Escultura “El Pensador” de Auguste Rodin
ubicada en Museo Rodin, Francia. Foto tomada de Internet.
Y llegó el día que marcó el año veinte. El día sobre el que nunca se pensó cuando por primera vez el grupo soñaba y luego desarrolló la publicación de El Pensador. Pero desde hace cierto tiempo ya se vislumbraba este tiempo inquietando un poco para que no se perdieran detalles, ni formas, compromisos ni personas.
Y llegó la noche que complementa la fecha y que resumiría en un festejo sencillo pero comunitario esos años de comunicación. Para ello hubo un acuerdo, una velada cultural, una componenda de implicados como se logra en el amor, para celebrar esos veinte. Fue en casa de las Madres Escolapias, lugar donde estuvo la cuna que vio nacer a El Pensador y el puerto de donde zarpó con entusiasmo contra furias, miedos y sin saberes como nos sucede el primer día de clase, de trabajo o de enamorados.
Llegaban con alegría personas adultas de primera, segunda y tercera edad, jóvenes de Guanajay y Candelaria e incluso niños. Unas ochenta personas asistieron. Pero otros ya no visibles a los ojos de este mundo, se acercaron también esa noche con sonrisa eterna en el rostro amigo, ahí estaba el sacerdote Mariano Ruíz, Norberto Bello, Caridad Salabarría, Rubén Sorhegui y Jesús Llera. Notorios además, pero desde la diáspora unos, otros desde sus terruños en el extranjero, estuvo un buen número de amigos. De igual modo, algunos aquí en casa merodeaban el lugar desde Pinar del Río, Bauta o Artemisa.
Entonces comenzó la velada con un guion bien configurado y conducido por Ángel Mesa, quien fue el segundo director de esta publicación. Se nos invitó a escuchar el Himno de Guanajay y después la canción “Veinte años” en la voz de María Emilia Pacheco. Luego tomó la palabra José Quintero, actual director, para agradecer la presencia de todos y recordar la importancia de la prensa como sinapsis social. Agradables interpretaciones de clarinete se sucedieron mediante el virtuosismo de Ángel María Moreno, para que a continuación Gilda Guimeras, notable redactora del medio, realizase una bella y realista crítica, solicitada por el equipo de El Pensador en calidad de acicate para animación del Consejo de Redacción y testimonio de aceptación de la crítica por este grupo que hace uso de la misma con frecuencia, a su vez como demostración pública de un ejercicio necesario para el desarrollo íntegro de las obras al servicio del bien común. Entre cada comentario una pieza musical nos deleitaba, escuchamos la grabación de “Mi mejor Amiga” en la voz de Polo Montañéz…, tras esa canción me tocó el turno en calidad de primer director, y consideré una ocasión propicia para concierto estilo parnasiano o metafórico realizar una interpretación sucinta de los objetivos logrados en El Pensador, recordar amigos protagonistas de esos años, y con la alegría de estar juntos otra vez, invité a continuar y a brindar por la publicación.
Dulce María, la superiora escolapia leyó sensibles testimonios sobre la revista del sacerdote Francesc Carreró y de María Luisa Delgado, amigos de El Pensador que actualmente viven en el exterior. De inmediato, se hizo cargo del espacio con una canción Adaysi Hernández, quien nos puso a mover con el tema de “La Culpa” de Albita Rodríguez. Después no podía faltar Carmen Teresita (Mamita), quien ejerció como tercer director(a) durante casi dos años; ella llamó la atención de los jóvenes para con los valores educativos de El Pensador y su futuro, también lo ofreció a todos como un medio de valor histórico y de crecimiento humano. Un colofón de criterios se sucedió a continuación, aunque primero se ofreció José Armando (Mandy) y nos cantó “Amorosa Guajira” ejerció la palabra José M. Córdova, redactor cofundador para recordar el esfuerzo de esos años y la buena voluntad. El sacerdote Enmanuel que invitó al rezo de un Padrenuestro, disertó sobre el papel de la prensa en la sociedad y en la Iglesia. El Pastor bautista Javier, habló de muchas virtudes encontradas en el medio y enfatizó sobre el carácter ecuménico de la publicación, mientras la Pastora Corita insistió en la labor educativa de las nuevas generaciones a través de los medios. Por su parte la religiosa escolapia Elizabeth concluyó como testigo de estos años aportando una breve remembranza de su congregación en la acogida, acompañamiento y reiteradas colaboraciones para con esta pequeña publicación.
Desde el principio la noche mostraba un cielo estrellado, sin embargo, una lluvia inesperada aportó también su frescura y melodía durante la velada. Dicen que cuando esto ocurre durante alguna celebración es símbolo de que ha sido buena la persona o la obra realizada. Puede significar tierra fertilizada, irrigada, lágrimas de alegría de la madre natura, bautizo o unción… Al salir al patio para el brindis o ágape, el cielo continuaba estrellado al igual que al comienzo, entre tanto la alegría se reflejaba tras el agradecimiento de los participantes, en sus felicitaciones, tanto como en el deseo de que perdure muchos años más El Pensador.
Cuando se trata de una vida o una obra que implica vida comprometida, veinte años no es mucho pero tampoco suele parecernos nada. Con esta conciencia el pasado martes siete de noviembre la publicación pasaba páginas de existencia, para continuar abriendo otras nuevas. Ello sin dejar deformar parte del conjunto de diversas publicaciones de la Iglesia, independientes o no que están motivadas por el derecho natural del libre pensamiento y el deber de aportarlo al imaginario socio-cultural cubano, lo cual realizamos también desde Guanajay. Desde estas publicaciones se ejerce como premisa una nueva evangelización y se comunica otro tanto de actitud ciudadana responsable, o mejor una actitud comunicacional cívico-cristiana difícil de separar, aun cuando no se confiese religión alguna ni se practique militancia partidista.
Luego de reorganizar la casa, dejándola medio lista para las labores diarias, Pepe, el director, llevó un ramo de flores en ofrenda ante el altar de la capilla escolapia. Seguidamente hubo una pequeña evaluación de familia, donde primó satisfacción que estimulaba nuevos propósitos al andar pensando con El Pensador, pensar contigo y decir mejor.
José Antonio de la Rosa Díaz.
Laico católico de la Parroquia San Hilarión, abad, de Guanajay.
Cofundador de la publicación El Pensador.
Provincia de Artemisa.
Diócesis de Pinar del Río.
MENSAJE DE CONVIVENCIA A EL PENSADOR
Queridos hermanos de El Pensador:
Aunque no hemos podido estar presentes por razones de transporte, estamos unidos fraternalmente en esta importante celebración de los primeros 20 años de esa hermana publicación católica.
Siempre confié y expresé que El Pensador tendría larga y fructífera vida, incluso más que la de aquella Vitral y el Centro Cívico que le dio origen. Ustedes han hecho realidad esa visión con mucho trabajo, mucha fidelidad a Cristo, a Cuba y a su Iglesia y con no pocos sufrimientos venidos desde todas partes.
Todo el equipo de Convivencia, su hermana menor, eleva sus oraciones para que El Pensador se mantenga fiel y siga en su servicio evangelizador.
Reciban nuestro mejor abrazo de hermanos.
Centro de Estudios Convivencia