¿Qué pasará en Cuba en el nuevo año? ¿Quién será el presidente que sucederá al actual? ¿Será el comienzo de una nueva reforma constitucional y política para Cuba? o ¿La vida de los cubanos seguirá siendo igual? Estas son preguntas que los cubanos y el mundo se están haciendo a diario.
Es inevitable no estar preocupados con los cambios que se avecinan, principalmente porque el pueblo cubano no tiene el voto electoral en su mano y depende a gran escala de las decisiones que los gobernantes quieran y puedan tomar. Pero tenemos a nuestro favor el derecho a expresarnos libremente a pesar de que durante 58 años se nos haya vetado este derecho.
Cuando debates sobre este tema son muchas las opiniones que te puedes encontrar, y en la mayoría de ellas está la necesidad de un cambio apremiante y facilitador de recursos para la subsistencia desahogada de los ciudadanos.
Precisamos con urgencia cambios:
- Que proporcionen y provean una mejor calidad de vida.
- Que faciliten oportunidades para todos los ciudadanos sin exclusión por ideología, raza o credo.
- Que se abran espacios de diálogo donde los múltiples sectores de la sociedad estén presentes.
- Que se respeten las opiniones discordantes a las del gobierno y no se reprima a las personas o proyectos que las defiendan.
- Que la educación no esté adoctrinada por un sistema político.
Cabe la posibilidad de que los cambios que puedan darse no sean los más favorables, y este es uno de los escenarios que menos se esperan, pero de ser así, hay que seguir caminando hasta alcanzar la meta soñada, como dice el buen cubano, para atrás, ni para coger impulso.
Son muchas las expectativas que se tienen para este 2018, tengo fe en que los cubanos sepamos escoger el camino y no nos perdamos en nimiedades. Es hora de que avancemos como nación y como un pueblo libre.
Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
Miembro del Consejo de Dirección del CEC.