Por Luis Cáceres Piñero
Las añoranzas…
Lo más importante estaba aquí. Los talentos cubanos, el capital cubano, los empresarios cubanos, los inversionistas extranjeros y los del patio, la mayoría de los centrales azucareros en manos de cubanos, grandes empresas en manos de cubanos, pequeñas y medianas empresas de cubanos y cubanas, los marchantes privados del comercio interior que compraban y vendían por toda la Isla y los que importaban y exportaban privadamente fuera de ella.
Por Luis Cáceres Piñero
Las añoranzas…
Lo más importante estaba aquí. Los talentos cubanos, el capital cubano, los empresarios cubanos, los inversionistas extranjeros y los del patio, la mayoría de los centrales azucareros en manos de cubanos, grandes empresas en manos de cubanos, pequeñas y medianas empresas de cubanos y cubanas, los marchantes privados del comercio interior que compraban y vendían por toda la Isla y los que importaban y exportaban privadamente fuera de ella.
Y los detalles estaban también aquí: las farmacias repletas de medicamentos, las tiendas de ropa con precios para la mayoría de los bolsillos, las heladerías y cafeterías en casi todas las ciudades, las flores frescas y finas, una libra de azúcar cubano valía 3 centavos cubanos cuando los centrales eran privados, cuando los cafetales estaban en manos de campesinos privados un sobre de café de variadas marcas costaba 5 centavos, las calles sin huecos, los caminos reales en paz, los parques para jugar los niños, los pobres pero honrados, los ricos de todo tipo, los de clase media empujando el país hacia delante.
Disculpen, la lista de nostalgias se haría muy larga… nada era perfecto, no todos tenían acceso a lo mismo, pero la gente reía sin haber bebido, paseaba sin tener divisas, y muchos extranjeros venían a Cuba a probar fortuna.
Las tristezas de hoy…
¿Por qué ahora casi todo el mundo quiere escapar de Cuba? ¿Por qué ahora se ruega a los empresarios extranjeros que se hagan cargo de empresas que podrían estar en manos de cubanos? ¿Por qué los hijos de esta tierra no pueden invertir en grande, sin susto, en su propio país? ¿Por qué los centrales, los cafetales, las empresas, los servicios, lo estatal no funciona o es ineficiente e incapaz de satisfacer las necesidades más básicas y sencillas de nuestro pueblo? ¿Por qué cuando una de esas empresas, o los restaurantes, o el transporte está en manos de privados, funcionan bien, eficientemente y con calidad y buen servicio?
Me pregunto con tristeza por Cuba… ¿Por qué en el presente la gente se lanza al mar a riesgo de perder la vida y la familia y antes no había balseros? Lo contrario, venían en barco huyendo de otros males fuera desde la China o desde la Alemania nazi, cantoneses o judíos. Venían a buscar refugio y prosperidad. Ni la gente muy pobre quería huir de aquí para cualquier parte, a cruzar fronteras, atravesar selvas infernales…
¿Por qué en el presente y desde hace más de medio siglo esto sigue ocurriendo? ¿Todos se han equivocado? ¿Todos han sido manipulados por una ley extranjera? ¿Ningún cubano o cubana ha pensado con cabeza propia y ha decidido “salvar” a su familia de “esto”? Triste pero cierto, yo lo oigo todos los días. Escucho a gente acomodada y gente muy pobre, los que están o estuvieron trabajando para el Estado y campesinos privados…
Me duele que la gente tenga que buscar fuera lo que no le permiten hacer y conseguir honradamente aquí. Cuando un país pierde a uno solo de sus hijos hay dolor, algo anda mal, cuando pierde a más de uno, más grande es el dolor y mayor será el mal que lo produce. Durante años hemos perdido una buena parte de la juventud y antes que estos nacieran perdimos a otros que eran entonces jóvenes y con ellos Cuba perdió talento y riquezas que fueron a ofrecer y crear a cualquier rincón del mundo. Eso pudo haber sido aquí y pudo haber sido más por ser aquí en su casa. Es el reino del absurdo.
Las esperanzas del futuro…
Sin embargo, y a pesar de los pesares… tengo esperanza en el futuro. Veo, me entero y comparo lo que han podido hacer los cubanos y cubanas en cualquier país fuera del nuestro. Y no solo negocios prósperos, o carreras universitarias, o rascacielos y ciudades como otras cualquiera en países libres. Sino que los cubanos han llegado a ser triunfantes deportistas como los que viven aquí, pero felices, libres y prósperos para mantener y ayudar a sus familias. Cantantes que han puesto el nombre de Cuba bien en alto desde la nostalgia del exilio pero con la esperanza de que un día volverán a cantar o actuar en esta bella Isla. Otros han llegado a cargos importantes por sus propios méritos y no teniendo que tener máscaras para fuera y doble vida para adentro.
Sí, tengo esperanza en el futuro de Cuba, porque tengo fe en los cubanos y cubanas, en el talento, en sus ganas de luchar, en lo que han demostrado trabajando cuando los dejan libres… que lo que necesitan no son limosnas, ni remesas, ni que vengan asiáticos a enseñarles a sembrar arroz, o colombianos a enseñarles a cultivar café, ni brasileños a decirles como producir azúcar… todo esto ya lo sabíamos hacer “antes” y lo sabremos hacer mejor “después”.
Tengo esperanza porque he podido salir de la Isla, comparar, ver la realidad y he llegado a la convicción de que mientras más libres y responsables de su vida son los seres humanos, más próspero, desarrollado y feliz es su país. Mientras más libre y próspero y más oportunidades hayan y las pueda encontrar en su propio país, casi nadie se marchará a buscar la fortuna que podrá encontrar aquí, luchando, trabajando, no esperando que el sustento le llegue de “allá”.
Dicho esto… y con la experiencia vivida. Declaro que no estoy manipulado. Que puedo pensar aún con mi propia cabeza, y que invito a otros a usarla también, y a sacar sus propias conclusiones y a prepararse para un futuro próximo, hecho por nosotros mismos… y que seguro será mejor.
Luis Cáceres Piñero (Pinar del Río, 1937).
Pintor.
Reside en Pinar del Río.