“¡Cómo se saben cosas por facebook!” “¡Cómo vi gente que yo conocía y ni me acordaba!” Tan ingenuas expresiones se las escuché a una señora de más de 70 años que por primera vez incursionaba en la red de redes, a quien un minuto después también le escuché decir: “¡qué bueno debe ser tener eso en casa!”
Poder acceder a internet en zonas públicas, pagando a 37.50 pesos (CUP) la hora, cuando el salario medio es de 740.00 pesos (CUP), solo da acceso a menos de 20 horas en internet al mes suponiendo que todos ganaran el salario medio y se dedicara íntegramente a este fin. Si bien es verdad que en Cuba no se puede vivir del salario y todos nos hemos visto obligados a buscar otra vía de ingresos, esta es la realidad oficial para la mayoría.
En internet se producen los mismos problemas que en otras realidades humanas: los que más tienen intentan obtener privilegios, los que no saben quedan a merced de los que saben, los que tienen cierto poder, ya sea financiero o político, intentan usarlo para su beneficio particular. Y no podemos pensar en prescindir de esas otras realidades: las empresas, las escuelas o la política, por ejemplo.
Es lamentable e injusto que, bajo pretextos como que puede representar un peligro para la seguridad nacional o promover la pornografía infantil, se bloquee, aún dentro de las posibilidades de la infraestructura, el derecho a acceder a internet, siendo la concreción más actualizada del derecho de libertad de expresión, que, como sabemos incluye el derecho a recibir información.
Es hora de que los cubanos pasemos de imaginarnos “¡qué bueno debe ser tener eso en casa!”, a preguntarnos: “¿cuándo vamos a tener eso en casa?”
Karina Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1968).
Licenciada en Economía.
Fue responsable del Grupo de Economistas del Centro Cívico.
Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia.
Reside en Pinar del Río.
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