Religión y Sociedad – ¡Mantengamos viva la esperanza!

Por Jorge Ignacio Guillén Martínez
Les digo a cada uno y a cada una de ustedes:
“pon fe” y tu vida tendrá un sabor nuevo, tendrá una brújula que te indicará la dirección;
“pon esperanza” y cada día de tu vida estará iluminado y tu horizonte no será ya oscuro, sino luminoso;
“pon amor” y tu existencia será como una casa construida sobre la roca,
tu camino será gozoso, porque encontrarás tantos amigos que caminan contigo.
¡Pon fe, pon esperanza, pon amor! (1)
 
El pasado mes de julio, en Río de Janeiro, se celebró la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Durante más de una semana los jóvenes católicos de todo el mundo tuvieron un espacio para conocerse, compartir, reflexionar, alimentar su formación como cristianos, ver y escuchar al Papa y para lo que considero más importante: encontrarse con Jesús.
Los jóvenes cubanos estuvimos representados en Río por una delegación de aproximadamente 55 personas, entre ellos una joven en representación de la diócesis de Pinar del Río. En Candelaria no hemos querido pasar por alto este importante acontecimiento para los jóvenes del mundo, por lo que a pesar de las dificultades, motivados especialmente por los mensajes del Papa Francisco a la juventud del mundo y conscientes de la escasez, pero a la vez necesidad de este tipo de convivencias en la diócesis de Pinar del Río, nos hemos esforzado para vivir nuestro tiempo de jornada. Nunca perdamos la esperanza. Jamás la apaguemos en nuestro corazón. (2)
 
