Palabras en la presentación del libro “Cuba busca una salida”, de Ediciones Convivencia, el miércoles 26 de junio en la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid
Las seis décadas transcurridas desde 1959 confirman lo que ha ocurrido en todas las épocas y lugares donde se ha implantado un modelo ajeno a la naturaleza humana. El totalitarismo cubano ha sido rebasado por la complejidad social. Se trata pues, de una ley inexorable.
Para salir de la crisis bastaría un paquete mínimo de medidas y la correspondiente voluntad política para ejecutarlo, pero la subordinación a una ideología y el apego al poder lo han impedido.
El resultado es un país inmerso en una crisis estructural, cuyo saneamiento tiene que abarcar a todos sus componentes. Sin embargo, la imposibilidad en las condiciones actuales de actuar simultáneamente sobre todos sus componentes, obliga a comenzar por lo posible con la visión de, gradualmente, abarcarlo todo.
Por lo anterior los sujetos de los cambios no pueden ser los que condicionaron el fracaso. El prolongado tiempo en el poder los hace responsables de todo lo transcurrido, pero a diferencia de 1959, además de ser responsables del desastre generado, han creado intereses y contraído responsabilidades que le impiden conducir las reformas de forma consecuente. Se trata de una contradicción insoluble: la incompatibilidad de los cambios con la conservación del modelo. El Partido-Estado-Gobierno cubano está atrapado por la historia.
A pesar de lo tardío, limitado y contradictorio de los intentos de reformas, en un modelo irreformable, han generado un escenario irreversible. El poder y la propiedad concentrados en el Estado ejercieron un control total sobre la Economía, el Derecho, la Cultura, la Educación, los Medios de Comunicación y sobre las personas. Resultado: el actual desastre.
El Centro de Estudios Convivencia, imbuido en la necesidad de un cambio social y enraizado en lo mejor de nuestra memoria histórica, se ha enfrascado en la generación de pensamiento y de propuestas que presenta hoy bajo el bajo el título: “Cuba busca una salida”.
Los primeros seis informes concluidos: Economía; Tránsito Constitucional y Marco Jurídico; Cultura; Educación; Agricultura; Medios de Comunicación Social y Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones se ocupan de seis temas medulares, repito: Economía, Derecho, Educación, Cultura, Medios de Comunicación Tecnologías de la Información y la persona humana, que conforman los seis aspectos básicos que el Estado totalitario puso bajo su control absoluto.
Por ese control implantado durante décadas, lo ocurrido no es una ligera avería en el cuerpo de la nación, sino un profundo retroceso desde la economía hasta la espiritualidad, que no solo abolió la institución del ciudadano, sino que le acarreó un daño antropológico a cuatro generaciones de cubanos, cuya sanación es y será el mayor y más complejo de los retos para la actual y para las generaciones futuras.
Los seis informes
En Economía: a corto, mediano y largo plazo
Como los seres humanos se mueven hacia determinados fines en dependencia de sus intereses, y el factor determinante del fracaso en materia económica ha sido la falta de la autonomía que requiere la naturaleza de la economía, “Cuba busca una salida” propone, como eje central de los cambios: la democratización de las relaciones económicas, para que la persona humana ocupe el lugar que le corresponde y del cual fue desplazada.
Como cada medida guarda una estrecha relación con las restantes, su separación en el corto, mediano y largo plazo no es esquemática. Cada momento implica y tiene efectos sobre los restantes. Comienza por la restitución del derecho a la propiedad, una institución que sirve de fundamento del orden personal y social. A corto plazo “Cuba busca una salida” propone: comenzar por liberar de las trabas actuales al sector cuentapropista y extenderlo a todas las ramas de la economía; permitir su acceso a todos los cubanos sean o no profesionales; crear pequeñas y medianas empresas y cooperativas sin ser inducidos por el Estado, liberar el comercio y promulgar una nueva ley de inversiones despojada del apellido de extranjera, con la cual todos los cubanos, sin excepción, tengan el derecho a participar como inversionistas en su país.
Dichas medidas se dirigen a movilizar la capacidad emprendedora de los cubanos y fomentar una clase económica nacional.
Su viabilidad radica en que el propio gobierno, aunque no las desee, las necesita en un escenario, nacional e internacional, desfavorable para impedirlo.
A mediano plazo dichas medidas, complementadas y profundizadas, conducirán a la descentralización administrativa y al crecimiento de la economía, sin lo cual no se puede mejorar el nivel de pobreza generalizada y conducirán, en el largo plazo a la institucionalización de las libertades en el camino hacia la instauración de un Estado de Derecho, donde exista todo el Mercado que sea posible y todo el Estado que sea necesario.
En materia legislativa
“Cuba busca una salida” plantea un conjunto de propuestas generales para una reforma constitucional y 45 propuestas de leyes complementarias en cuatro bloques: Leyes Orgánicas y Estructurales, Económicas, para el Desarrollo de la Sociedad Civil y Leyes para el Desarrollo Humano Integral.
En Cultura
“Cuba busca una salida” propone una dimensión de la cultura cubana en la cual la Historia sea una herramienta vital para la conformación de pensamiento y de las libertades de conciencia, dirigida a erradicar o disminuir gradualmente los rasgos negativos enraizados en nuestra cultura como son la primacía de la violencia, el caudillismo, la falta de visión y la indiferencia; males que han servido de combustible al proceso revolucionario que nos regresó al punto de partida en peores condiciones.
En Educación
“Cuba busca una salida”, comenzando por el rescate de la libertad de los padres a escoger el tipo de educación para sus hijos, abarca desde las escuelas privadas paralelas a las escuelas públicas, la autonomía universitaria hasta una profunda reforma educativa dirigida a conformar un pensamiento crítico.
En Agricultura
“Cuba busca una salida” plantea entregar todas las tierras en usufructo en propiedad de los que la trabajan; liberarlos de las imposiciones del Estado; permitir que esos propietarios -sin interferencia estatal- creen cooperativas; y con un estudio casuístico transformar los improductivos latifundios del Estado en pequeñas y medianas empresas y/o en verdaderas cooperativas, dotados de personalidad jurídica.
En Medios de Comunicación Social y Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones
“Cuba busca una salida” propone, como necesidad ineludible del desarrollo social y personal, el acceso libre a precios asequibles a esos novísimos medios que cada vez, a una mayor velocidad, introducen nuevas posibilidades, lo que ha hecho de las TICs un medio, una materia prima para toda actividad humana y requisito ineludible del desarrollo personal y social.
La utilidad de estos seis informes y de los que próximamente saldrán a la luz, radica en que no están concebidos para derribar, sino para edificar.
De derribar se ha ocupado la historia. “Cuba busca una salida” pone el acento en las causas que posibilitaron el retroceso sufrido e impedir los siempre posibles nuevos retrocesos. En consecuencia, todos los informes contenidos en “Cuba busca una salida”, desde diversos ángulos, apuntan a un objetivo común: la recuperación del ciudadano, que constituye el mayor de los daños ocasionados por el modelo totalitario implantado en Cuba.
- Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).
- Reside en La Habana desde 1967.
- Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos en el (2006).
- Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Científica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
- Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003.
- Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida.
- Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia (CEC).