Por José Antonio Quintana
Fausto ha ganado el pan dibujando. Fue durante décadas un disciplinado y esforzado dibujante técnico, y mientras esto hacía soñaba con el arte. Leía, visitaba exposiciones. Preguntaba. Casi a escondidas comenzó a deformar imágenes de gentes y de cosas.
Por José Antonio Quintana
Fausto ha ganado el pan dibujando. Fue durante décadas un disciplinado y esforzado dibujante técnico, y mientras esto hacía soñaba con el arte. Leía, visitaba exposiciones. Preguntaba. Casi a escondidas comenzó a deformar imágenes de gentes y de cosas. Un buen día realizó una exposición de personajes notables de su ciudad natal, Pinar del Río. La comunidad pinareña se dio cuenta de que aquella exposición constituía la presentación de un nuevo artista. Por lo menos, había nacido un excelente caricaturista. Una parte importante de su obra son caricaturas. Pero no caricaturas de crónica social o política. Esos eran los temas de siempre. Él ha creado un género de caricaturas de personajes inventados por el arte, sobre todo para el ballet y casi siempre interpretados por Alicia Alonso. Pero no solo es el tema novedoso lo que otorga originalidad a sus caricaturas, es además una delicada percepción de los ambientes dramáticos y de la psicología de los personajes, presentados como exageraciones irreverentes pero artísticamente respetuosas.
Amor y humor emanan sus caricaturas. Amor, en la realización caricaturesca de Dido y de Carmen. Muchas veces ha repetido a Carmen y siempre se la ve como uno percibe la sazón, los aromas y la pasión danzante de la raza. Humor sobrio y provocador en el coloquio de Alicia con Dulce María Loynaz. Uno ríe e inconscientemente trata de acercar el oído para enterarse de las mutuas confidencias.
Fausto es un buscador. No se detuvo en la caricatura. Hacía tiempo que observaba los edificios de Pinar del Río y de la ciudad de La Habana como si fueran personajes. Me refiero a los inmuebles de abolengo histórico y arquitectónico. Él no los veía, ni los ve, como cosas muertas. Ha visto que se mueven, que levitan, que dan posada a personajes etéreos; que a ratos constituyen la sede de una fiesta de espíritus. Y ha pintado todo eso. Pero como es un deformador o exageración natural, los ha dibujado a la manera expresionista. Digo dibujado porque el dibujo prevalece en su obra, aún en aquellos en los cuales no se nota pero pervive debajo de los trazos de color.
Cuando dije: “Y ha pintado todo eso” obviamente incluí a los espíritus y las levitaciones. Yo no creo en nada de eso, pero Fausto tiene el don de crear ambientes en el cuadro que le hacen a usted ver “todo eso” o creer que lo está viendo. Pienso que por ese don es por lo que podemos creerlo un artista. En la “Casona”, antiguo restaurante “Labiada”, o en el comedor de “Las Cabarrouy” hay magia y sortilegio. Es una especie de expresionismo surrealista que expresa las deformaciones de experiencias oníricas, filosóficas y religiosas; y es también una sensibilidad especial para captar el movimiento que yace en la aparente inquietud de los edificios. Todo reposo es relativo.
A veces en cualquier exposición colectiva que visito debo acercarme al cuadro para ver quién es el autor. A Fausto lo conozco enseguida, Sus cuadros tienen su firma en el estilo y el tema. Así me sucede con Toste y con Miló: son ellos. Con sus virtudes y deficiencias, pero ellos. Fausto ha encontrado su manera de hacer. Lo que hace tiene gracia y temblor. Gracia en las caricaturas. Trémulos los inmuebles estremecidos por un sacudir telúrico que solo registra una sensibilidad ad hoc.