La JMJ Candelaria 2013 ha sido para nosotros una experiencia inolvidable. Compartimos y nos encontramos en el amor. Fue un interesantísimo espacio para reflexionar y cuestionarnos sobre nuestro caminar y nuestros compromisos como jóvenes católicos en medio de la sociedad cubana de hoy, y también está siendo un incentivo muy fuerte para que demos un paso al frente y respondamos con un “sí” a los desafíos y compromisos que, como miembros de la sociedad, estamos en el deber de asumir, y que tienen su esencia en la promoción de valores éticos, cívicos y religiosos, en la búsqueda y defensa de los derechos imprescindibles de las personas y en la justicia social.
Cristo nos ha llamado a ser sus discípulos misioneros, nos ha encomendado: id y haced discípulos a todos los pueblos, este ha sido el lema de la JMJ y también el centro del encuentro vivido en Candelaria.
¿Soy yo discípulo misionero? ¿Estoy dispuesto a luchar contra la exclusión, la manipulación, las imposiciones? Es un deber para todos los jóvenes hacernos esta pregunta cada mañana. Estos son males muy frecuentes en Cuba, nos corresponde a todos -sin distinción de raza, religión, opción política- promover una cultura de encuentro, de manera que reine la paz, la fraternidad, la reconciliación y la solidaridad.
Ser misionero no se reduce a ir de puerta en puerta, a visitar enfermos, a conversar un poco, a rezar una oración, etc. Ser misionero también es cumplir con nuestra encomienda como laicos en la sociedad, comprometiéndonos con nuestras realidades y siendo los protagonistas de nuestra vida. Es amar a nuestro prójimo, a nuestros enemigos, a aquellas personas con las que tenemos diferencias y discrepamos. Ser misionero implica vivir en el amor.
Id y haced discípulos hoy en Cuba requiere dar testimonio de amor en cada uno de nuestros ambientes, anunciar, promover, proteger y velar por la justicia, los derechos inalienables de los hombres, por la dignidad de todos los cubanos, por el mejoramiento humano, por una búsqueda del bien común para que todos nos relacionemos como hermanos y reine en nuestra vida la solidaridad. Nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague. La realidad puede cambiar, el hombre puede cambiar. Sean los primeros en tratar de hacer el bien, de no habituarse al mal, sino a lo. (3)
Para hacer discípulos tenemos que evangelizar y ser misioneros en los espacios donde podemos incidir: las escuelas, el trabajo, las familias, los amigos, etc. Responder al llamado que nos hace Jesús exige marcar una diferencia en nuestros ambientes. Hay muchas actitudes que podemos desarrollar para lograr esto, mencionaré algunas de las que tratamos en la JMJ Candelaria 2013:
–       Ser protagonistas.
–       Soñar y nunca perder la fe.
–       Recuperar valores, no ser indiferentes a la realidad.
–       Superar los miedos.
–       Buscar el sentido de nuestra vida.
–       Vivir en el amor.
–       Tomarse la vida en serio y no formar parte de las tendencias al inmovilismo.
–       Ser optimistas y positivos, incluyentes y no excluyentes.
Todas estas actitudes han sido abordadas de una forma o de otra en los mensajes que nos ha dado Francisco en Brasil. En cada uno de sus discursos nos ha motivado para que las vivamos, para que las pongamos en el centro de nuestras vidas. Que este llamado que nos ha hecho el Papa sea una realidad en la vida de los jóvenes cubanos, para que la celebración de las JMJs de Candelaria y Placetas (del 26 al 28 de julio se desarrolló en Santa Clara la JMJ Placetas 2013) haya sido solo el comienzo de una nueva etapa para Cuba y para la Iglesia cubana, una etapa que esté marcada por estas actitudes.
Tengamos fe en la fuerza de lo pequeño, en los pequeños gestos, actitudes y esfuerzos que podamos realizar. No nos arriesguemos a perder o a no tener confianza en lo pequeño, el Papa quiere que no perdamos la ilusión y que en cada uno de nuestros pueblos nazcan cada día pequeños proyectos e iniciativas que ayuden a construir el Reino de Dios, quiere que seamos protagonistas y no espectadores, y que comencemos a trabajar en nuestros círculos de incidencia.
Esforcémonos y pongamos todo nuestro empeño en llevar los valores del Evangelio a las calles cubanas, a todos los cubanos. Este es el único camino seguro para construir una Cuba nueva. Los jóvenes de Candelaria preparamos la Jornada deseando llevar la fuerza de Dios a nuestro pueblo y pudimos experimentar que cuando se trabaja para Él todo tiene sentido y también que nunca estamos solos, que Cristo nunca nos abandona. Creo que todos debemos buscar una manera de llevar el Evangelio. Para esto debemos crear nuevos espacios en cada una de nuestras comunidades y que -como la JMJ Candelaria 2013- se realicen sobre la base de las actitudes antes mencionadas. La Iglesia lo necesita y Cuba también.
En la JMJ el Papa nos ha dejado bastante claro el camino que hemos de seguir. Busquemos los mensajes de Francisco, y tratemos de asumir el estilo de vida que nos propone. No es la cultura del egoísmo, del individualismo, que muchas veces regula nuestra sociedad, la que construye y lleva a un mundo más habitable, sino la cultura de la solidaridad; no ver en el otro un competidor o un número, sino un hermano. (4)
Los que tuvimos la oportunidad de vivir la JMJ, en Candelaria, Placetas, Río de Janeiro, o cualquier otro lugar, no nos quedemos con esta experiencia para nosotros, meditemos y busquemos el apoyo de Jesús mediante la oración, dejemos a un lado los miedos y confiemos en las palabras del Papa. Vayamos, sin miedo, para servir. (5)
Bibliografía
1.Fiesta de acogida de los jóvenes, JMJ Río 2013. Homilía del Santo Padre Francisco.
2.Santa Misa en la Basílica del Santuario de Nuestra Señora de Aparecida. Homilía del Santo Padre Francisco.
3.Discurso del Santo Padre Francisco en la visita a la Comunidad de Varginha (Manguinhos).
4.Discurso del Santo Padre Francisco en la visita a la Comunidad de Varginha (Manguinhos)
5.Discurso del Santo Padre Francisco en la Misa de clausura de la JMJ.
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Jorge Ignacio Guillén Martínez (Artemisa, 1993).
Laico católico.
Estudiante de Economía.
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