Poema pronunciado por Mons. Alfredo Petit en la Capilla del Cementerio

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¡Conciencia, nunca dormida,
mudo y pertinaz testigo
que no dejas sin castigo
ningún crimen en la vida!

Foto: Orlando Luis Pardo

Amigos y seguidores de Oswaldo durante su entierro.

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¡Conciencia, nunca dormida,
mudo y pertinaz testigo
que no dejas sin castigo
ningún crimen en la vida!
La ley calla, el mundo olvida,
mas ¿quién sacude tu yugo?
Al Sumo hacedor le plugo
que a solas con el pecado
fueses tú para el culpado
delator, juez y verdugo.
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Del poema “El Vértigo” de Gaspar Núñez de Arce (la última décima)
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