SG: ¿Cómo empezaste en la música?
R: Mis inicios en la música fueron por el año 2003, sentía ciertas inquietudes musicales, también sociales; yo escuchaba mucha música por ese tiempo, música con influencia norteamericana, un poco de rap, un poco de sow, pero por sobre todo me cautivaba la sonoridad y el modo de expresión del Hip-Hop que llegaba en aquellos tiempos; anteriormente, por los años noventa e incluso hasta el año 2000, no me interesaba esta música. Oía al Médico de la salsa, Pablito, Van Van, pero a partir de algunas trasformaciones en mi estado espiritual, es que comienzo a sentir inclinaciones por ciertas y determinadas cosas que me comenzaron a llamar la atención por lo que representaban, por su realidad, por lo que me aportaban espiritualmente. Entonces empecé a desestimar toda la otra música, también me comencé a conectar un poco con mi realidad de hombre negro, con mi historia de hombre negro. Empiezan a aparecer preguntas en mi mente, dudas, que a medida que las voy aclarando ya empiezo a preocuparme por otras cosas.
SG: ¿Por eso escoges el hip-hop, antes que el son, la guaracha, o la rumba, que son tan cubanos?
R: Sí, ya tenía esa influencia de música afroamericana y por el año 2003 ocurre como una revolución en el movimiento de rap cubano; yo lo catalogo así, es el rompimiento de lo que se llamaba la vieja escuela, los muchachos de la otra generación haciendo hip-hop. Las letras comienzan a ser más atrevidas, el mensaje más concreto, más directo, más reflexivo, ya era más social, había mucho más compromiso en el discurso hip- hop, y yo no escapé de esa influencia.
SG: Entonces: ¿tus canciones son para divertir o hacer reflexionar al público?
R: Evidentemente son canciones para reflexionar, para pensar acerca de esa evolución espiritual que debemos tener, de la necesidad de una transformación en la esfera social en nuestra Isla, porque si yo me preocupo por todos los problemas que a nivel mundial están ocurriendo, también creo que debemos comenzar por una revolución dentro de nuestro propio espacio, tiene que haber cierta necesidad de libertad, de comprensión, de tolerancia, de participación en tu medio para después empezar a pensar en los problemas universales; vivimos en una isla con muchos problemas, situaciones verdaderamente estresantes, tristes, y tenemos que empezar por ahí, esa es mi idea.
SG: ¿Tu condición de Rasta, influye en las letras de tus composiciones?
R: Haber conocido la filosofía Rasta me dio la oportunidad de cambiar mi vida, me volqué hacia ese ser espiritual que todos llevamos dentro y por supuesto que influyó mucho en el discurso de mis canciones cuando una vez me atreví a hacer hip-hop. Siempre conecté esa energía que me permitía mi vida de Rasta, con mis composiciones, y sigue hasta ahora.
SG: ¿Crees que los jóvenes cubanos necesitan de ese tipo de comunicación, de ese tipo de música?
R: Yo pienso que si la necesidad de diversión es importante, el compromiso cívico, el compromiso social, son más importantes, porque si la juventud, que es la que lleva los cambios, las ideas, las revoluciones sociales, está aletargada, dormida en el entretenimiento, en el esparcimiento, y no está comprometida con su realidad, yo pienso más en una decadencia que en una evolución en sí.
SG: ¿Qué disquera le graba a Escuadrón?
R: Ninguna disquera en Cuba se atreve a grabarnos, yo asumo la ayuda que me brindan los pequeños estudios independientes, estudios alternativos, clandestinos que existen y me dicen: “ven, graba conmigo, no hay problema”, y así, porque el tipo de mensaje que yo trasmito ninguna disquera oficial o gubernamental o institucionalizada, lo quiere aunque le interese pues se ha dado el caso de personas a las que en algún momento les ha interesado mi trabajo y me han ofrecido difundir mi música por los canales legales pero quieren negociar con las letras y yo no entro en ese tipo de concesiones, no cambio lo que pienso y lo que digo por nada.
SG: ¿Dentro de tus escasas posibilidades cuántos discos has grabado?
R: En el mismo año 2003 hice un demo de diez canciones. Al principio éramos cuatro, ahora sigo mi camino solo. Este demo se llamó “Voces clandestinas” y fue como la antesala para que la gente fuera escuchando cuál era mi propuesta, qué yo tenía que decir. A partir de ahí seguí grabando temas promocionales, pero no comienzo a hacer otro disco hasta el año 2008 que pude realizar el disco Mi Testimonio, un disco sumamente comprometido, sumamente serio, fuerte como lo catalogan mucho, con un discurso espiritual pero también politizado, muy crítico de la realidad social de nuestra isla, y ahora en el 2009 estoy terminando otro.
SG: ¿Tus canciones te han cerrado puertas en tu vida como trabajador con el Estado?
R: He sido muy cuestionado, muy seguido de cerca, por el impacto social de mi trabajo en la música, pero como tal en mi centro no, no he sido molestado hasta el momento.
SG: ¿Es difícil hacer tu música desde Güines un lugar tan alejado de la capital?
R: Sí, sobre todo económicamente, el 95% de mi trabajo lo materializo en la capital, es donde están los espacios alternativos donde grabo, donde en ocasiones me presento, y tengo que gastar mucho dinero que muchas veces no lo tengo. Tengo una familia que mantener y no puedo destinar todos los fondos a mi música y al movimiento hip-hop, y esto me afecta bastante.
SG: ¿Para cuándo podemos estar disfrutando tu nuevo disco?
R: Para finales de diciembre. Este se titula El legado, y lo comencé a grabar en junio de este año. Las cosas no son tan fáciles en los estudios donde grabo, ha habido limitaciones, he tenido que cambiar de estudio, pero yo pienso que para esa fecha esté listo.
SG: ¿Cómo desearías el futuro de nuestro pueblo?
R: Yo, en el orden personal creo que quisiera ver el futuro de nuestro pueblo no como está ahora. Yo quisiera un futuro donde exista verdadera tolerancia, verdadera participación de todos, una sociedad para todos, porque así está postulado en todos los documentos gubernamentales. Hablo de La Constitución de la República, hablo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; la sociedad la creamos todos, y como tal tenemos derecho de aportar algo. Por pensar diferente no te pueden censurar, no te pueden masacrar, y no te pueden hacer llevar una vida completamente enajenante por eso. Quiero que en el futuro trabajemos todos juntos, que pensemos en el bien de nuestra familia, en la paz, en la armonía y en la libertad sobre todo.
SG: ¿Quisiera decirnos algo más?
R: Yo tengo mucha fe en las minorías de hombres con buen corazón, con buenas intenciones a favor de los demás, creo en ese pequeño grupo de seres que está preocupado por todos; porque si a lo mejor la gran mayoría no puede tener entendimiento no pueden darse cuenta de cuándo lo están manipulando y engañando, siempre debe de haber alguien que se ponga en función de trasmitirle a esa gran masa que vaga sin rumbo, cómo deben ser las cosas, de decirle: hermano, te están engañando, abre los ojos que tu realidad inmediata no es como te la están dibujando, tienes que pensar por ti mismo, tienes que abrir los ojos, por eso le tengo mucha fe, porque son ellos los que en un futuro no muy lejano, esos pequeños proyectos, esa pequeña minoría, van a tener una gran responsabilidad en el cambio que se logró y en lo que está por venir en nuestra sociedad.
Sironay González Rodríguez
San Cristóbal, Pinar del Río, 1976