Algunos apuntes sobre la comunicación humana

Foto tomada de internet.

La comunicación humana es un proceso complejo que permite que la sociedad funcione, se desarrolle y crezca. Existen principios básicos que deben estar presentes en esa actividad.

Uno de los principios básicos es el respeto entre las partes como reconocimiento de la dignidad de la parte opuesta. Ese respeto no implica que se elimine la autoridad; ciertamente los padres, profesores, los miembros de la fuerza del orden y otros deben ejercer la autoridad, pero deben hacerlo sin violar la dignidad y el respeto a otros.

Las personas que ejercen la autoridad en la casa, en instituciones o la sociedad tienen que respetar lo anterior. De ahí que resultan totalmente improcedentes el comunicar órdenes que violen los derechos y principios básicos de los seres humanos; y es genuino rechazar la obediencia a esas instrucciones.

En las sociedades occidentales, uno de los principios fundamentales de la educación consiste en enseñar el respeto a las personas que tienen una opinión diferente. Por el contrario, en la educación de sistemas totalitarios resulta crítico el demonizar, rechazar y apartar a todos los que no coincidan con lo esperado. Especialmente entre los niños y los jóvenes resulta muy importante el ser aceptado, de manera que se proteja expresando como suyas las ideas que se tomen como las normas correctas en la sociedad. La comodidad y costumbre instauran ese comportamiento como un patrón una vez la persona es adulta.

Esa práctica de la dicotomía entre el pensamiento personal, y lo que se expresa en público, se solidifica si se condiciona el acceso al trabajo, el estudio o el avance profesional al mensaje que se exprese públicamente. Si, además se aplican medidas coercitivas contra el que exprese algo diferente a lo normado, ese comportamiento se consolida. Los resultados directos de esto es la falta de confianza en los otros, y el desconocimiento de lo que realmente piensan las personas.

Lo anterior deja claro que otro de los principios básicos de la comunicación humana efectiva es la verdad. El optar por la mentira pudre la comunicación desde el origen mismo, pues el mensaje emitido no es concebido para su naturaleza original, sino para otros, por ejemplo, el manipular o engañar.

Los seres humanos alimentan su verdad a partir del conocimiento, el estudio y las vivencias personales. Si esos elementos son parciales y no dan acceso al pensamiento de otros, la verdad que defiende una persona u otra puede ser muy diferente. En ese caso, siempre que cada una de las partes sea genuina en su posición, y esté dispuesta a escuchar a los otros, el proceso de la comunicación llevará necesariamente al crecimiento de los seres humanos.

Si la persona rechaza escuchar a la otra parte para comprenderla, si se escuda en una posición sin contemplar alternativas, se produce el mismo efecto de dos personas que hablen un idioma diferente, o que la comunicación sea interrumpida por medios externos. En esos casos el proceso de comunicación efectiva no se logra. Como dice una frase muy antigua, es necesario ponerse en los zapatos del otro, o no le hagas a otro lo que no te gustaría que te hagan a ti.

Los seres humanos cuando se conocen mutuamente, desarrollan un sentimiento muy especial, la empatía. El egoísmo, el individualismo y la falta de empatía, es un comportamiento típico de las sociedades donde la comunicación se basa en el rechazo a otros, la coerción que impida la comunicación eficiente, y la mentira.

Al ser la comunicación un proceso que expresa el pensamiento humano es importante que el ser humano tenga la libertad de cuestionarse y dudar, como parte de su proceso de crecimiento. Eso ha llevado en las sociedades occidentales, a que se desarrolle el pensamiento investigativo y científico, y eso se refleja en el avance tecnológico y los premios nobel en diversas disciplinas.

El acceso libre a la información, la libertad de pensamiento y a expresar el mismo, son derechos naturales del ser humano. Pero esas actividades son además, los principios elementarles para permitir el desarrollo y el crecimiento de las sociedades.

 

 


  • Estela Teresita Delgado Rosales (La Habana, 1956).
    Graduada como traductora e interprete en la Universidad de La Habana en 1984.
    Graduada del Klessheim Institute de Austria en la especialidad de Turismo.
    Autora de tres libros: Almas escondidas, 2009, La revolución de Castro al desnudo, 2023 (segunda edición) y Crónica de un aldabonazo, 2024.
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