La sociedad civil: tercera pata de la sociedad

Por Juan Carlos Fernández

Sinopsis imaginaria de una película naif pero muy real.

La Sociedad Civil. La Tercera Pata.

La Sociedad Civil. La Tercera Pata.
Título del Filme: LA TERCERA PATA’.
Actor Protagónico: La Sociedad Civil.
Actores Invitados: La Sociedad Política y el Estado.
Locaciones utilizadas para el rodaje: Toda Cuba.
Director(es): Hombres y mujeres de Cuba identificados con esta forma de participación ciudadana. (No les bastó con el protagónico).
Presentador: El filme que vamos a proyectar puede definirse como ecléctico, pues tiene ingredientes de la comedia, la sátira, el drama, el melodrama, el policiaco más clásico y un toque de fantasía, tomando siempre de ellos lo mejor de sus mensajes. La protagonista de este interesante obra se empeña durante toda su vida en que, de una vez y por todas, la gente entienda que en el mundo actual andamos desde hace rato en medio de la sociedad, sostenida por tres patas.
¡Imagínense ustedes!, regresamos a la normalidad, luego de cinco décadas de mutilación transgénica: ¡dejamos de ser bípedos, y nos vamos convirtiendo otra vez en trípedos sociales!, la palabrita se las trae, y los que crean que pueden prescindir de ella, de la tercera pata, están al borde de una catalepsia masiva, que solo será superada en cuanto su sensibilidad interior logre armonizarse con todo el movimiento en derredor.
No vayan a pensar, amables televidentes, que esta película les dará un respiro. Tal y como los protagonistas, ustedes también se verán envueltos en un torrente de acciones que se mantendrán a un ritmo más que trepidante hasta el supuesto final que nos ofrecen sus directores. Digo supuesto, porque ustedes se darán perfecta cuenta que el final del filme queda abierto de manera sugerente para que el televidente o cinéfilo pase de su cómoda butaca a formar parte activa de esta multipremiada cinta que , cosa curiosa , ha roto todos los records en cartelera , pues lleva ya … ni se sabe cuántos años en pantalla.
Quisiera, a continuación, profundizar un poco en lo que los directores y la protagonista han querido comunicar con su excelente puesta:
Cuba: Actualidad, cualquier lugar y a cualquier hora.
Sociedad Civil: En pleno crecimiento y fortaleciéndose día a día.
Actitudes de los actores invitados Estado y Sociedad Política: Confusión, malas intenciones, pasando por el total o parcial desconocimiento. Con todo esto y más tiene que lidiar permanentemente la protagonista.
Presentador: Permítanme ahora ponerles un ejemplo sin contarles la película: En una escena memorable El Estado intenta, obstinadamente, de obstaculizar y menoscabar los espacios que ha conquistado hace poco tiempo una asociación independiente, aquí, en este momento tiene lugar una de las escenas de mayor contenido en la película cuando sin que nadie lo espere, mucho menos el Estado, la Sociedad Civil le responde pausadamente pero de manera firme:
Sociedad civil:
“Tú no eres dueño mío, no eres mi conciencia y mucho menos mi padre. Tú eres mi servidor, tú te debes a mí y no a la inversa, tu deber y obligación es propiciar y estimular un ambiente sano para que yo goce de un perfecto estado de salud, no debes invadir mis espacios creativos porque con esto estás limitando mi libertad y esta actitud tuya disminuye la credibilidad en ti’.
(El Estado en esta parte del diálogo estaba frenético y encerró, una vez más, a la Sociedad Civil, mas, no pudo silenciarla. Esta continuó, armada de paciencia y tolerancia su conversación a través de una buena parte de ella que no había sido encerrada en esa ocasión y dijo:)
Sociedad civil:
“Estado, amigo mío, tú siempre serás necesario, pero tus funciones y espacios deben limitarse a los principios de la subsidiaridad y la solidaridad, ¿no entiendes lo que digo?, te lo explico enseguida: ‘Cuando yo no pueda o no quiera hacer algo, entonces y solo entonces, es que tú debes intervenir, nunca antes. Preocúpate mejor de aquellos que en verdad lo necesitan y no poseen seguridad social y otros que necesitan empleos, etc. No te enfades cuando te critico constructivamente o cuando te conmino a que des explicaciones de alguna que otra decisión que has tomado sin contar conmigo y esta nos afecta a todos, esa es una de mis tantas funciones y espacios, amigo mío. Esa asociación de la cual encarcelaste a varios de sus miembros no es tu enemiga, por el contrario, está tomando nota de lo que no estás haciendo bien, no para echártelo en cara, sino para que lo hagas mejor cada día.”