En su andadura Fausto se ha ido perfeccionando, ahora tiene más confianza. Las exposiciones que ha hecho lo han enfrentado a críticas y a los designios del mercado. Ha expuesto varias veces en la capital y allá ha probado mieles y acíbar. Pero creo que en lo general le va bien. Pienso que es un artista autocrítico en constante progreso, que ha encontrado un rumbo de desarrollo creativo. Pero cuidado. He visto un cuadro en que pinta los edificios situados en las esquinas de las calles Cuarteles y Martí en el que la composición y la perspectiva no están logradas. Es mi parecer. Hay soluciones que las da la geometría, porque usted las usa a sabiendas o porque intuye lo que desconoce. Pero no se puede imponer una solución a contrapelo de la razón o de la intuición artística. O se puede hacer cualquier cosa haciendo uso de la licencia artística, pero con el riesgo de no gustar o no ser comprendido. Lo que menos entiendo de Fausto es ¿por qué no es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba? (UNEAC). Sé que ha pedido su ingreso y no ha sido aceptado ¿Cómo es ello posible?
José a. Quintana
Economista jubilado.
Médico Veterinario. Pinar del Río. Cuba.
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PALABRAS DE RECONOCIMIENTO A FAUSTO
“Aunque no soy muy ducho en pintura, sí valoro la calidad de una verdadera obra de arte; con ella, concibo que rescatas los hermosos valores coloniales de la arquitectura en la capital pinareña. Tu obra refresca la vista y ayuda a expulsar un tanto, los malos recuerdos vividos, por tanto, nos ayuda a ser mejores”.
Un amigo.
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“Una exposición maravillosa por la calidad de sus trabajos. Me llena de orgullo como pinareño. Felicidades”.
Dr. Marco A. Montano. 4-12-98.
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“Renovación, vitalidad, es el tropezón frente a tu obra haciéndose trascendente y necesaria. Retratas al pueblo y su gente, es algo que te agradezco porque es lo que queda para la posteridad. No te detengas y ahora, marcha a paso doble. Recuerda que el tiempo es menos siempre”.
Tortosa.
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“Fausto: Soy testigo fiel de tus horas de desvelo, pero no ha sido en vano, tu obra es maravillosa y sobre todo única; tu estilo es diferente y novedoso. ¡Adelante! ¡La vida te premiará! ¡Felicidades!”
Tu compañera Fefy.
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“Fausto: Usted es capaz de resumir de manera muy personal la esencia y el espíritu de la arquitectura y los ambientes de la ciudad. Muchas gracias por permitirnos desfrutar de su hermosa obra, que es un magnífico regalo”.
Nelson Melero. 26-11-98.
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“Mi buen amigo Fausto, me he sentido muy bien admirando tu exposición, es admirable la gracia, creatividad y dominio de la técnica que utilizas, tanto en la técnica arquitectónica, como en las caricaturas. Te felicito sinceramente”.
Mario García Portela-99.
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“Fausto: Lo conocí a usted hoy, pero es como si lo hubiera conocido antes, pues la exposición me ha dado entender que ama lo cotidiano, la sencillez de nuestras calles y lugares hermosos y respetables de nuestra provincia. Lo felicito de veras de todo corazón. Gracias”.
Mailyn. 26-11-99.
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“Amigo Fausto: La ciudad nuestra va desapareciendo por la superposición de otra; otra ciudad de estos tiempos postmodernos y de tránsito, claro; lamento mucho que muchas cosas que nuestros ojos vieron se estén yendo; sin embargo, me consuelo pensando que, cuando todo se haya perdido, podré tener un encuentro con nuestra ciudad a través de tu obra plástica. Eres el más genuino historiador del embrujo de nuestro ámbito ¿provinciano?”. Tuyo,
Tu amigo Esteban. 5-1-2000.
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“Fausto tiene el extraño misterio de hacernos ver la belleza que encierra el entorno, que por lo precipitado del ritmo de la vida diaria no lo vemos y se nos vuelve cotidiano”.
Miranda.
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“Fausto: A 24 de noviembre de 1999.- a poco de fin de siglo y milenio.
Amigo: Me rescatas la ciudad del insomnio, fantasmagóricos fantasmas humanos en tus manos y aún más me regalas una silla donde reposo. ¡Felicidades de todo cuerpo y alma!”.
Margot-99.
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“En un intricado complemento de curvas y rectas, con una perspectiva que reta la ley, Fausto logra captar, con su óptica personal, los valores arquitectónicos de una ciudad, que guarda como joyas, sus logros históricos. Fausto es un artista de los que necesita la contemporaneidad de nuestro arte y nuestro pueblo pinareño”.
Luis Remedios.