¿20 años no es nada? Presentación del documental “20 años sembrando esperanzas” en Candelaria

Por Jorge Guillén García
 
Animadores y participantes de la tertulia de Candelaria durante la presentación del documental “20 años sembrando esperanzas”. Foto de Juan Carlos Fernández

Animadores y participantes de la tertulia de Candelaria durante la presentación del documental “20 años sembrando esperanzas”. Foto de Juan Carlos Fernández

 
“20 años no es nada”. Así dice la letra de un popular tango interpretado por Carlos Gardel, pero no es del tango precisamente de lo que quiero compartir con ustedes.
“20 años no es nada” en dependencia de la situación en que los vives. Para los cubanos de a pie, 20 años parecen una eternidad. Sin embargo, los que tuvimos la oportunidad de participar en el nacimiento del Centro de Formación Cívica y Religiosa (CFCR) en aquel, cada vez más lejano, 1993, nos parece que fue ayer. Es que han sido y son tantas las carencias de nuestro pueblo, que no hemos tenido tiempo de pensar en los años transcurridos, pero como siempre hay alguien que lleva fechas y celebraciones, nos percatamos que ya éramos jóvenes de 20 años que habíamos dedicado una gran parte de nuestras vidas a vivir y trabajar por y para Cuba. Así nacieron dos pequeños proyectos con el objetivo de perpetuar la memoria de nuestra provincia y país, y aportar desde nuestra perspectiva una propuesta para la educación ética y cívica para Cuba. Estos proyectos son la edición del libro “Ética y Cívica: Aprendiendo a ser persona y a vivir en sociedad” y la producción del documental “20 años sembrando esperanzas”, realizados por Ediciones Convivencia VideoConvivencia, respectivamente.
Como parte de las celebraciones por los 20 años de educación cívica en Pinar del Río, primero con el Centro Cívico y Vitral hasta 2007 y después con el Proyecto Convivencia, se presentó en la tertulia de Convivencia de Candelaria este documental. Tuvimos la dicha de celebrar con hermanos de Guanajay, San Cristóbal y Pinar del Río, algunos de ellos fundadores del Centro Cívico y del Proyecto Convivencia. Cuando comenzó el documental, algunos de los participantes fuimos invadidos por la nostalgia: volviendo a vivir aquellos momentos fundacionales cuando en medio de tantas necesidades, un grupo de personas tildadas de locos por muchos, comenzamos a labrar la tierra de la sociedad civil cubana, tierra fértil pero necesitada de personas que se comprometieran a cultivarla.
Así empezamos en 1993 a sembrar la pequeña semilla que había sido guardada con celo para que no se perdiera y para que cuando llegara la hora de la siembra la tuviéramos intacta. Así no hubo que buscar ni semillas, ni labradores de otros lados para cultivarla. No se perdió nada; se evitaron contaminaciones y se cosechó la misma semilla transmitida por nuestros padres fundadores. Rescatamos del olvido a nuestros maestros más ilustres: Varela, Luz y Caballero, José Agustín, Mendive, Martí; y después de un largo período de tiempo volvimos a cosechar. En Candelaria no quisimos pasar por alto esta celebración y nos consideramos frutos de aquella siembra que ha dado una cosecha abundante.
Un participante de la tertulia reflexionó sobre todas las cosas que se han logrado en estos 20 años, pero de modo especial me impactó mucho la reflexión hecha por otro miembro de la tertulia que de una manera magistral y poética nos hacía ver que nuestra tertulia es la cosecha de aquella siembra del 29 de enero de 1993. También dijo que, a su vez, los jóvenes participantes en nuestro proyecto son la semilla para la continuidad de la cosecha y los responsables de evitar que en el presente y futuro de Cuba vuelvan los largos períodos de tiempo carentes de educación ética y cívica. Los encargados de que no se enyerbe esta tierra maravillosa con malas hierbas por falta de operarios o de semillas.
Compartimos entonces, viendo la gran obra que tenemos por delante. Para erradicar el analfabetismo cívico, estoy de acuerdo con Gardel en que 20 años no es nada. Ánimo, hermanos y que siga la marcha, para seguir creyendo en la fuerza de lo pequeño, para que la libertad de la luz irradie todos los espacios y para seguir siendo un umbral para la ciudadanía y la sociedad civil por donde pasemos y quepamos todos.
 
Jorge Guillén García (Villa Clara, 1968)
Laico católico.
Fundador de la Comisión Católica para la Cultura en Pinar del Río (1987) y del Centro de Formación Cívica y Religiosa (1993).
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