Por Arnel Herrera Padrón
Hace unos días conversaba con alguien sobre la situación actual de Cuba y de la gran necesidad que tenemos de cambios urgentes y pacíficos en nuestra isla; este señor de 50 años decía que uno de sus mayores temores era volver a los tiempos antes del 59.
No quiero hacer comparaciones ni justificar la dictadura que vivió el pueblo cubano en aquel entonces, pero sí quisiera recordar que Cuba, era el tercer país en América Latina económicamente. Hoy los cubanos vivimos bajo la intolerancia política de un régimen que se opone al desarrollo del bien común, poniendo al país entre los primeros menos desarrollados del siglo XXI.
El gobierno actual en todo su mandato se ha dedicado a adormecer nuestras mentes y en hacernos creer que los cambios son malos y que solo nos traerán de vuelta al pasado. Nuestro pueblo no desea eso, pero tampoco desea el presente en que hoy vive, se desean cambios, sí, pero cambios donde predomine el amor, la paz, el respeto a los derechos humanos, la justicia, la verdad y la tolerancia, para que sus hijos sean educados en el amor al prójimo, en el respeto a lo diferente.
No le tengamos miedo al cambio, pues Cuba lo necesita ya, para que nuestra madre Patria que nos vio nacer, no sufra más, para que sus hijos todos no se vean como enemigos por sus diferentes ideas, para que no nos sintamos amenazados por opinar o escribir lo que pensamos, para que nadie sea excluido, ni las calles sean solo de una parte de los cubanos. Cuando la madre Patria sufre, su gran familia que somos todos sus hijos, no avanza ni prospera y su tierra nos niega hasta sus frutos.
El sistema cubano ha fracasado porque educó al pueblo en la mentira, el odio y el rencor. Atacar verbal o físicamente a las personas por disentir u oponerse a algo, no nos hace más patriotas; arrastrar y golpear a Las Damas de Blanco; encarcelar y dejar morir un hombre por exigir sus derechos y los de todo el pueblo, son actos de crueldad y de inhumanidad y no de patriotismo. Patriotas somos todos los cubanos, tanto los de adentro como los que viven en el exilio.
No estar de acuerdo con un sistema o un partido no quiere decir que no amemos a Cuba, todos la amamos, pero de diferentes maneras. Desechemos y enterremos de una vez por todas, la semilla del odio, el rencor y la intolerancia; sembremos y cultivemos en toda nuestra gran patria la semilla de la esperanza, el amor y la reconciliación, para que nuestros hijos crezcan en paz y la nación prospere junto con ellos.
No le tengamos miedo a los cambios, son necesarios para el bien y para el bien de todos.
Arnel Herrera Padrón
Bibliotecario Independiente
Km 2 ½ Carretera a La Coloma.
Pinar del Río.