Por Max Barbosa.
Jeffrey Puentes García (Candelaria, Pinar del Río, 1976), llegó con la buena noticia a Miami: tres documentales que reflejan el quehacer de la comunidad católica en su pueblo natal:
25 kilómetros (19 minutos, 2005) aborda el peregrinar de dos mujeres a través del campo para asistir a la misa de cada domingo. 72 horas (27 minutos, 2007) observa cómo parte de la feligresía participa en el carnaval de Candelaria durante sus tres días de celebración sin dejar de preocuparse por el sacerdote local quien permanece solitario en su parroquia, y Para subir al cielo (24 minutos, 2008) se inmiscuye en los preparativos del acontecimiento que será realizar la Eucaristía en plena campiña.
Puentes García estudió en la Facultad de los Medios de Comunicación Audio Visual en el Instituto Superior de Arte en La Habana, graduándose con Título de Oro en el 2007 como resultado de su incansable bregar por el cine y las tablas desde 1998 cuando finalizó los estudios de Dirección Escénica en la Escuela Nacional de Teatro.
Pero el hecho de haber participado con apenas diecisiete años en el clausurado Centro de Formación Cívico y Religioso de la Diócesis de Pinar del Río y la influencia del entonces Obispo, Monseñor José Siro González Bacallao, le permitieron recrear la realidad cubana con esperanza.
De ahí la presentación de los tres documentales el pasado 17 de julio en el Salón Félix Varela de la Ermita de la Caridad del Cobre miamense, auspiciado por los Caballeros Católicos y con la promoción del entusiasta periodista de Radio Paz, Julio Estorino quien introdujo a Jeffrey.
“Siempre fue un sueño poner mis documentales en la Ermita de Caridad del Cobre, un lugar lleno de historia y tradición”, expresó.
Por lo general, la comunidad católica de Miami no está informada del quehacer cotidiano de la feligresía en la Isla. Los medios de comunicación solo describen actividades de la jerarquía, sobre todo, si implica relaciones con el gobierno y hechos (me refiero a la forma de enfocarlos) más bien de crónica roja como el caso de los dos sacerdotes recientemente asesinados. No es de extrañar el asombro de los asistentes a la proyección ante la fe que denotan sus protagonistas. Muchos de ellos han vivido más en el exilio que en Cuba.
Varios se refirieron al tesón espiritual de las hermanas que caminan tantos kilómetros para asistir a misa cada domingo, lamentándose de que aquí, a pesar de las comodidades, algunos incumplen con sus deberes religiosos. Otros abordaron la expresión nada agradable, sin espontaneidad, de los comparseros durante los carnavales de Candelaria. Sin embargo, para muchos resultó inesperada la actitud de una de las mujeres al llevarle una cantina de comida al sacerdote del pueblo, Padre Iván, víctima de la soledad que significa para un pastor desatender a su rebaño por causas ajenas a su voluntad. En los carnavales la parroquia permanece vacía.
“La Iglesia es algo más que la jerarquía, es el pueblo de Dios”, afirmó Estorino al comentar la solidaridad con el Padre Iván.
Monseñor Agustín Román, Obispo Emérito de la Arquidiócesis de Miami, presente en el acto, explicó que él había visto los documentales durante un viaje en ómnibus a San Agustín donde reposan los restos del Padre Félix Varela.
“Los cristianos, en cualquier lugar, funcionan por la fuerza de Dios”, dijo.
¡Ojalá se cumpla el interés de Frank Díaz, presidente de los Caballeros Católicos, al proponer la proyección de estos documentales en varias parroquias de la Arquidiócesis!
Es cierto: Jeffrey Puentes García llegó con la buena noticia a Miami.
Max Barbosa
Reside en Miami, Fla.