Elevar los niveles de inversión es un reto fundamental para la economía, al que se ve abocado el gobierno cubano ante la profunda crisis existente. La conjunción de los efectos negativos de la pandemia, la caída del turismo, la escalada de sanciones por parte de los Estados Unidos (especialmente la administración Trump), la pérdida de apoyo financiero por parte de socios importantes como es el caso de Venezuela, y la mala gestión de la economía que por décadas ha estado presente, imponen la necesidad de reformas, de buscar alternativas.
Entre otras, algunas de las reformas –particularmente para enfrentar el problema de la corrupción como freno a la inversión– que sería importante aplicar en la economía y la sociedad cubana son las siguientes:
- Promover sinergias y la acción conjunta entre actores públicos y privados. Lejos de enfrentamiento entre estos actores de la economía se debe propiciar un clima de complementariedad y colaboración, que genere condiciones atractivas para los inversionistas.
El Estado por si solo, ha demostrado a lo largo de la historia y en diferentes latitudes ser incapaz de solucionar los desafíos que plantean las sociedades modernas, los casos de Cuba y Venezuela son ilustrativos al respecto.
En estos países la centralización estatal ha sido el principal motivo del fracaso económico, también ha corrompido los sistemas políticos al poner a los respectivos países en manos de élites corruptas que a nombre de la sociedad hacen y deshacen, y la falta de participación y protagonismo que ha impuesto este modelo a otros sectores de la sociedad civil y privados han conllevado al fracaso político y social. De este modo, pensarse un país con un clima atractivo para inversiones foráneas o domésticas pasa ineludiblemente por una mayor complementariedad entre estos actores y un reconocimiento –sin retrocesos– del sector privado.
- El diseño institucional para la gobernanza es sin lugar a duda otra de las buenas prácticas que puede ser fundamental para enfrentar el fenómeno de la corrupción y promover inversiones en la economía cubana. La construcción de un sistema institucional sólido, transparente, multinivel y multidimensional, con fuertes vínculos interinstitucionales y con una agenda de colaboración y cooperación para la gestión, el diseño y la evaluación de las políticas públicas.
Las instituciones son fundamentales para la democracia y para cualquier modelo de gestión que busque determinados niveles de estabilidad y una gestión efectiva, representan las “reglas del juego” sin las que sería imposible el avance ordenado y eficaz de las políticas implementadas. Es por ello por lo que para enfrentar la corrupción de forma decidida en intentar crear condiciones favorables a la inversión, resulta de vital importancia el tema de la institucionalidad, el que debe ser atendido como la base sobre la que se cimienta todo el sistema o modelo de implementación de políticas públicas.
- La transparencia constituye otra de las buenas prácticas de gobernanza. Al mismo tiempo la promoción de la transparencia en los procesos de gobernanza ha de ser entendida -entre otras cosas- desde un principio que facilita y garantiza el acceso de los ciudadanos a la información relacionada con la gestión de las instituciones y organizaciones en los distintos niveles de gobierno, de manera tal que la ciudadanía y la sociedad civil estén en mejores condiciones de conocer, valorar y participar como actores protagonistas en dicha gestión.
Así se promueve y potencia el desarrollo económico y social en los diferentes niveles de las sociedades, pues la transparencia propicia circunstancias favorables para estimular las inversiones como consecuencia de la generación de un clima de confianza hacia las instituciones y organizaciones de la sociedad civil, privadas y gobiernos.
Conclusiones
Los tres puntos anteriores intentan resaltar la importancia de aplicar en Cuba buenas prácticas de gobernanza, como un camino posible para combatir problemas graves de la sociedad actual, como son los altos niveles de centralización estatal o la corrupción, y de ese modo, generar mejores condiciones para atraer inversiones foráneas y potenciar la inversión doméstica en la economía.
La mayoría de las múltiples aproximaciones conceptuales en torno al concepto –controvertido y polisémico– de gobernanza, coinciden al menos en resaltar los siguientes elementos: 1. Rol protagónico de la sociedad civil y del sector privado, en su complementariedad con el sector público o estatal 2. Existencia de instituciones inclusivas, que dejan claras las reglas del juego y ofrecen seguridad a los actores, 3. Importancia de garantizar la transparencia en la gestión y en todos los procesos económicos, políticos y sociales. Potenciar estas tres buenas prácticas de gobernanza, sin dudas será decisivo si queremos hacer despegar los niveles de inversiones en Cuba y avanzar en desarrollo económico.
Jorge Ignacio Guillén Martínez (Candelaria, 1993).
Laico católico.
Licenciado en Economía. Máster en Ciencias Sociales por la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España.
Miembro del Consejo de Redacción de la revista Convivencia.
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