Por Enrique Fonts
Obras abstractas inspiradas en el Eclesiastés y el Ecclesiasticus… Una exploración artística que alcanza a reflejar significados profundos e individuales… Un logro en el camino artístico de Emilio Héctor Rodríguez.La pintura abstracta permite el alto grado de libertad que Emilio necesita para que su experiencia como persona y como artista fluya sin obstáculos.
Por Enrique Fonts
Obras abstractas inspiradas en el Eclesiastés y el Ecclesiasticus… Una exploración artística que alcanza a reflejar significados profundos e individuales… Un logro en el camino artístico de Emilio Héctor Rodríguez.
La pintura abstracta permite el alto grado de libertad que Emilio necesita para que su experiencia como persona y como artista fluya sin obstáculos. Su agilidad técnica facilita la exteriorización de un espíritu con larga y significativa historia. Existe repetición formal en esta serie, formas y colores surgen de un alto grado de concentración y meditación, de una profunda introspección. Somos poderosamente estimulados a responder, a seriamente experimentar un viaje que rápidamente trasciende al lienzo, a lo puramente visual. Existe un contenido, estas obras no son decorativas aunque es innegable su valor formal. Hay movimiento perceptivo y mental, real y onírico, analítico y emocional.
La trayectoria artística de Emilio demuestra una gran técnica, ya sea en sus obras figurativas como abstractas y una personalidad contemplativa, reflexiva, con alta sensibilidad y estilización. Comenzó muy temprano, él recuerda sus primeros resultados artísticos a los doce años. Quiso matricularse en la prestigiosa escuela de San Alejandro, donde fue uno de los 30 candidatos escogidos entre más de 300 solicitantes. Desafortunadamente, otros parámetros utilizados para ingresar en esa institución impidieron que Emilio Héctor pudiera educarse allí. Estos no tenían nada que ver con su capacidad y talento artísticos, sino que eran relacionados con su insuficiente participación política en el proceso revolucionario cubano. Debido a la dificultad de tener materiales para desarrollar su arte, recurrió frecuentemente al dibujo con lápiz y finalmente encontró posibilidades de trabajar con óleo, tempera y otros materiales al participar en programas ofrecidos por centros culturales estatales, específicamente el taller situado en 23 y C en el Vedado, bajo la tutela del pintor Jesús Antonio Valdovino Díaz. Emigra a París en 1981, donde según él se desarrolla “pasivamente” visitando galerías y museos, experimentando y estudiando. Después de un año se traslada a los Estados Unidos con su familia y ahora son las dificultades económicas las que tratan de afectar su arte, algo que no logran, pues Emilio no para de producir obras de calidad en el momento y con los materiales que encuentra.
¿Es posible ser matemático y artista? ¿Es posible una repetición del fenómeno humanístico? La respuesta es claramente afirmativa en el caso de Emilio, quien continúa explorando sus inquietudes artísticas ahora incorporando la fotografía y los medios digitales, aunque siempre retornando a sus viajes abstractos, ejemplo de lo cual pudimos recientemente disfrutar en su exhibición personal en Miami durante septiembre 9-30 del 2016, titulada Ad Libitum.
“La superficie de las cosas no son abstractas, todo lo demás es”, me dijo recientemente Emilio, quien ve una relación directa espíritu-matemática-arte. Piensa en Topología cuando reflexiona sobre su arte, esta es una rama de las matemáticas que estudia las propiedades del espacio y las estructuras de los objetos, sus propiedades geométricas y relaciones espaciales analizando sus posibilidades, la forma en que las partes se relacionan, cómo las propiedades del espacio se preservan bajo continuas deformaciones. Según él “…las matemáticas superiores son ideas y estructuras que a veces se contradicen, el pensar matemático lleva a la abstracción”.
Conmemorando el centenario de las primeras pinturas abstractas de Wassily Kandinsky, Emilio Héctor funda en el 2010 el grupo de pintores abstractos “7 plus 1”, del cual es Director Artístico. Ha participado en múltiples exhibiciones internacionales en Suramérica, Europa, Asia y el Medio Oriente. Sus obras son parte de colecciones permanentes públicas y privadas. En el 2014 fue invitado a pertenecer en The Cuban-American Phototheque Foundation como reconocimiento a su trabajo en fotografía.
Emilio Héctor Rodríguez nació en Sancti Spíritus en el 1950 y se mudó a La Habana antes de cumplir 3 años. En 1971 estudió matemática pura en la Universidad de La Habana, graduándose en Ciencias de Computación en 1976.
Enrique Fonts.
Licenciado en Historia del Arte, Universidad de La Habana.
Reside en Miami