Poesía – La serie de los peces. Premio Convivencia 2010

Premio de Poesía (I Concurso Literario Convivencia 2010)
LA SERIE DE LOS PECES
…y nosotros contando y contando
¡…!…con la boca.
Por Pedro Martínez Martínez
La serie de los peces
El malecón seco de mi ciudad
la arenisca devorando los portales
con esa brillantez de escamas que confunde al ojo
las espinas que se lían y trazan multitudes de formas
alazanes de espumas… grandes tropeles de olas
rompiendo en la memoria inevitablemente roja de la roca
el efluvio de las pescaderías evocando viejas sangres
los peces que un buen día aletearan el traspatio
a su aire, musicales, como en el “Sueño de Arizona”.
Y nosotros de jornada, pecho abierto sin camisas,
marineros de la vida burbujeando en las barandas
y nosotros en las nubes y la serie de las vacas con encías
(animales de una risa tan extraña)
y nosotros pescadores de la noche rumbeando en las arenas
con un cuchillo afilado escondido entre los dientes
y nosotros ¡peces en el fondo! ¡peces de agua! ¡sangre y superficies!
contando y contando lunas con la boca.
El mar de polvos de mi Ciudad
la arenisca severa de estos años
los ocasos en las playas cuando son -y no- sombra de oros… al otro lado del mar.
Me siento cada noche y abro un libro
Me siento cada noche y abro un libro de poemas
u otro que responda a cierto fuego
me siento adonde yo
y entre las páginas comprendo al poeta que se esconde tercamente
porque cree que la palabra es un grito inalcanzable.
Me siento, escucho, veo…
rayos en el techo
naufragios que parecen cuentos
pero ay de todos en sus camas ¡cuántas veces se hunde el barco en estos días!
Me lanzo, apenas indefenso,
palpando los portales, los amigos…
blasfemo hasta caer
y culpo a los malditos y a las calles
porque sé que existen sin sus nombres
me levanto a mis pies…, a mi camino,
y a pesar de aquel dolor
vuelvo luego y abro un libro.
La lluvia es un recuerdo, el mar
…cúranos mar, siempre mar…, la herida.
La lluvia es un recuerdo que arroja pétalos de ensueños sobre el tiempo
como lírica luz cayendo al mar,
la lluvia es un recuerdo.
Pero la noche…, la noche desvela otras voces mar adentro
aquella dureza de momentos donde la cuerda pulsa un cúmulo de nombres
¡arráncales noche la herida!
si es que la lluvia es un lamento
y el mar, la noche y nuestros nombres,
recordemos silencio entre las voces
al instante abierto
de la herida.
Cúranos mar…, siempre mar…
cúranos… mar…
siempre mar.
Zoom in
Caparaza oscura, vaga, confusa…
cucaracha huyendo por el hilo del contén.
Hacia el filo del día la metálica rejilla
chupa que chupa basura… toda revuelta,
y hay un cuello de botella en la pendiente
un lío negro de papeles y albañales
y el objeto, la depresión, la luz, la calle
un montón de hormigas locas
qué tráfico interminable.
La vida intensa de una esquina
la brava espuma de tus sombras
¡la ciudad en candela!
Todo se define en la escala de la lente
vivimos en un estanque de peces voladores
¡dispara ya!
Evocación
…homenaje a Dulce María Loynaz
Yo pronuncio tu nombre
en las noches oscuras
F.G. Lorca.
No puedo yo, poeta, romper la tarde
sin antes nombrar tu nombre.
Nombrarlo ante las puertas
como se nombran los nombres en la rosa universal
posarlo como un canto
en la sangre azul y joven de mis labios.
No puedo yo, humilde dama, elegir la lluvia
sin antes escuchar del patio los secretos dulces del agua
…desvelarlos
como desvelan los frontales jardines
la oscura luz encarnecida
las tibias sombras de tu nombre.
No puedo hoy, si bien beber de la copa viva y estrellada,
sin hundir la luna…, humedecerla en la noche
en los lúcidos lagos del delirio
en la fragilidad escondida de tu nombre.
No puedo alma, mi alma febril… ¡no puedo!
encender mi libertad sin horizontes
sin evocarle al sol naciente
los encendidos mares de tu vida
las venas abiertas de tu nombre.
La primavera puesta al desnudo aun…
…basado en la obra de Marcel Duchamp
La estación de los años
aceptación pura de “el caos”
renovación del ciclo
hoja – herradura – llanto.
El objeto primavera
al ojo vista
única promesa doble tras el vidrio.
Tiempos de sequía
…a la vieja Carmela
Mayo se va
-se fue-
y abuela se recoge en su sillón hecho de calmas y de tiempos.
Nunca fue agua que mojó sus pies
lo sintió pasar -eso sí- como un gran simulador
una dura sombra arañando la Alameda del polvo
que apenas si desprendióle gota dulce de los labios
Qué calor
Qué ardentía
Qué amargor que siento aquí…, en la boca del estómago
…vuelve luego la memoria al horizonte de baldosas amarillas.
Al rato me suelta una señal de bienvenida
-Mijo ¿qué es de tu vida?
…¡estás perdido!
Es entonces que mecemos el calor -y el frío-, muy suavemente
como reverenciando la inmortal quietud.
En la lejanía se inician los ladridos
mayo cierra el ciclo con un relámpago azul
y abuela, que es muy vieja,
hunde un vidrio en las cimbras rojas de la tarde.
Siempre es otra la palabra
…al Rai, poeta-arquitecto… y al resto de la banda mágica.
Tropezar con un poema o reencontrar un viejo amigo
como quien tropieza y reencuentra primavera en el jardín
y desborda de sí la emoción toda del mundo.
La poesía es de esa humilde plenitud atemporal
donde joven te preguntas:
…y aquí,
¿qué joyas son las palabras?
Pedro Lázaro Martínez Martínez.
Arquitecto.
Avellaneda No. 71 entre Alfredo Porta y Garmendía. Pinar del Río.
E-mail: pedromartinez21@yahoo.es
Teléfonos: (48)-77 2175; CEL: 53101428
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