El totalitarismo: factor común del retroceso productivo en Cuba

Foto de Adrián Martínez Cádiz.

El factor común del retroceso de la producción en Cuba reside en la incapacidad del totalitarismo impuesto. Cinco ejemplos son suficientes para demostrarlo.

1) El ganado bovino

A mediados del siglo XVI las tierras realengas (del rey) fueron distribuidas en peonías, hatos y corrales a colonos dispuestos a permanecer en la Isla cuatro años como mínimo para dedicarse ala agricultura y la cría de ganado. El crecimiento de los rebaños bovinos, además de satisfacer las demandas locales, desarrolló el comercio, incluyendo el de contrabando, como ocurrió en las villas de Bayamo y Trinidad, y devino principal fuente económica de la Isla hasta ser desplazada por el tabaco en la segunda mitad del siglo XVII.

Durante las guerras de independencia (1868-1898) el ganado sufrió grandes pérdidas, por lo que al inaugurarse la República en 1902, el primer presidente, Tomás Estrada Palma, importó ganado vacuno y lo entregó a los criadores, a pagar en un plazo de 12 a 30 meses con un 4% de interés anual. De 953 911 cabezas de ganado bovino que había en 1902, en un año ascendieron a 1 223 613.

El crecimiento se reflejó, de un lado, en el surgimiento de empresas como la Compañía Lechera de Cuba. S.A., en 1929, la mejor y mayor planta pasteurizadora de leche de América Latina, en la creación de un Centro de Inseminación Artificial en Sancti Espíritus, en el ofrecimiento de créditos a los ganaderos para el fomento de sementales y el mestizaje y de toros de la raza Suiza Parda, y en la construcción de silos para almacenar forraje mezclado con miel de purga para la época de sequía; de otro lado, en el surgimiento de fábricas cubanas y extranjeras de quesos, mantequillas, tasajo, leche cortada, leche en polvo, helados, harina de huesos, piensos, calzados, embutidos, jabonerías, saladoras de cuero, curtidurías, pasteurizadoras y mataderos, y de leche condensada y evaporada, como las que instaló la empresa suiza Nestlé en Bayamo y Sancti Espíritus. Ese avance productivo elevó a Cuba hasta el cuarto lugar entre 36 países, lo cual convirtió a la ganadería bovina y sus derivados en la segunda actividad económica del país.

En 1958 la cantidad de vacunos y de habitantes eran similares (unos seis millones en ambos casos. En 1959, con la Ley de Reforma Agraria, las grandes extensiones ganaderas y toda la infraestructura acompañante fueron confiscadas y convertidas en propiedad del Estado. Sesenta y cinco años después, el diario Granma del 12 de febrero dio a conocer que un ejercicio de fiscalización realizado entre marzo de 2024 y enero de 2025, arrojó la existencia de 2 914 009 ejemplares vacunos, menos de la mitad de los que existían en 1958.

2) El tabaco

Originario de América del Sur, el tabaco lo utilizaban los aborígenes cubanos como medicamento, narcótico, fuma, brebajes y en rituales religiosos.

La temperatura media, el régimen de lluvia, la humedad relativa favorable para su cultivo y la atención delicada de los inmigrantes españoles, convirtieron al tabaco en la principal fuente de ingresos de la Isla. El hecho no pasó desapercibido para las autoridades metropolitanas, que desde 1620 comenzaron a crear empresas elaboradoras de tabaco y fundaron la Real Factoría deLa Habana (Estanco del Tabaco), para monopolizar el comercio. El Estanco obligaba a los vegueros criollos a venderle toda la producción a un precio fijo, lo cual provocó sublevaciones y protestas hasta que en 1827 el monopolio fue abolido. Desde ese momento la producción exhibió un aumentó hasta 1958, año en que se cosecharon 58 202 toneladas.

En 1959 se inauguró una política de retroceso: la recreación del Estanco abolido en 1827 y consiguientemente el retroceso en su producción. Ante la recaída, en 1966 se creó la Empresa Cubana del Tabaco, de ella se desgajó CUBATABACO, en el año 2000, se creó el Grupo Empresarial TABACUBA y en 2019 el Grupo Empresarial de Acopio. Resultado de ese andamiaje burocrático, en 2020 se recolectaron unas 30 mil toneladas y en el año 2024 se esperaba producir 20 mil toneladas, menos de la mitad de la producida en 1958, y la primacía que tenía el tabaco cubano en el mercado internacional resultó desplazada por la República Dominicana.

