Por Edel Bárbaro Nodarse Ramos
En la ciudad de Pinar del Río las autoridades competentes han detectado focos rojos.
¿Qué es esto? Significa que, debido a la situación existente en esta provincia con el problema de la vivienda, donde conviven hasta tres generaciones en la misma casa, muchas personas han tenido que buscar, por sus propios medios, la manera de conseguir un terreno para construir una casa donde poder vivir. En Cuba no hay otra solución o manera de que por vías legales te vendan un terreno o una vivienda.
Las personas se cansaron de buscar una solución de acuerdo con lo establecido por las “leyes” de la Dirección de Vivienda que es la institución encargada de todo lo que tiene que ver con estas situaciones y de resolver las necesidades del pueblo en lo que a esto respecta.
Después de arar en el mar y comprobar que pedir, necesitar y querer hacer lo correcto no resuelve aquí nada, varias familias decidieron fabricar una casa como se pudiera, para resolver su problema, aunque estén convencidas de que cometen algo “ilegal”, producto del monopolio del Estado sobre este derecho fundamental.
En esta provincia, solamente durante el pasado año 2009, existían más de una decena de asentamientos ilegales o “focos rojos”. “Focos rojos que hay que eliminar”, según afirmó la Directora Provincial de la Vivienda en Pinar del Río.
Teniendo en cuenta las condiciones fundamentales que debe tener una casa para poder vivir en ella, muchas o todas las viviendas en esta situación no las reúnen, pues están construidas de madera desechable, cartón o latón. Ninguna de ellas tiene electricidad ni agua potable, la que cargamos en cubos desde la vivienda de algún vecino que, de buena voluntad, la facilita.
Con la situación de la electricidad sucede lo mismo: la Empresa Eléctrica no les ofrece la corriente porque son ilegales. Es aquí donde las personas necesitadas se ven obligadas a cometer otra “ilegalidad” y coger la corriente del circuito más cercano, enganchando al tendido eléctrico, cables en mal estado, a expensas de provocar un accidente o morir en el intento.
La única ayuda que han obtenido estas familias es la de ser multadas por estos organismos con importes que van desde los 500 a 1500 pesos, moneda nacional. Además de ser amenazados continuamente con la demolición de su casa; sin tener en cuenta que allí radican mujeres con niños pequeños a quienes solo les ha quedado esta alternativa y que incluso no tienen cómo satisfacer las necesidades básicas ya que dada su situación en muchos casos no pueden trabajar.
Entonces, ¿qué se puede hacer con estos FOCOS ROJOS? ¿Eliminarlos, como piensan algunos, o hacer leyes y facilitar las cosas para que cada familia pueda resolver el problema…?
Decida usted.
Edel Bárbaro Nodarse Ramos
Director del Centro de Derechos Humanos Jan Karsky.