Presentador: El Estado dio media vuelta y se alejó pensativo. Era la primera vez, en muchos años que le hablaban de esa forma. Recordó, entonces, cómo había sido todo en una época, lejana ya, en que estas mismas palabras se las habían dicho, pero de esto casi nadie se acuerda, ¿cómo es posible que esta jovencita, casi una niña, hable del modo en que hablaban los antiguos? ¿Comenzaría de nuevo la trasformación de aquellos años cuarenta y tantos del siglo pasado? Estas y un sinfín de preguntas más vinieron a la mente del Estado. Tenía miedo, pero a la vez la forma en que reaccionó esta joven a su violencia lo dejó confundido y con más preguntas, que por el momento no pudo responderse.)
(En otro momento del filme La Sociedad Civil tiene que defender su propia identidad ante el ataque unas veces, y la confusión y el desconocimiento otras, de la actriz invitada, nada más y nada menos que La Sociedad Política. Este personaje, debemos decir, estuvo fuera de la escena por algo más de cincuenta años, en cuanto a su diversidad, ya que, es justo reconocerlo, ha estado presente en forma de quiste solitario por algo más, ironías de la vida, de cincuenta años.)
Presentador: Es bueno señalar que una buena parte de los errores y desaciertos de la Sociedad Política vienen dados, como señalé anteriormente, por la falta de entrenamiento diario en la vida pública, prácticamente es nueva en estas lides, además de no querer repetir las meteduras de pata de la minúscula parte que de ella se ha mantenido durante todos estos años, aunque muchas veces cae en lo que ella misma critica de esa parte. Son las confusiones normales de todo novato cuando entra a jugar en las Ligas Mayores. Ya mejorará, confiemos.
Pues bien, queridos amigos, los encuentros y desencuentros de la Sociedad Política y la Sociedad Civil ocurren con una elevada frecuencia, llegando en ocasiones a niveles que tocan la tragi- comedia por la mayúscula ignorancia y la subvaloración de la primera respecto a las funciones y espacios vitales que debe ocupar la segunda. Esta actitud se repite una y otra vez a lo largo de todo el filme, y eso que la Sociedad Civil nunca se cansa de explicarle a toda la Sociedad Política de la siguiente manera:
Sociedad civil: “Mi hermana, como le he explicado también al Estado, yo no soy su enemiga, eso tú lo crees porque no me conoces bien, deja que te explique: “Sin mí, independiente y soberana y con pluralidad en todos los aspectos, por muy buenas que sean tus propuestas y soluciones siempre estarán cojas, porque yo soy tu conciencia crítica e interlocutora plural de cualquier consenso sano y verdaderamente democrático que pretendas llevar a cabo. Pero te digo todavía más: para que exista un verdadero debate público en el seno de toda la sociedad yo debo interpelarte, apoyarte y a la vez denunciarte o exigirte a ofrecer nuevas y mejores propuestas . Todo esto y más, lo hago, aunque no lo entiendas o no quieras entenderlo, en aras del fortalecimiento de la democracia, porque si no hay diferentes propuestas y alternativas, la libertad se sentirá coartada, lo cual menoscabará el bien común al que todos al fin y al cabo estamos llamados a servir desde espacios diversos”.
-Y continuó diciendo la Sociedad Civil:
“Mira, hermana Comunidad Política, nuestras propuestas y soluciones no tienen que excluirse ni invalidarse, más bien debemos complementarlas con lo mejor de cada una.”
Presentador:Más o menos así, queridos amigos, transcurre este filme cubano que, pienso yo, ha trascendido nuestras fronteras debido al propio tema que toca. Por supuesto que en este modesto comentario no he pretendido abarcar toda la riqueza que brota del entorno de la Sociedad Civil. Esto es imposible de alcanzar, aún para el más diestro y capaz de los analistas ya que es un terreno donde a diario surge infinidad de propuestas, las cuales, muchas veces, son imposibles de recopilar, ni aun en la mejor de las películas.
No quisiera despedirme de ustedes sin comentarles un encuentro que, pienso, es en gran medida la idea que pretenden que aprendamos y aprehendamos los directores con toda la sensatez e inteligencia que estos tiempos de encrucijadas nos proponen. Me refiero a la escena en que la Sociedad Civil sostiene un encuentro, en igualdad de condiciones, con La Sociedad Política y El Estado. He aquí el toque de fantasía en esta película que es la vida cotidiana de nuestro pueblo. Espero con ansias que se haga realidad, lo cual, por cierto, es posible hoy más que nunca en nuestra historia reciente.
La Sociedad Civil dice a los actores invitados:
“Sociedad Política, Estado, los cambios que de dicho y de hecho están sucediendo y sucediéndose diariamente aquí, debemos tratarlos entre todos sin exclusiones ni falsas rivalidades y enfrentamientos. Debemos entre todos encontrar respuestas. Por ejemplo: Tú, Estado, no me temas más, yo no quiero ni puedo prescindir de tu existencia, todos debemos respetar tu función pero debes legitimarla cumpliendo tu rol con coherencia y competencia. ¿No crees que hace ya bastante tiempo estás invadiendo mis espacios y los de la Sociedad Política?