3) El café

El cultivo del café se inició en las afueras de La Habana entre 1748 y 1769 sin fines comerciales. En esa época la oligarquía habanera se propuso convertir a Cuba en una gran productora de café. La Revolución de 1791, que arruinó a Haití –primera productora y exportadora del mundo–, fue el detonante. El arribo a Cuba de colonos franceses huyendo de la violencia desatada en la Isla y la abundancia de tierras apropiadas para su cultivo brindaron todas las condiciones para el salto. Si en 1803 había unas 108 000 matas de café, cuatro años después pasaban de 1 110 000, las exportaciones aumentaron en unas diez veces, Cuba llegó a imponer los precios del grano en muchas capitales europeas. Y en 1830 ya ocupaba el primer lugar en la producción y exportación de café en el mundo.

El aumento del consumo obligó a importarlo para satisfacer la demanda, a la vez que subió su precio en el mercado internacional. El presidente Gerardo Machado (1925-1933) dictó varias medidas para modificar la relación entre producción e importación. Para 1940 nuevamente se cubrió la demanda interna y se recuperó el lugar perdido en el comercio internacional. En la cosecha de 1960-1961 se llegó a producir 60 mil toneladas. Cincuenta años después, en 2010, la cosecha retrocedió hasta 6 mil toneladas, la décima parte.

Ante el retroceso, el general Raúl Castro expresó: “en el próximo año no podemos darnos el lujo de gastar casi 50 millones de dólares en importaciones de café para mantener la cuota que hasta el presente se distribuye a los consumidores […]. Se prevé, por ser una necesidad ineludible, como hacíamos hasta el año 2005, mezclarlo con chícharo.

En la cosecha 2011-2012, extendiendo el período de recogida, la producción aumentó hasta 7 100 toneladas, pero afectando la siguiente cosecha. Entonces se acudió a los llamamientos ideológicos. El 20 de septiembre de 2012, el entonces presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), Orlando Lugo Fontes, llamó a realizar una zafra cafetalera organizada, pero su arenga cayó en saco roto. La cosecha 2013-2014 retrocedió hasta 6 105 toneladas. En respuesta, el Estado dictó nuevas medidas y se propuso elevar la producción hasta 15 mil toneladas. La cosecha de 2015-2016 quedó por debajo de tal propósito. Sin atender las causas del retroceso se programaron 24 mil toneladas para el año 2020, pero quedó por debajo de las 10 mil toneladas (seis veces menos que la cosecha de 1960-1961). Insistiendo en el fracaso, el Consejo de Ministros, en 2020, aprobó el fortalecimiento de la empresa estatal socialista.

En la República, debido al aumento del consumo, de primera exportadora del mundo pasó a ser importadora, pero sin tener que racionarlo, limitarlo a los mayores de siete años, ni mezclarlo con chícharo, Cuba recuperó la posición de primera exportadora. Hoy, reduciendo el consumo a 115 gramos de café mezclado que apenas alcanza para seis días, limitado a los mayores de siete años, no se cumple ni siquiera la entrega en fecha.

4) El azúcar

Elemento fundamental de la estructura económica cubana, es la mayor prueba de la destrucción ocasionada por el totalitarismo a la producción de bienes de consumo.

Originaria del mediterráneo la caña de azúcar llegó a Cuba de la vecina isla La Española. En las postrimerías del siglo XVI se construyó el primer ingenio en La Habana para producir miel y raspadura, luego comenzó la producción de azúcar, que entre 1740 y 1758 saltó de 2 000 a 5 484 toneladas.

La ocupación de La Habana por Inglaterra en 1762 fue la premisa, mientras la Revolución de Haití de 1791 brindó la oportunidad. Había que mirar a la vecina isla, decía Francisco de Arango y Parreño, “no sólo con compasión, sino con ojo político”.

Gracias al libre mercado y a las unidades productivas privadas, los hacendados criollos echaron las bases del mayor complejo azucarero del mundo. A fines de la década de 1820 Cuba devino la primera productora y exportadora de azúcar y en 1895, año en que se inició la Guerra de Independencia, se produjeron 1,4 millones de toneladas, para elevarse en la zafra de 1952-1953 hasta casi 7,3 millones. Después de 1959, con una campaña que dislocó toda la economía, en 1970 se produjeron 8,5 millones de toneladas. A esa cifra le siguió un descenso sostenido hasta el año 2001, cuando se produjeron 3,5 millones. Para detener el retroceso se situó a un general al frente del Ministerio del Azúcar y se implementaron dos proyectos: la reestructuración de la industria azucarera, para extraer 11 toneladas de azúcar por cada cien decaña y la Tarea Álvaro Reynoso, para lograr un rendimiento de 54 toneladas de caña por hectárea (el promedio mundial, según la FAO, era entonces de unas sesenta y tres). Los resultados en los siguientes cuatro años fueron: en 2001-2002, 2,2 millones y en 2004-2005, 1,3 millones.

