A Luis Sexto, en el Juventud Rebelde de fin de año, por su paciencia en las reformas
Al teatro cubano, por ser más impaciente
Por Henry Constantín Ferreiro.
Atrasado, muy atrasado, está mi escrito sobre el último Festival de Teatro de La Habana. Tan atrasado, que se me cruzó con el artículo de homenaje a la labor gubernamental en el 2011, un recuento–útil para los cubanos impacientes-del avance sufrido por nuestro país en el último año. Para resumir, intercalé ambos trabajos, con subtítulos que indican el tema. Perdónenme los teatristas por la mezcla.
Reformas
La que más ha alegrado de las recientes reformas es la posibilidad legal de que los cubanos podamos comprarnos y vendernos nuestros propios vehículos y casas, o irnos del país y seguir siendo propietarios de ellos, o dejárselos a quien nos dé la gana. Pagando impuestos, claro.
Teatro
¡Devuelvan mis cinco euros!, corea burlonamente media Habana. Eso es lo malo del exceso de propaganda. Que aburre a los receptores, deteriora el contenido del mensaje y provoca rechazo, y burla. La frase se oye en cualquier lado, lo mismo en la exposición del graffitero rebelde El Sexto que en la última y muy popular obra de Carlos Díaz. En Noche de Reyes, estrenada durante el verano, gente de todo el país se alegró con tal petición, dirigida a alguien omnipresente, en tal tono de choteo que haría sonreír al propio Mañach.
Y en la misma cuerda del desgaste propagandístico, Noche de Reyes demostró que hasta un evento doloroso ha perdido su significado original para convertirse en algo pesado y risible. Un personaje recita –chilla- sin venir a cuento, aquello de pero Nemesia no llora, verso del famoso poema Los zapaticos blancos. Y todo el mundo se ríe.
Reformas
Los campesinos ya pueden venderle sin intermediarios al turismo. Bien.
Teatro
Esa Noche de Reyes fue la obra más divertida del 14 Festival. Carlos Díaz y su Teatro El Público –al que siempre hace honor- tomó la comedia homónima de Shakespeare –adaptada por Norge Espinosa- y con llamativo vestuario, música de carnaval y la destreza y desinhibición de unos cuantos actores jóvenes, consiguió inundar la sala Trianón en todas sus funciones. El mérito fue mayor porque la obra no era estreno. Obviamente, algo de responsabilidad debió tener en este éxito su púbico y desmesurado exhibicionismo.
Parecida trampita usó Cosmogonía. Experimento 1, del grupo carioca Os Satyros. Aunque pocos comprendieron las abundantes parrafadas en portugués de sus dos personajes, ni uno solo abandonó el teatro, intimidados por la manera originalísima pero superflua de involucrar al público –había que ponerse ropa de hospital-, y absortos en los cambios de luces sobre la semidesnudez escandinava de la actriz. Todos, mujeres y hombres, aplaudieron hasta el ardor.
Reformas
Al fin los cubanos podemos establecernos en una casa en La Habana, sin necesidad de gestionar montañas de documentación y pretextos. No sé si también se incluyen en esta flexibilización la supresión de tanto trámite que hay para vivir en Varadero –semiinaccesible para el cubano- y en Caimanera –nuestro Paralelo 38 con la Base de Guantánamo.
Teatro
Otra divertida obra perfecta, la noruega hablada en intraducible francés The Society, de Jo Strømgren Company, es lo mejor y más difícil que vi en el Festival. Enfrascada en uno de los etnotraumas del europeo de hoy: la presencia creciente de lo asiático oriental –lo chino- en las ciudades, las economías y, por supuesto, en las culturas de las no siempre tan abiertas naciones occidentales, la comedia logró repetidas salas llenas con tres actores que no dicen una palabra en español, ni se desnudan ni mencionan un solo conflicto actual cubano. Todo, porque un misterioso paquete de té se les cuela en su club de bebedores de café. Los demás méritos de la obra los enumera, como mismo haría yo, el periodista Frank Padrón en el Juventud Rebelde.
Reformas
En el 2011 aparecían, a cada rato, beneficios nuevos para los usuarios de la telefonía celular: la empresa –que todavía es la única- regala crédito, promueve las recargas desde el extranjero, estimula la apertura de nuevas líneas. Ahora rebaja tarifas. Eso está bien, aunque sus precios y comportamiento aún son los de un seguro monopolio frente a una pobrísima clientela.
Teatro
Como mismo The Society satirizaba el temor europeo a la penetración cultural china –y el papel norteamericano como defensor de Europa-, el fenómeno inverso andaba por el Festival. Había que ver la multitud de estudiantes de la patria de Lao Tsé –me da mala espina decir el país de Mao- que prefirieron aglomerarse en las presentaciones de los cantantes-embajadores de Broadway, en el Gran Teatro de La Habana. Una prueba de que la globalización está muy bien, y es irreversible. Los muchachos, venidos de la gran potencia que durante siglos quiso cerrarse a Occidente, ahora hacen colas y buscan hasta los últimos asientos, allá por el techo de la sala, para escuchar canciones en inglés llegadas desde el circuito teatral más famoso de Estados Unidos.
Reformas
En el 2011 se introdujo la concesión de créditos para negocios por cuenta propia, y construcción y reparación de viviendas. También se mejoraron los sistemas de créditos para campesinos. Créditos pequeños, a ser pagados con salarios ínfimos, concedidos por una banca que también disfruta su situación de monopolio y exige intereses primermundistas a unos solicitantes del tercer mundo.
