La Navidad cubana

Viernes de Rosalia

Ya llega la Navidad. Es una de las fiestas más importantes del cristianismo, reconocida en todo el mundo por creyentes y no creyentes. Esta festividad se celebra el 25 de diciembre y conmemora el nacimiento de Jesucristo hace aproximadamente 2017 años en Belén.

Durante mucho tiempo esta fecha pasó desapercibida públicamente en Cuba, y aunque algunas familias cristianas la mantenían en la intimidad del hogar, el gobierno no reconocía este día y había prohibido su celebración pública, hasta la visita de San Juan Pablo II en 1998, en que fue restituido oficialmente el día feriado de la Navidad y los cubanos pudieron volver a apreciar en su justa medida el valor espiritual de tan noble fecha.

Producto de la migración cubana, son muchas las familias divididas en estas fechas religiosas. No todos pueden llevar a su mesa una gran variedad de comidas tradicionales, como el lechón asado, el congrí, la yuca con mojo, los dulces caseros en almíbar, los turrones y la sidra, producto de los altos costos de estos. No todos tienen un árbol navideño repleto de luces que alegre su hogar y que sea la ilusión de los más pequeños de la casa. No todos comparten la fe en Jesús.

Conozco madres que cenarán en Nochebuena con sus hijos, pero sin su esposo debido a la separación que sufren muchos matrimonios por la decisión de uno de los dos de ir a probar suerte en otras partes del mundo. Cuando debían ser unas fechas para compartir en familia, muchos hogares cubanos estarán fragmentados en esa noche tan especial.

En estas fechas también hay una notable escasez de esos alimentos tradicionales en las mesas cubanas. O si bien hay algunos, han sufrido un aumento en sus precios provocando que se tengan que emplear más recursos en la cena navideña.

El mayor placer de los niños de casa en estas fechas es adornar junto a la familia el árbol navideño, llenarlo de luces y hacer que brillen como si fueran estrellas y esto también se convierte en un sueño inalcanzable para muchos debido a que la economía familiar no alcanza para más allá de lo esencial.

A pesar de todas las dificultades que la familia cubana enfrenta, estas fechas no dejan de tener un sentido espiritual y familiar. Que esta Navidad de 2017 nos colme de buenas vibraciones y nos llene de fe.

Feliz Navidad para todos.

 


Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).

Miembro del Consejo de Dirección del CEC.

 

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