(El Estadoescucha atentamente, mientras la sociedad civil continúa enfáticamente:)
“Has creado una confusión tal, que hay veces en que yo misma no me reconozco, también la Sociedad Política está bastante turulata pues tú mismo le has hecho creer en todos estos años que ella eres tú y viceversa. Tiene un grave problema de personalidad, asociado con el autoritarismo, por el hecho del lugar que ocupa, desde hace bastantes años ya, la parte pequeña de la Sociedad Política que tú has hecho tuya y ella, en ocasiones, parece que te ha copiado a ti, confundiendo ambos los espacios y las personalidades de los dos en una mezcolanza que ya nadie entiende, llegando al colmo de confundirse con la Nación y a la locura total de pretender ser la Patria.”
Sociedad civil, (un poco más sosegada):
“Estas actitudes en nada ayudan, no puedes seguir desconociendo las iniciativas que la Sociedad Política y yo hemos venido presentándole a la sociedad toda. Descalificar y desconocer estas realidades es atrasar la renovación que esta misma sociedad necesita, no puedes seguir obstinadamente obstruyendo todo proyecto que no sea tuyo o que no cuente con tu visto bueno. Con esto estás propiciando que los cambios, inevitables por cierto, no encuentren los cauces apropiados y se vayan a desbordar por los de la violencia y la indisciplina social. Abre los ojos, ¿no ves que Cuba te necesita?, pero hazte querer.”
La sociedad civil, (Se vuelve y se dirige a la comunidad política:)
“En cuanto a ti, Sociedad Política, no te dejes manipular más por el Estado y a la vez no trates de manipularme tampoco a mí, incipiente sociedad civil no partidista, atrayéndome a desempeñar roles que no me corresponden en espacios que son tuyos, al César lo que es del César y a la Sociedad Civil, o sea, a mí, lo que es mío, para que los tres podamos reconocernos diferentes, respetar nuestros roles sociales y cooperar en todo lo que contribuya al bien común de la Nación que formamos todos.”
La Sociedad civil(se dirige ahora a todos los presentes y dice con serena convicción:)
Debemos, entre todos, hallar las respuestas para todos por los caminos del diálogo y el respeto, desde nuestros diversos espacios. Jamás han sido ustedes mis enemigos y nunca me ha pasado por la cabeza prescindir de ninguno de los dos. Mas yo necesito de mi espacio propio y que no se me descalifique ni se me trate de mezclar más con ninguno de ustedes. No es discriminación, sino reafirmación de mi personalidad. Ya saben que en Cuba somos obsesivos con esto de los roles y las personalidades, de los cometidos y los contenidos de trabajo, por aquello de las confusiones históricas que hemos sufrido por demasiado tiempo.”
“Ni soy Estado ni soy Sociedad Política: Yo soy la Tercera Pata y nunca más voy a ausentarme del escenario público de la Nación cubana”.
Presentador: Terminó así su intervención la Sociedad Civil. El Estado y la Sociedad Política se miraron y asintieron con la cabeza y permanecieron en silencio en señal de respeto”.
Estimados, esta es, a grandes rasgos la película que, ¿hoy?, bueno, bueno, desde hace tiempo, le está presentando el canal de la vida en Cuba. Quiero advertirles que esta cinta ha sido comentada anteriormente por eminentes especialistas en la materia, yo lo hago, precisamente en respeto de esos, que día a día dan lo mejor de sí para que en nuestra Patria se llegue a ver esta película en toda su plenitud y esplendor.
Marcado por la ternura y la firmeza de los planteamientos que hace la Sociedad Civil en clave de diálogo y reconciliación y a la vez autoafirmando su derecho a espacio propio y voz plena en el debate y las decisiones del País, espero que las moralejas o enseñanzas de este filme tan ingenuo como real, repercutan en la vida de todos los cubanos.
Disfrutémosla viviéndola, unos como protagonistas, otros como actores invitados. La opción es libre para cada cubano que desee participar, la validez de esta la da el respeto, reconocimiento y promoción del papel y espacio de los otros actores, ¿no creen?
Presentador: Yo, desde hace un tiempo, escogí participar con La Tercera Pata… ¿Y usted?

Juan Carlos Fernández Hernández (Pinar del Río, 1965)
Fue co-responsable de la Hermandad de Ayuda al preso y sus familiares de la diócesis de Pinar del Río.
Animador de la sociedad civil. Pinar del Río.
Colaborador del proyecto ConVivencia.
Vive en Pinar del Río, Cuba .
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