Teatro
Sin un asiento libre, con público esquinado en los pasillos –incluido este periodista- se presentaron en la sala del Museo de Bellas Artes unos excelentes actores británicos, a homenajear a Harold Pinter.
Pinter, inglés que tuvo la suerte de ganar un Nobel y rechazó –con admirable solidez ideológica- el título de sir, escribió teatro absurdo –absurdo no como error, sino como estilo. En materia de política manifestó siempre posturas cercanas al comunismo y al antiimperialismo –solo al norteamericano- criticando sin piedad a las dictaduras de derecha y a las guerras impulsadas por Estados Unidos y sus aliados, lo cual puede que suene bien, y guardando cierto respetuoso silencio frente a las otras guerras y dictaduras, lo cual está muy, muy mal.
No obstante, hay que admitir que el repleto de la función se debió a puro arte de magia.
Es que entre los artistas estaban algunos actores de la saga Harry Potter, como Michael Gambon -el Albus Dumbledore posterior a la cuarta entrega- y Roger Lloyd Pack –Barty Crouch. Curiosamente, los dos nombres que atrajeron al público en esta presentación –Harold Pinter y Harry Potter- tienen las divertidas iniciales hispanas HP.
Reformas
La Iglesia Católica, obtuvo o reafirmó concesiones tales como el autorizo de la peregrinación nacional de la Virgen del Cobre, la transmisión televisiva de algunos eventos religiosos, la posibilidad de plantear criterios sociopolíticos y económicos en sus propios espacios, y la inclusión –con adjetivos loables- de las dos más altas figuras de la Iglesia Católica cubana en el Informe Central del Congreso del Partido Comunista de Cuba.
Teatro
Hubo una obra de títeres, que evité ver: Cuando el Che era Ernestico, del grupo Títeres Nueva Línea. Ya tengo bastante con que la escuela le enseñe, a mi hijo de cinco años, aquello de Che comandante, Che guerrillero, todos los niños seremos pioneros.
Fueron muy aburridas las obras de Chipre y Turquía, que no hablaban español –había incómodos subtítulos casi en el techo. Lo único llamativo de su presencia es que simbolizaron el encuentro en un mismo espacio de dos naciones que hasta hace poco eran el perro y el gato del Mediterráneo oriental.
Reformas
El año cerró con la buena noticia del indulto de casi 3000 presos, que lamentablemente no incluyeron al norteamericano Alan Gross, ni al cubano Wilmar Villar.
Teatro
Excelente fue la puesta en escena de Donde hay agravios no hay celos, que retomó con aire de comedia de enredos el mito de Don Juan. El vestuario recordó el de Escándalo en la trapa–hay que admitir que Donde hay… era una coproducción de Cuba y España, como mismo Noche de reyes tenía apoyo británico.
Revolución y manicomio. De eso más o menos trata Charenton, obra relanzada por Teatro Buendía en su apartada sala del Nuevo Vedado. Hace unos cuatro años la vi en Camagüey, y entonces me pareció más vibrante; en la del 2011 cambian algunos de los actores, y no para bien. Aún así, casi todo estuvo aceptable, y el texto –de Peter Brook- es de una contundente actualidad para Cuba.
Unos dementes asumen personajes célebres de la Revolución Francesa –Marat, Napoleon, Louverture, Sade, la Corday- y de paso desencadenan un infinito de reflexiones sobre las sombrías luces de cualquier proceso revolucionario. Hay locura, hambre, crueldad, venganza, afán justiciero a través de la sangre, líderes oportunistas o fanáticos…
Reformas, teatro, reformas, teatro, reformas, teatro…
Se acabó. Al final, este artículo fue casi todo sobre teatro. Ah, verdad, y sobre las reformas. Revisándolas, algún escéptico dirá que el 2011 no fue tan bueno: que murió en circunstancias extrañas un activista cívico; expulsaron de sus cargos a un pintor reconocido y de la universidad a dos estudiantes inquietos; acosaron vigorosamente, como siempre, a la oposición política interna y a los medios y proyectos independientes; difamaron sin límite; retuvieron la prometida Internet, la carta blanca, y el control gubernamental sobre comercio, banca, medios de prensa, tribunales, ejército, industrias, tierra, escuelas y estructuras políticas… Todo eso lo dirá algún escéptico. Yo escribo, mezclándolos, sobre las reformas y sobre teatro.
El 2012 ha empezado con una señal. Soltaron a los casi 3000 indultados, pero se les quedó adentro Wilman Villar, un activista cívico, en huelga de hambre que ha muerto el 19 de enero. Otro humilde indignado por la falta de libertad. Mientras, el teatro, y las reformas, siguen.
Henry Constantín Ferreiro.
Periodista, escritor y fotógrafo. Expulsado de los estudios de Periodismo en dos ocasiones, ambas por problemas políticos. Único representante de Cuba en el II Concurso Hispanoamericano de Ortogra de la revista Convivencia. Textos suyos han sido publicados en medios de prensa cubanos, incluso oficiales. Hace el weblog Reportes de viaje (www.vocescubanas.comReportes de viaje). Dirige la revista La Rosa Blanca. email: henryconstantin@yahoo.es. Reside en Camagüey.