Palabras del Director de Tesis Doctoral de Dagoberto Valdés Hernández. Madrid, 21 de enero de 2025

Palabras del Director de Tesis Doctoral de Dagoberto Valdés Hernández. Madrid, 21 de enero de 2025

Por Dr. José Ángel Agejas

Con la venia del tribunal

Agradezco al presidente la oportunidad que me brinda de tomar la palabra en primer lugar para comentar, como director de la tesis que el doctorando don Dagoberto Valdés Hernández acaba de exponernos, con el título: “Fundamentos antropológicos y filosóficos en la obra de José Martí: un proyecto humanista para la sanación del daño antropológico y la reconstrucción de Cuba. Estimo oportuno destacar algunas cuestiones relativas a su trabajo que, a mi juicio, ayudan a comprender algo mejor el marco teórico y vital del que surge esta investigación, el alcance de sus logros y las posibles limitaciones que hayan podido descubrir en ella.

Ha sido un honor para mí dirigir y acompañar a don Dagoberto en su minucioso, exigente y riguroso trabajo de lectura y análisis de la obra de José Martí. Cuando don Dagoberto se dirigió a mí para solicitar mi acompañamiento en estos años de trabajo, he de reconocer que me sorprendieron dos cosas que veo muy oportuno destacar aquí: la primera relacionada con su capacidad de trabajo y formación, era su humildad, una virtud esencial en el genuino trabajo intelectual que se disponía a emprender. No hacía alarde ni de su elevada preparación ni de su dilatada experiencia. Y la segunda, más directamente vinculada con el tema de la tesis, era su amplia experiencia en el conocimiento de las cuestiones sociopolíticas muy especialmente en su amada Cuba natal.

Además, creo que es de justicia mencionar el especial esfuerzo que para don Dagoberto ha supuesto mantener la disciplina de trabajo científico y académico en las particulares condiciones que atraviesa la sociedad cubana y que, si bien todos conocemos en abstracto, se convierten en un auténtico y sorprendente viacrucis cuando uno concierta una reunión online y le cortan o bien el suministro eléctrico, o bien el acceso a Internet… O cuando es llamado una y otra vez por las autoridades policiales para que dé minuciosa cuenta de sus encuentros con estudiosos o activistas de la diáspora cubanadurante los viajes de estudios a España o a otros países del entorno norteamericano.

Como el tribunal ya conoce por la documentación que aportó el doctorando para la defensa de su tesis, junto a su amplia formación intelectual que comprende su ingeniería, master en ciencias sociales, es de justicia señalar los diversos premios internacionales por su trabajo en pro de la justicia, la paz y la convivencia. Al mismo tiempo, destacan en este sentido su más de 20 años en el think tank actualmente denominado Centro de Estudios Convivencia (CEC) heredero y continuador del extinto Centro de Formación Cívica y Religiosa.

Su investigación ha supuesto, además, un claro desarrollo de la labor científica en el marco del espíritu y misión de la Universidad Francisco de Vitoria donde el diálogo entre fe y razón permite el desarrollo de una ciencia abierta en la que las relaciones efectivas entre los marcos teóricos y hermenéuticos de las distintas ciencias superan el bloqueo y reduccionismo ideológicos para acercarse al conocimiento tanto de la obra de José Martí como de la realidad social cubana, con la narrativa propia de quien busca comprender para promover la dignidad de la persona y el bien común.

La recuperación de la obra del padre de la patria cubana y la fecundidad real y nada ideológica de su pensamiento es uno de los méritos que me gustaría destacar de este trabajo a la luz de estas claves epistemológicas.

Otro de los méritos de esta tesis es la coherencia, unidad y sistematicidad con los que la madurez intelectual del doctorando ha elaborado un itinerario de lectura de la obra de José Martí rico en proyección y matices al tiempo que plenamente coherente con el autor, su formación, su biografía y sus intenciones, lejos de manipulaciones sectarias o ideológicas.

Me permito destacar, por último, el esfuerzo de síntesis clarificadora que en la tesis ha llevado a cabo de un pensamiento que puede dar lugar a prolijos desarrollos y ensayos que, estoy convencido, serán uno de los frutos en la prospectiva de ese trabajo, pero que por rigor debían quedar en este momento, precisamente, esbozados como líneas o prospectivas de investigación y difusión para el futuro.

Lejos de la comodidad por lo ya alcanzado, su espíritu de trabajo destaca en las incontables actividades del mencionado Centro de Estudios y, particularmente, en los análisis semanales que publica acercando ese diálogo entre ciencia, razón y fe, para comprender mejor el día a día de su país. Baste apuntar aquí, por ejemplo, su columna de este pasado lunes (20 de enero) acerca de las excarcelaciones de presos políticos y las claves que ofrece para comprenderlas y valorarlas adecuadamente. El daño antropológico, la propuesta humanista y el vínculo con el día a día a los que alude el título de la tesis, tienen en estas columnas semanales un claro ejemplo de fecundidad y desarrollo.

Y en esta línea no puedo dejar de señalar algo nada casual. Precisamente hoy, hace 27 años, iniciaba Juan Pablo II la primera visita de un Papa a Cuba. En las palabras de despedida, en el aeropuerto de La Habana, el Pontífice señaló: “Antes de abandonar esta capital, quiero decir un emocionado adiós a todos los hijos de este País: (…), confiando en que continuarán conservando y promoviendo los valores más genuinos del alma cubana que, fiel a la herencia de sus mayores, ha de saber mostrar, aun en medio de las dificultades, su confianza en Dios, su fe cristiana, su vinculación a la Iglesia, su amor a la cultura y las tradiciones patrias, su vocación de justicia y de libertad. En ese proceso, todos los cubanos están llamados a contribuir al bien común, en un clima de respeto mutuo y con profundo sentido de la solidaridad. Como puede fácilmente comprobarse, el trabajo de esta tesis engarza perfectamente con aquella invitación del Papa Magno de mantener la fidelidad a la herencia recibida y promover los valores más genuinos del alma cubana y alentar el trabajo en pro del bien común.

A este tribunal compete valorar realmente los méritos y logros del trabajo del doctorando. Las limitaciones y fallos del mismo son consecuencia no buscada de la poca pericia de este director. Aprovecho la oportunidad para agradecer, una vez más, a este tribunal su trabajo y atención, y al doctorando la confianza depositada en mí.

Muchas gracias.

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