¡El consumidor siempre tiene la razón!

Viernes de Rosalia

“¡El consumidor siempre tiene la razón!” Esta frase casi todas las personas la hemos escuchado alguna vez. Trabajar atendiendo o interactuando con el público no es tarea fácil, es necesario mantener una excelente profesionalidad, educación, paciencia y tolerancia.

Después de la apertura al trabajo por cuenta propia en Cuba surgieron diferentes negocios particulares, los cuales destacaron por su alto nivel de profesionalidad y excelente servicio, pero de igual forma, así como la mayoría de los centros estatales, también hay centros particulares que carecen de una buena atención y compromiso en un servicio de calidad y agrado. Es difícil desprenderse de la falta de profesionalidad que se ha arrastrado a lo largo de los años, convirtiéndose en un lastre que hasta hoy causa descontento y tedio a la gran mayoría.

Para trabajar con público necesitas dejar los problemas y preocupaciones en casa, poner la mejor sonrisa, aunque no sea tu mejor día, contar hasta 100 cuando te encuentras con un cliente malhumorado, y brindar siempre mucha atención y sensibilidad al público.

Personalmente tuve hoy una experiencia nefasta en una pizzería a la cual fui a almorzar. Para comenzar, cuando fui a hacer el pedido después de esperar a que el dependiente pudiera atenderme, noté que no estaba de muy buen humor, aun así hice mi pedido de manera muy educada y esperé. Después de esperar largo rato, pregunté si ya estaba, y resultó que no hizo mi pedido a las elaboradoras en la cocina. Cuando le dije que hacía bastante rato estaba esperando, obtuve como respuesta: “No discutas, que para mí el cliente nunca tiene la razón”. Después de escuchar esa expresión cargada de desplante y mal tono, le expliqué que no era la forma correcta de tratar a un cliente, y que el trabajo que estaba realizando requería más respeto y menos mal humor y falta de profesionalidad.

Es complejo el trato al público, sobre todo porque encuentras una variedad de caracteres y personalidades en los clientes; pero el trato respetuoso, cálido y alegre casi siempre crea el mejor de los climas.

Necesitamos crecer y desarrollarnos en el avance y calidad del servicio, tanto en el sector estatal como el particular, de ello depende bastante el crecimiento y prosperidad de la Cuba que soñamos.

 

 


  • Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
  • Miembro del Consejo de Dirección del CEC.

 

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