Esta sección tiene varios riesgos, pero el mayor es la falta de credibilidad. Sí, porque siempre lo absurdo parece, por lo menos, una caricatura. Y muchos también se asombrarán de que hasta los que escribimos en ella caeremos, durante la narración, en cosas absurdas que consideraremos normales. La intención de esta sección es presentar ante los lectores diversos hechos, de los cuales cualquiera en Cuba puede ser protagonista. Queremos que se conozcan cotidianidades del cubano, sin análisis ni reflexiones, solo los hechos que evidencian que no es absurdo creer que vivimos en el “Reino del absurdo”.
Por Karina Gálvez Chiu
Existe una cadena de tiendas llamada TRD (Tiendas recaudadoras de divisas, nombre comercial ¿no?). No se diferencia en nada, exceptuando algunos precios, de las demás cadenas.
Hace poco me sucedió algo que se escapa del entendimiento común, lo que es buena credencial para contarlo en esta sección:
Al pedir un paquete de caramelos que había visto en la vidriera la dependienta se puso en una actitud embarazosa. Me dijo:
__ No le puedo despachar esos caramelos porque es el último paquete que me queda.
__ ¿Cómo? No entiendo. Si es el último véndamelo y ya.
__ No, no, el error es mío por no haberlo retirado de la venta.
__ Pero, ¿tiene algún problema el paquete de caramelos?
__ No, compañera, pero no se lo puedo vender.
Continué solicitando explicaciones, pero como ninguna me convencía (o no me daban ninguna en realidad) ella llamó a otra que sin apenas mirarme le dijo:
__Es tu culpa._ y dirigiéndose a mí- : La entendemos compañera, usted no sabe nada de ventas, usted no entiende lo que nosotros decimos. Trataré de explicarle: el último producto de cada tipo se considera ventas pendientes.
Después de estar casi convencida de mi total falta de razonamiento y de mi imbecilidad, decidí dejar la discusión, porque verdaderamente uno no discute de cuestiones que están por encima de su nivel de preparación y de su coeficiente intelectual.