La actualización del modelo del 2011, reactualizado en el 2016, según reconocimiento del gobierno cubano, ha fracasado. Se ha demostrado: el modelo no es actualizable.
Lo más interesante es que hay algunos amigos de la Revolución que tienen ideas y opiniones que no son precisamente aplausos para el quehacer en la política y la economía cubanas y lo van expresando en la prensa escrita o la televisión.
Hemos escuchado aires diferentes en algunos periodistas que, intentando mantenerse dentro de los límites de la falta de libertad de expresión en Cuba, expresan valientemente lo que piensan.
Un ejemplo de ello es la siguiente idea del periodista Ariel Terrero, refiriéndose a la dualidad monetaria:
“La tardanza puede explicarse por la complejidad del paso, que confirma la cautela de los economistas más sesudos para expresar fórmulas o soluciones al problema y la falta de acuerdo entre ellos cuando se arriesgan a elucubrarlas.”
Decir que solo puede entenderse la complejidad como justificación para no eliminar la dualidad monetaria, por la cautela que los economistas tienen para aportar soluciones, que es un riesgo elucubrarlas y difícil ponerse de acuerdo siquiera en un paso, es un cambio en los análisis que acostumbramos leer en la prensa oficial cubana.
Otro ejemplo es lo que podemos leer en un artículo de Enrique Ubieta Gómez publicado en Granma: “Algunos amigos esgrimen razones para la rendición. Dicen, comprensivos: no podemos exigirle al pueblo cubano más sacrificios”.
Es loable que califique de comprensivos a aquellos que consideran demasiados los sacrificios del pueblo cubano a cambio de las “conquistas”, aún cuando él no está de acuerdo.
He escuchado a la periodista Cristina Escobar afirmar en la televisión (en el programa “Buenos días”) que “la derecha se abre paso en América Latina creando una realidad que puede ser temporal pero que va a ser muy difícil cambiarla…”
Son nuevos aires en la prensa cubana. O brisas suaves, pero estemos atentos. Estas ideas han sido expresadas ya de alguna manera por la prensa independiente, en la Isla, en el exilio o en la prensa extranjera. Pero en la prensa oficial es una nueva realidad.
Ya sabemos que el gobierno no escucha a la sociedad civil independiente y si la escucha no lo parece. Por lo menos, el gobierno cubano debía escuchar a estas personas, periodistas, economistas, políticos, funcionarios, que quieran “arriesgarse” a exponer puntos de vista diferentes sin declararse disidentes, independientes u opositores. Simplemente, escuchar. Pero escuchar de verdad. Dialogar. Puede que algunos de ellos tengan propuestas para que los mandatarios de Cuba puedan dejar de dar malas noticias al final de cada año. Puede que las cosas se hagan menos complejas y más ricas, consultando opiniones e ideas diferentes. Es posible encontrar soluciones saliendo del círculo de los ministerios e instituciones oficiales, adentrándose en el ambiente académico, o de la sociedad civil en general, aún dentro de la posición oficial.
De todas maneras, los que se han ocupado hasta ahora no lo han logrado. ¿Por qué no probar con otros?
Termino con una frase de Ariel Terrero en el mismo artículo: “… la dilación del problema tiene costos económicos (…), visibles ya, que ponen en riesgo además, la culminación exitosa de los cambios emprendidos en nuestro modelo económico de socialismo”
Referencias
Enrique Ubieta, “No ha muerto la leyenda”, Sección Pensamiento, Diario Granma, miércoles 27 de diciembre de 2017.
Ariel Terrero, “Moneda difícil”, Economía con tinta, Diario Granma, viernes 29 de diciembre de 2017.
Karina Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1968).
Licenciada en Economía.
Fue responsable del Grupo de Economistas del Centro Cívico.
Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia.
Reside en Pinar del Río.