granma.cu/discursos-raul/2019-04-11/ la-constitucion-que-hoy-proclamamos-garantiza-la- continuidad-de-la-revolucion-y-la-irrevocabilidad-de-nuestro- socialismo-11-04-2019-00-04-35
  • 2Ídem. p. 6
    3Ídem. p. 6
    4Martí, José. Obras Completas. Tomo 6 p. 325; “La lección de viaje”. Periódico Patria. Tomo 2. p. 397; O.C. Tomo 3, p. 425 y O.C. Tomo 6. p. 159.
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