Por Maikel Iglesias
Iyalodde¹, niña con alma de oro, emperatriz del río.
Nadie sabe lo que oculta tu sopera encantada,
los mapas que han de hallarse entre tus calabazas.
Por Maikel Iglesias
Iyalodde¹,
niña con alma de oro,
emperatriz del río.
Nadie sabe lo que oculta tu sopera encantada,
los mapas que han de hallarse entre tus calabazas.
Cómo puedes con tan solo una sonrisa
abrir todos los cerrojos de la tierra
Nada es demasiado hondo ni distante
para que tus campanillas no hagan despertar las flores,
alegrando a las aves con sus tintineos.
Nada es demasiado chico ni voluminoso
en la canoa ardiente de tus gemas.
Ninguna contienda por furiosa que se ofrezca
puede desobedecer tu danza pacificadora.
El baile jubiloso de tus hijas,
la amalgama de soles y cometas excitantes.
Desde el Níger hasta el Amazonas vas moviendo tu cintura,
dejando a los barqueros embobados.
Una primavera los enseñó a escuchar
el eco de las piedras que te cantan en todas las tonalidades,
y así poder cruzar al otro lado de septiembre.
He oído caracoles que te nombran en cualquier idioma,
y aún en las desconocidas lenguas
que atestiguan el limo y las jirafas.
No existen riachuelos en el orbe
donde tus murmullos invoquen soledad.
¿Cuántos cocodrilos has domado con tu voz de almíbar?
Aún quienes persisten en el ruedo de extraviarte
deben la mitad del universo a la liturgia de tu búsqueda,
mi Caridad del Cobre,
Ochún Kolé,
novia de todas las selvas.
Hay tantos girasoles que aroman el rocío
desde las cañadas de tus dulces pechos,
que no debe permitirse el sacrificio de un canario en vano.
Yo me entrego al altar de tus pavos reales,
me desnudo ante las llamas de tu padre Olofin².
Si mi amor te resulta de un polen estéril
para conmover la luna,
yo doy fe de que sobran colmenas
en los árboles del mundo para coronarte.
Nota
Iyalodde¹ : Reina, en lengua yoruba.
Olofin² : Una de las manifestaciones del Supremo Dios.
Maikel Iglesias Rodríguez. (Pinar del Río, 1980).
Poeta y médico.
Miembro del Consejo de Redacción de la revista Convivencia.