CIENTÍFICOS PINAREÑOS (II)    

Miércoles de Quintana

Preguntado en un programa de Televisión acerca de la economía de su familia, un renombrado científico respondió: “Mi padre tenía un hotel de una sola noche”. “Si, agregó, porque el que pasaba la noche en él no volvía más”. Claro, se trataba de un chiste, porque La flor asturiana era un hotelito de sobrio confort y esmeradas atenciones que erró por los alrededores del cine Aída desde 1912 hasta terminar en la calle Vélez Caviedes, en donde hoy se encuentra La casa de la trova.

En 1958 visité varios días seguidos el hotel. Fui con un correligionario que debía ejecutar una acción violenta en las cercanías del mismo. Como la universidad estaba cerrada, el hijo del dueño, estudiante de medicina, atendía el mostrador de la cantina. Hablamos, consumimos, reímos, le pagamos y estudiamos el terreno. No siempre le pagamos. Nos fió. Y cuando mi amigo cumplió su tarea y desaparecimos, le quedamos a deber 30 centavos. Mi amigo tuvo que emigrar a Estados Unidos. Yo fui a parar a Tenerías de Guane. Pensé que nunca más sabría de mi acreedor, el jovial Ricardo.

Hasta que un día, en un programa de T.V, vi que entrevistaban a un renombrado Doctor de suaves maneras y elegante traje. Era mi acreedor, catapultado por su inteligencia y gran esfuerzo personal, a las cumbres de la Psiquiatría moderna. Comencé a recalcular mi deuda para pagarle. La calculé con interés simple durante cuarenta años. Resultó que debía pagarle 3 pesos con 60 centavos. Solo era cuestión de tiempo. Honraría mi palabra.

El improvisado bartender que conocí en 1958 es el Doctor en Ciencias Médicas Ricardo Gonzáles Menéndez, Especialista de Primer y Segundo Grado en Psiquiatría y Profesor Consultante y Titular de la Universidad de la Habana. En 1959, reabierta la universidad, regresó a ella y se graduó de médico. Cumplió el servicio social en la antigua provincia de Oriente y permaneció varios años en ella. El joven que un día soñó con ser piloto de aviación, se convirtió en un Psiquiatra excepcional.

Nació en la ciudad de Pinar del Río en 1936 y tuvo una vida larga preñada de sacrificios y éxitos. Casi siempre la gloria es precedida por el sacrificio, el error y las frustraciones. Ahí es donde aparece la voluntad en apoyo de las utopías.

El doctor Ricardo Gonzáles fue Presidente de la Comisión nacional de Ética Médica; Miembro Permanente del Tribunal Nacional de Grado Científico y Miembro Emérito de la Academia de Ciencias de Cuba. Su actuar bienhechor cruzó las fronteras del país. Fue reconocido y condecorado en diversos países de América y Europa. Fue Secretario General de la Asociación de Psiquiatras de América Latina y Profesor honorario de varias universidades.

Martiano profundo y confeso, puso su saber científico al servicio de la sociedad. Escribió más de cuarenta libros sobre Psiquiatría, Psicología y Ética y Deontología Médicas. Escribió más de quinientos artículos sobre los mismos temas en diversas revistas, en algunas de las cuales como “Adicciones”, de España, fue miembro del equipo de redacción.

Héroe del Trabajo de la República de Cuba, el doctor Ricardo Gonzáles alternó sus quehaceres como estudioso contumaz e investigador acucioso, con la práctica clínica. Fue médico del Hospital Psiquiatrico de la Habana por más de cincuenta años, en donde hizo gala de sapiencia y de bondad y simpatía por los enfermos.

Fue un batallador contra las drogas y las adicciones. Sentenció que “La marihuana es, junto al alcohol y otras, una droga dura que transforma notablemente el comportamiento humano “. Se pronunció contra su legalización.

El doctor Ricardo Gonzáles Menéndez murió el 1 de octubre de 2021, luchando contra la COVID y como consecuencia de haberla padecido. Es un genuino orgullo de Pinar del Río.

 

 


  • José Antonio Quintana de la Cruz (Pinar del Río, 1944).
  • Economista jubilado.
  • Médico Veterinario.
  • Reside en Pinar del Río. 
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