Economía o política, ¿quién cambiará primero?

Martes de Karina

Ante el nuevo escenario que se avecina en Cuba, en que por primera vez en 60 años, nos preguntamos quién ocupará la presidencia del gobierno, ha resurgido en algunos círculos una polémica nacida en los años noventa y que responde a la siguiente pregunta: ¿qué ocurrirá primero en Cuba, los cambios políticos o los cambios económicos?

A estas alturas, el debate se inclina a que los cambios económicos tendrán la primacía. Los argumentos para pensar esto no son pocos. Por una parte, ya han ocurrido cambios en estos diez años, que se han limitado al aspecto económico. Y, si bien esos cambios no son profundos ni estructurales, han sido importantes para la vida de los cubanos. Por otra parte, la crisis económica es más palpable y evidente que la política, por lo que muchos piensan que los cambios económicos son una necesidad imperiosa.

Sin embargo también existen defensores de que es posible un escenario en el que los cambios políticos se comiencen a producir al mismo tiempo que la profundización de algunos cambios económicos que ya se han producido superficialmente. Argumentando que la actual constitución no deja espacio para ciertos cambios prioritarios y que su reforma es imprescindible. Además de que ya escuchamos en algún momento hablar de la posibilidad de una nueva ley electoral.

Por supuesto que también está la posición de quien piensa que todo continuará igual, pero, gracias a Dios ya esa opinión es más escasa cada vez.

 Si los cambios económicos que necesitamos ocurren primero, Cuba se verá en la encrucijada de decidir si aplicamos el modelo chino o vietnamita. Economía de mercado y sistema monolítico de gobierno. En cambio, si ocurren primero los cambios en la Constitución y en la ley electoral, de manera que otras tendencias políticas, distintas al Partido Comunista, puedan acceder a la toma de decisiones, no será muy difícil pasar a la economía de mercado como sistema económico, puesto que un sistema político pluralista solo puede sostenerse con un sistema económico abierto.

De cualquier manera, lo que necesitamos los cubanos es no dejar en manos de unos pocos, aunque esos pocos sean distintos a los anteriores, el destino de nuestra nación. Si el nuevo gobierno cubano decide realizar cambios económicos profundos, somos nosotros los que impulsaremos o no, desde la libertad económica, con nuestras actitudes responsables y exigencias ciudadanas, los cambios políticos que respalden esos cambios económicos. Si se producen primero cambios en la política, desde distintas posiciones podremos también participar en el proceso de apertura de la economía.

Lo inaceptable es no participar, como podamos, en el cambio que necesita Cuba y que queremos. Participar en los debates, opinar, analizar la realidad, es un primer paso a la participación cívica y a la verdadera apertura democrática. Cambiemos también nosotros, de la desidia y la indiferencia o el rechazo crítico a la política, al compromiso con ella, conscientes de que de las decisiones políticas depende nuestro bienestar y nuestras oportunidades de desarrollo.

 


Karina Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1968).
Licenciada en Economía.
Fue responsable del Grupo de Economistas del Centro Cívico.
Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia.
Reside en Pinar del Río.

 

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