Por Karina Gálvez Chiú
El slogan de trabajar por un socialismo próspero y sustentable se ha vaciado de contenido, si es que alguna vez tuvo alguno concreto. Volvimos, antes de lo que muchos imaginábamos a hablar de restricciones y ahorro, de ajustes y afectaciones.
Hemos escuchado hablar de actualización del modelo y hasta de actualización de la actualización del modelo, porque se trata de actualización de los lineamientos que supuestamente actualizarían el modelo socialista.
Tres dificultades: la disponibilidad de divisas, capacidad de créditos y la disminución de portadores energéticos. El problema de la disponibilidad de divisas, generado por la caída de ingresos por exportaciones, el conservadurismo en la utilización de créditos, que evidencia poca confianza en que cambie la situación financiera y la disminución de la cantidad de combustible debido a la situación de Venezuela y de los precios del petróleo.
Algunas prioridades: las actividades que generen ingresos externos y contribuyan a sustituir importaciones como el turismo, extendiéndose a aquellas producciones y servicios que tributen a las mismas; la importación y producción de alimentos, la circulación mercantil minorista, la producción de materiales de construcción.
Algunas determinaciones: afectar lo menos posible a la población, no afectar la disponibilidad de divisas de aquellos sectores que generan ingresos externos, mantener el equilibrio financiero interno, mantener la ejecución de los programas de desarrollo, mantener la oferta de los productos a los que se les ha rebajado el precio.
Revisemos más detenidamente cómo el gobierno cubano se propone enfrentar estas dificultades, teniendo en cuenta las prioridades enunciadas, sin renunciar a sus determinaciones.
¿Cuáles son las medidas que tomará el gobierno cubano para enfrentar la situación descrita? El propio ministro de economía la llama “… proyección restrictiva con racionalidad… ” (Diario Granma, 9 de julio de 2016, p. 6-7).
Primeramente, la rebaja de los portadores energéticos. Otra vez las restricciones en el uso de la electricidad y del combustible en las industrias. No escuchamos, sin embargo, algo que nos haga pensar que podamos sobrevivir dignamente sin el petróleo suministrado por Venezuela, otra vez sufrimos los efectos de la dependencia económica, sin que se anuncien soluciones sostenibles.
También se habla de las inversiones: “Y ha habido inversiones que hemos tenido que parar en la proyección que estábamos haciendo”. (Ídem.) Es cierto que se anuncia que se mantendrá el suministro a las actividades que generen ingresos externos y que se ejecutarán aquellas inversiones asociadas a programas de desarrollo, que serán, en números, mayores que el año pasado. Pero el mantenimiento de los niveles planificados de inversión no resuelve el problema de la crisis. No escuchamos nada de estímulos a la inversión privada, cuyo aumento podría generar empleo, e ingresos por concepto de impuestos al Estado.
“Administrar con mucho cuidado la toma de créditos”. (Ídem.)
“En el mes de mayo, los Organismos nos plantearon que de los créditos previstos en el plan, había una gran parte que no estaba contratada y que ya en el año no nos iba a llegar. (…), entonces lo que estamos es legalizando esa posición y restringiendo la toma de créditos”. (Ídem.)
Si actualmente hemos renegociado nuestras deudas con muchos países y existe la voluntad del gobierno de cumplir con los proveedores con quienes en la actualidad se ha incumplido, por qué no nos atrevemos a endeudarnos, por lo menos hasta donde estaba previsto? El crédito es un instrumento financiero útil, cuando es bien administrado. Cuba está en una de sus mejores épocas de renegociación de deudas y de posibilidades de crédito después de la caída del bloque socialista de Europa del este.
La restricción de los créditos contrae la economía. No escuchamos nada de aprovechar las posibilidades anunciadas por el gobierno de los Estados Unidos, exigiendo su concreción y realizando las aperturas necesarias en Cuba.
Otra medida es la de “Mantener el equilibrio financiero interno”. (Ídem.)
Es importante para la economía mantener una relación sana entre el salario medio y la productividad, a fin de que cada peso que salga a la circulación tenga respaldo productivo. En Cuba, se logrará este equilibrio, mediante la baja de la producción y por tanto, del salario. Es otra contracción económica. Sin hablar de que los verdaderos ingresos de la población no dependen solo, ni principalmente del salario, por lo que el circulante seguirá siendo considerablemente mayor que la oferta en un sector y mucho menor en otro.
Esta medida se complementa con el mantenimiento de la oferta de productos a los que se les bajó el precio en los últimos meses. Teníamos la esperanza de que esta oferta no solo se mantuviera, sino que aumentara.
No importar del exterior lo que se pueda producir dentro. Según afirma el ministro de economía, la producción de determinado producto debe disminuir su importación (“… la entrega de leche a la industria se está sobrecumpliendo por la agricultura y eso debe dar un ahorro en la importación de leche en polvo”) (Ídem.). Es una buena noticia, solo que esperábamos que, entonces existiera un aumento de la oferta de leche, que continúa siendo un producto normado, subsidiado para la población menor de 7 años o enfermos.
Apreciemos que son todas medidas de supervivencia y para evitar el surgimiento de nuevas dificultades. Cada una de las que se anuncia es una medida restrictiva, de contracción y no de desarrollo.
Tal como la ministra de recursos hidráulicos expuso, al conocer lo que le planificaron de combustible, que la población tendría electricidad pero no tendría agua, podemos continuar poniendo ejemplos de que no es posible separar las afectaciones al sector estatal de las afectaciones a la población, en un país donde la economía es centralizada y todos los recursos están en manos del Estado.
Si el ron es importante para el turismo, también lo es el transporte, las inversiones en infraestructura, las inversiones culturales y muchas otras cosas.
La economía en crisis no se puede separar por departamentos.
Si la “actualización del modelo” ya no dio resultado en 5 años, de nada vale, “actualizar la actualización del modelo”. Es necesario ya probar otras fórmulas ya probadas en el mundo. Es necesario escuchar propuestas de solución formuladas ya por académicos cubanos, sin etiquetarlas ni calificarlas.
Es hora de que el Ministerio de Economía cubano anuncie cómo vamos a salir de la crisis y no cómo vamos a resistir la crisis. Una verdadera apertura a los cubanos, estimularía su espíritu emprendedor, su capacidad de recuperación.
Para construir un “socialismo próspero y sustentable” no resultan las viejas estructuras ineficientes y las viejas fórmulas de resistencia. A no ser que solo pretendamos sobrevivir.
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Karina Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1968).
Licenciada en Economía.
Fue responsable del Grupo de Economistas del Centro Cívico.
Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia.
Reside en Pinar del Río.