Los pillos y los tontos

Por Luis Cáceres
De estos dos “estratos” sociales, no sabemos cuál surgió primero. Pudieron haberse creado al mismo tiempo, desarrollado el uno a la par que el otro.
Trataré de dar algunas características que he descubierto en ambos. Todo surge en épocas remotas donde la crueldad ideológica supera a la corporal aunque aun pueden observarse residuos de aquel pasado en algunos pequeños lugares del planeta.
A los pillos no les gusta ese nombre pero saben que lo son.
A los tontos tampoco, con la diferencia de que, algunos no creen que lo son, lo cual los hace más tontos aun.
Los pillos lo miran todo y no ven nada y todo lo saben, no roban pero lo tienen todo.
Los tontos roban porque no tienen nada.
Hay tontos que se hacen los pillos convirtiéndose en tontos y medio, y pillos disfrazados de tontos, haciéndolos más pillos.
La tarea principal de los pillos es fabricar tontos y que estos no le husmeen sus pillerías, peligraría su seguridad, tampoco quieren que ningún tonto pase a sus filas porque aumentaría el número de pillos y tocarían a menos, también disminuiría el número de tontos que tanto necesitan para permanecer en lo alto que lo harían aun aplastando la cabeza de cualquier tonto.
Entre pillos hay rivalidades por el poder y son capaces de convertir en tonto a cualquier pillo menor que no haga cumplir sus órdenes y leyes por decreto dirigidas a los tontos
Estos se pasan el tiempo engañados creyendo que tendrán una tontería mejor y que hasta podrán llegar a ser pillos si se portan bien trabajando más y mejor.
Los pillos se reúnen para organizar sus pillerías.
Los tontos no se reúnen por tontos que son, solo comentan, temen a los pillos.
Los pillos temen a tantos tontos, aunque saben que si algún tonto los acusara, serían inocentes antes del juicio. Los pillos hablan, piden, exigen respeto, su opinión es ley.
Los tontos callan y obedecen, los menos tontos observan y meditan.
Aunque los pillos dicen ser los primeros en sacrificio y últimos en el beneficio ya son pocos los tontos que lo creen.
Los pillos siguen siendo abrumadora minoría, consumen mucho más que todos los tontos juntos, además de ser parásitos de los tontos, los desprecian, pero saben que sin ellos su existencia sería imposible porque de ellos viven. Pero, curiosamente, si desaparecieran los pillos entonces no hubiera tontos y eso lo deseamos porque molesta tener que oír cosas como las que Ud. está leyendo y otras como estas:
Los tontos no tienen iniciativa, solo acatan las imposiciones de los pillos; los tontos creen que son acuerdos, creen, hasta que los vientos de un ciclón azotan con más fuerza por donde ellos viven.
Los pillos viven para comer, los tontos para ver comer a los pillos y cuando los pillos necesitan el favor de los tontos les preguntan hasta por su tonta familia (gran reserva) piensa el pillo, antes ni un leve saludo (piensa el menos tonto).
Los pillos tienen acceso a una literatura variada, los tontos, solo la que escriben los pillos. Entonces ¿quién educaría a los tontos? Pienso que es una tarea de los menos tontos, que en el ejemplo de los propios pillos que apenas se ocultan para pecar, tienen una herramienta poderosa para mejor comprensión de los tontos y cuando hayan logrado dejar de serlo reflexionarán y solo se lamentarán por el tiempo antes perdido.
Esto ha ocurrido en cualquier parte con mayor o menor tiempo de existencia o grado de crueldad. Por suerte, va dando señales de extinción total. Busquemos cómo convertir este ambiente en un espacio amplio y luminoso donde no existan ni tontos ni pillos.

Luis M. Cáceres

Pintor
1ro de Mayo No.127
E/ Isabel La Católica y Juan Gualberto Gómez.
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