Por Eugenio Leal
Desde el viernes 23 de septiembre hasta el 27 de noviembre permanecerá en el Museo Nacional de Bellas Artes, en su Edificio de Arte Universal, la exposición “Caravaggio en Cuba” Auspiciada por el Ministerio para los Bienes y las Actividades Culturales. Sobreintendencia Especial para el Patrimonio Histórico Artístico y Étnico Antropológico y para el Polo Museal de la Ciudad de Roma.
Con curaduría de Rossella Voldret y Giorgio Leonese, se exhibe la obra maestra “Narciso”, 1599, de Michelangelo Merisi, llamado el Caravaggio (1573-1610), junto con 12 creaciones de pintores vinculados a él, que se asemejaron a las temáticas del artista lombardo.
Caravaggio es uno de los exponentes más destacados de la escuela naturalista que surgió en Italia, como oposición a la corriente manierista del siglo XVI. En sus cuadros, tanto profanos como religiosos, no utilizó otro modelo más que la cruda realidad sin someter a los personajes a proceso alguno de idealización. Los protagonistas de sus obras son tipos vulgares y corrientes sacados de la vida cotidiana: mendigos, echadores de cartas, prostitutas, borrachos y jornaleros. Esta forma de tratar las composiciones religiosas atrajo la atención por su carácter devocional, que facilitaba la identificación de los fieles con los modelos de santidad. Fue asimismo muy importante el empleo del claroscuro para imprimir dramatismo a sus obras. La luz, en sus cuadros, no suaviza las formas sino que crea fuertes contrastes que ayudan a dirigir la mirada del espectador. Su sombrío dramatismo es designado como barroco.
El manierismo fue una reacción contra la armonía, el orden y la perfección de los siglos XV y XVI, predominante en Italia entre el 1520 y 1600. Se caracteriza por el color brillante, las composiciones complejas y las formas exageradas. Se asocia con el arte y los artistas de gran maestría, virtuosismo y un refinamiento excesivo.
Según Rossella Vodret, la curadora de la exposición “Caravaggio en Cuba”: El objetivo de la exposición es profundizar e ilustrar una época fundamental del arte italiano, en la que la ciudad de Roma es protagonista de la profunda transformación que tiene lugar durante los primeros treinta años del siglo XVII. Además de los cambios debido a la Reforma Luterana y al Concilio de Trento (1545-1563), que marcaron la Roma eclesiástica, en los albores del siglo XVII se asiste a una verdadera revolución artística.
Para su creación el artista se inspiró en la leyenda griega del joven Narciso que, al verse reflejado en el agua quedó en una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su imagen se arrojó al agua de la fuente. En el sitio creció una flor que lleva su nombre. Por eso, en psicología el narcisismo designa el amor excesivo a uno mismo.
Según el psicoanalista Erich Fromm, en “El Arte de Amar”, el narcisista no acierta amar a nadie más que sí mismo, y en realidad, ni siquiera a sí mismo. De ahí, el simbolismo de la exposición en Cuba, donde el narcisismo político ha ocasionado un daño antropológico que demorará generaciones en sanar.
Juan Eugenio Leal García. Palmira, Cienfuegos, Cuba, 1952.
Graduado de Técnico Químico del Instituto Politécnico de Química. (1981-1983)
Graduado de Ingeniero Mecánico del Instituto Superior Técnico Militar “ José Martí”.(1983-1989)
Bachiller en Estudios Bíblicos y Teológicos. (1999-2002) y Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos. (2008).
Participó desde la fundación (21 de diciembre, 2004) en la Revista Digital Consenso y posteriormente el Portal Digital Desdecuba.com. En este último mantiene compartido el blog de Masonería La Colmena.