En el 2003 se cerraron 71 de 156 ingenios y se redistribuyó un 60% de las tierras para otros cultivos. Luego se cerraron otros 40 de los 85 ingenios restantes, lo cual costó el empleo a doscientos mil cubanos y la ruina de los pueblos (alrededor de los ingenios cerrados (bateyes). En la zafra 2008-2009 descendió a 1,2 millones y en la siguiente se registró la peor zafra en 105 años: 1,1 millones de toneladas.

El descalabro se intentó resolver en el año 2011 sustituyendo al Ministerio de Azúcar por la empresa AZCUBA y la elaboración de un proyecto de crecimiento de 15% anual. La zafra de 2012-2013 quedó por debajo del plan y las siguientes continuaron descendiendo hasta la de 2023-2024, que según José Luis Rodríguez –ex ministro de Economía y Planificación, solo produjo 1,6 millones de toneladas, cantidad similar a la producida en 1840, cuando la población rondaba el millón de habitantes, no existían centros de investigación, ni los miles de ingenieros y técnicos agrónomos con que hoy se cuenta.

5) El arroz

A diferencia de las producciones antes reseñadas, el arroz no se cultivó en Cuba hasta mediados del siglo XIX. Su producción nunca satisfizo la demanda nacional, pues resultaba más económico comprarlo con las divisas provenientes del azúcar, el café y de otras producciones.

En 1950 Cuba producía el 14% del arroz que se consumía: unas 36 000 toneladas e importaban 220 mil. En ese año el BANFAIC ofreció créditos a los productores gracias a lo cual entraron en producción grandes fincas dotadas de tecnología moderna y en 1955 se creó la Administración de Estabilización del Arroz. Con esas y otras medidas entre 1950 y 1956 la producción ascendió hasta 279 mil toneladas, que cubrían dos tercios de la demanda, mientras la importación descendió a 135 mil toneladas.

Entre 1959 y 1960, con la confiscación de las fincas productoras de arroz y de los molinos, la producción comenzó a declinar. El déficit se suplió con importaciones de China hasta aproximadamente 1965, cuando por diferencias políticas se suspendió y obligó a implementar planes arroceros para sustituir las importaciones. Sin embargo, en la década del 70, empeñados en la producción de azúcar, el arroz pasó a segundo plano, hasta que en 2023 la producción sólo alcanzó 27 900 toneladas, el 10% de lo producido en 1956.

En febrero del presente año, el vicepresidente de Cuba, Salvador Valdés Mesa, durante un recorrido por la otrora zona arrocera de Los Palacios, Pinar del Río, preguntó: “Qué nos falta a nosotros; la divisa”. Y él mismo respondió: “para tener divisa hay que exportar más, el país está en la necesidad de exportar”.

Antes de 1959 Cuba importaba arroz porque obtenía divisas de producciones como el azúcar, que en 1952 exportó 6 200 000 toneladas. Actualmente, en lugar de exportar, el gobierno tieneque importar; mientras los ingresos por remesas, el alquiler de profesionales y el turismo cada vez son menores. Faltan las divisas y una economía capaz de generarlas.

El crecimiento y eficiencia de la economía dependen de la estructura de la propiedad de los medios de producción y de la correspondencia entre salarios y costo de la vida. Dos requisitos inexistentes que los funcionarios quieren obviar simplificando la realidad con la siguiente expresión: Si el país no produce no puede exportar y por tanto no puede haber divisas. En su lugar han comenzado a entregar las tierras a empresas extranjeras, como es el caso de Los Palacios, donde cedieron 308 hectáreas por tres años a una empresa vietnamita y tienen en plan entregar más hectáreas.

Conclusiones

El totalitarismo impuesto, ajeno a la naturaleza humana, potenciado con el voluntarismo, constituye el factor común del declive de bienes tradicionales como la ganadería vacuna, el tabaco, el café y el azúcar, y de otros productos. Esa anomalía ha conducido a Cuba, de producir el 80% de lo que se consumía e importar el 20% restante, a producir menos del 20% e importar más del 80%. Por tanto, la grave crisis en que el país está inmerso requiere, para su solución, de una profunda reforma estructural que devuelva las propiedades y las libertades a los cubanos y se eliminen las trabas dirigidas a impedir el resurgimiento de una clase media.

 


Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).

  • Reside en La Habana desde 1967.
  • Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos (2006).
  • Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Cien- tífica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
  • Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003. Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida. Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia.
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