En pocos días finaliza el año 2018, un año difícil como los anteriores para los cubanos de a pie, esos que trabajan y luchan por subsistir el día a día, esos que sueñan con un mañana donde primen la libertad y las oportunidades. Y también ha sido un año de pequeños cambios e iniciativas por parte de los cubanos, que han hecho valer su criterio y han defendido causas que favorecen a cada ciudadano en la Isla.
Ha sido un año marcado por una notable crisis económica, donde todo escasea, todo sube de precio, tanto que, ni teniendo dinero, se encuentra lo necesario. Un año en el que cambió el presidente de los Consejos de Estados y de Ministros y no tiene el apellido Castro.
Un año donde se presentó un Proyecto de Reforma Constitucional, donde se dio la idea de que el pueblo podía debatir y discutir al respecto, con el fin de ser presentado a Referendo el 24 de febrero del año entrante. Un Proyecto de Constitución que no representa a todos los cubanos y no garantiza los derechos humanos de los ciudadanos. Un año donde el gobierno ha querido erradicar la corrupción sin hacer un profundo análisis de qué lo produjo. Un año donde la represión, detenciones arbitrarias y el hostigamiento a activistas de derechos humanos ha aumentado.
Pero también ha sido un año donde muchos cubanos han despertado de su adoctrinamiento y han sentido la necesidad de defender sus derechos y denunciar lo que no consideran justo. Un año donde un grupo de artistas, acompañados de activistas dentro y fuera de Cuba, de vecinos, amigos, y de muchos cubanos que se han sumado a la causa, han dicho NO al Decreto 349, esto ha sido un ejemplo y un despertar, aunque la lucha continúe.
Un año en el que muchos cubanos están opinando sobre el Proyecto Constitucional y no se han detenido en el artículo 68, el cual también es muy importante, pero que el gobierno ha usado para desviar muchos otros iguales en importancia. Un año en el que el pueblo cubano conoce más sobre la realidad profunda existente en la Isla. Un año donde hay más cubanos dispuestos a defender sus derechos y libertades.
Tengo fe, rezo y espero que aires nuevos nos inunden y nos iluminen. Dios está con nosotros.
Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
Miembro del Consejo de Dirección del CEC.
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